El debut de Lionel Messi en la selección argentina es de los más insólitos de la historia del fútbol: una noche de hace 18 años, en Budapest, entró de reemplazo en el segundo tiempo versus Hungría y 45 segundos después el árbitro Markus Merk lo expulsó. El partido terminó 2 a 1 en favor de los albicelestes de José Pekerman con goles de Maximiliano Rodríguez y Gabriel Heinze.
El alemán Merk, que hoy se gana la vida como dentista, cayó contra la Pulga por haber intentado sacarse de encima a un rival con un manotazo.
Messi entró a los 18 minutos del segundo tiempo, en lugar de Lisandro López, luciendo el número 18. Pero la primera vez que quiso encarar, Vilmos Vanczák lo tomó burdamente de la camiseta y el argentino intentó alejarlo con un manotazo que rozó su rostro.
En tiempos donde la patria futbolera lo evaluaba con lupa doble y no pasaba la frontera del pibe rosarino que había transcurrido la adolescencia en Barcelona y con la camiseta blaugrana había debutado bajo el ala de Ronaldinho y había brillado en el Mundial Juvenil de 2005 (revelación y goleador), su bautismo con la albiceleste de mayores era esperado con singular expectación.
El 2 de agosto, Pekerman incluyó a la joya entre los convocados para el encuentro de preparación con vistas a las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial Alemania 2006. Todos esperaban con ansias ese momento porque el pibe prometía y mucho. Por eso fue más grande aún la decepción de no poder verlo en acción ni siquiera un minuto.
>> Leer más: Lionel Messi: "El seleccionado y ganar el Mundial representan lo máximo para mí"
Nada pudo haber salido peor y, de hecho, pocos días después, ante los micrófonos de un canal argentino de deportes, Messi confesó que había pasado por su cabeza un pensamiento tremendista: "no me llaman nunca más". Pero Messi era demasiado bueno y los sucesivos directores técnicos de la selección no fueron suicidas ni despistados.
Desde entonces, jamás dejó de ser del elenco estable, incluso después de la decepción del Mundial de Rusia en la que amagó con la despedida definitiva, la misma que llegó a anunciar en el estadio MetLife de Nueva Jersey, después de perder la segunda final de Copa América ante Chile con el lacerante agregado de haber fallado su penal en la tanda de definición.
No hay otro jugador en la historia de la selección argentina que haya merodeado la dos décadas en condición de titular inamovible y figura.
- Primero en el ránking de presencias, con 175: 28 más que Javier Mascherano y 30 más que Javier Zanetti.
- Primero en el ránking de máximos anotadores, con 103, por una sideral diferencia sobre Gabriel Batistuta (56) y Sergio "Kun" Agüero (42).
- Campeón Mundial juvenil, campeón Olímpico, campeón de América, campeón Mundial de Mayores, campeón de la Supercopa UEFA.
La conclusión: 18 años después, Messi persiste en ser el único héroe en este Lío.