El Brian Sarmiento real sabe que cometió un error tonto al filmarse con sus amigos pero condenarlo es mucho más fácil que intentar conocer su verdadera escala de valores
El Brian Sarmiento real sabe que cometió un error tonto al filmarse con sus amigos pero condenarlo es mucho más fácil que intentar conocer su verdadera escala de valores
"Les quiero contar que hoy, lo que más feliz me hizo en el día fue visitar a mi amiguito @nahupalacios04 y sus papás. Realmente me llenaron el corazón. Muchas veces nos quejamos sin sentido de las pavadas que pasamos a diario, y saben... Somos unos boludos. Nahu está peleando contra una enfermedad de mierda y día a día me enseña que él es un verdadero campeón de la vida. Sean felices, abracen, quieran, ayuden, disfruten de sus seres queridos y sobre todo traten de vivir alegres. Porque la vida es una sola #TamoActivo #SerFeliz #NahuCrack".
El párrafo anterior es una transcripción textual de una publicación de Brian Sarmiento en su Instagram hace cinco días. Es muy fácil de comprobar ingresando el usuario brian—sarmiento22. Al tiempo de esta publicación tenía más de 53.000 me gusta, unos 340 comentarios y cero (0) difusión periodística. No sin rubor se debe reconocer que el axioma tristemente célebre que dice que las buenas noticias no venden como las otras es real. Descarnadamente real.
Ese también es Brian Sarmiento. En realidad, ese parece ser el original, el mismo que hoy es sometido a juicio y castigo por los fiscales de la Nación: periodistas y ciudadanos en general.
Sarmiento cometió un error. Se filmó haciendo un chiste típico de varones de colegio secundario que no tenía por qué hacerse público, pero que alguien difundió. Brian sabe perfectamente que hoy filmarse es exhibirse y que de la broma al exhibicionismo hay una línea muy delgada. Sobre todo cuando se trata de personas públicas. Ese es su error: llamativo y sorprendente por su conocimiento y manejo de redes sociales y whatsapp, pero sólo un error.
"Bueno, como todos saben se viralizó un video y acá estoy para dar la cara. Eso que se vio fue un chiste interno entre amigos y parece que a alguno se le escapó; así fue como llegó a todos lados. Este soy yo, con mis errores, con mis defectos, con mis virtudes. Quiero pedir disculpas si lo que se muestra hiere a alguien, sobre todo a los más pequeños, pero en este país hay gente que vive de hacerle mal a las personas y por suerte yo no le hago mal a nadie. Seguiré trabajando y ayudando a quienes más lo necesiten y aprenderé de esta mala experiencia. Soy un pibe de 27 años divertido, que se preocupa por cosas importantes, como por ejemplo la gente que no tiene para comer, las personas que no tienen un techo digno, los pequeños que no tienen un juguete en el día del niño, el ser educado y devolverle una sonrisa a un hincha, y no por pavadas como esta. Lo que sí quiero recalcar es que soy padre de tres hijas hermosas y si hay algo que realmente me duele es que esto les llegue. No creo que el «vivo» que filtró esto haya ganado nada; sólo tuvo intención de hacer mal. Así estamos... Un abrazo para todos #SoyAuténtico". Esta es, textual, la disculpa en su perfil de Instagram de Brian. Responde a la difusión de un video de whatsapp en el que imita una publicidad muy conocida de alfajores y termina mostrando el pene.
Juan Manuel Llop, el entrenador de Newell's, habló el mismo martes con el jugador y acordaron achicar el margen de error y disminuir el grado de exposición de Brian, que es altísimo, no sólo por su interacción en las redes sociales, sino por su participación en el segmento "Bailando por un sueño" y hasta en el programa de Susana Giménez. Sarmiento debe poner en la balanza su espontaneidad y su altísimo perfil. El resultado debe ser un manejo más mesurado de sus interacciones.
A propósito de redes sociales y otras yerbas, el genial Umberto Eco dejó sus enseñanzas al respecto un año antes de morir en declaraciones publicadas por el diario La Stampa de su país en 2015.
"Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas".
Eco fue un extraordinario escritor y filósofo italiano fallecido en febrero del año pasado a los 84 años y más allá de la dureza de sus términos (reprochables o no a gusto del lector) muestra claramente que lo que por un lado es muy atractivo, por el otro es una trampa silenciosa que sólo muestra su peor cara cuando cautiva a sus usuarios.
Un eslogan de vida podría ser que las redes sociales no manejen las vidas de las personas ni rijan sus humores, pero es cada vez más difícil.
De hecho, Sarmiento cayó en la trampa como si fuera un tímido inexperto.
Brian, claro, se defiende por Instagram: "Mientras tú sepas quién eres, no tienes nada que demostrar".
Para el final, al que le quepa el sayo que se lo ponga, otra enseñanza de Umberto Eco.
"No estoy seguro de que haya mejorado el periodismo, porque es más fácil encontrar mentiras en Internet que en una agencia como Reuters... En el viejo periodismo, por muy asqueroso que fuese un periódico, había un control. Hace un tiempo se podía saber la fuente de las noticias. Con Internet no sabés quién está hablando. Usted es periodista, yo soy profesor de universidad, y si accedemos a una determinada página web podemos saber que está escrita por un loco, pero un chico no sabe si dice la verdad o si es mentira. Es un problema muy grave, que aún no está solucionado".