"Me parece que (la creación de la Superliga) es un paso importante para todos, es un trabajo en conjunto y hay ejemplos de las mejores ligas del mundo que en su mayoría son exitosas. Lo que pasó hoy es un paso fundamental que costó mucho, hemos entendido y desapareció esa desconfianza del principio. Se hizo un esfuerzo importante y se puso la mejor voluntad".
El 5 de noviembre de 2016 se creó la Superliga que hoy tendrá su puntapié inicial. Era tan necesario el cambio que nadie reparó en el contenido de las declaraciones, sólo era suficiente con coincidir en un único enfoque con el eje en tres palabras: confianza, esfuerzo y voluntad.
El concepto escrito más arriba corresponde a Juan Sebastián Verón, pero todos los dirigentes de los clubes de primera división eligieron cobijarse debajo de un manto que presupone ser el relanzamiento del fútbol argentino porque un cambio era impostergable. La gente quiere y quería cambios, los jugadores quieren cambios, la prensa pide cambios, se imponen los cambios. Hasta los dirigentes de los clubes que quedarán claramente relegados eligieron ese juego. Es decir, la mayoría. A partir de esa premisa, cualquier argumentación o hecho objetivo son innecesarios o se desprecian.
¿Es el relanzamiento de qué? ¿La refundación de qué? La Brujita Verón hacía referencia a las ligas exitosas, ¿cuáles? ¿la española, que es uno de los modelos de la Superliga argentina? En España hace rato que la competitividad le dejó su espacio, imprescindible para cualquier deporte, a la capacidad económica y financiera de las instituciones.
¿Verdaderamente creen que la Liga BBVA es exitosa? ¿Alguien puede sostener semejante afirmación? ¿Cómo puede ser exitoso un torneo en el que antes de comenzar se sabe que el campeón será Barcelona o Real Madrid salvo batacazo de Atlético de Madrid ahora, Athletic Bilbao, Valencia o Sevilla antes.
Datos objetivos: liga española 2016/2017, posiciones finales: Real Madrid 93; Barcelona 90; Atlético de Madrid 78; Sevilla 72; Villarreal 67; Real Sociedad 64; Athletic Bilbao 63; Espanyol 56; Alavés 55; Eibar 54.
Casi cuarenta puntos de diferencia entre el primero y el décimo; quince entre el primero y el tercero en un torneo de 20. En Argentina hubo 38 puntos de distancia entre Boca y Aldosivi, primero y último en un torneo muy desigual de 30 equipos.
¿La Ligue 1 (Francia) es exitosa? PSG gastó 222 millones de euros en Neymar, pero como no es suficiente, debilitará al último campeón, Mónaco, y pagará otros 150 millones por Mbappe. Idéntica situación a la que se vivió en Alemania cuando Borussia Dortmund empezó a molestar más de lo conveniente a Bayern Munich. El gigante de Baviera primero le sacó a Mario Götze, que ahora volvió a Dortmund, después a Lewandowski y el año pasado recuperó a Hummels. Chau competencia. Ahora el Dortmund, que suele nutrirse del fútbol polaco con los mismos cánones de desigualdad con los que Bayern lo somete, deberá armarse de nuevo mientras el equipo de Ancelotti desfila por la Bundesliga por sexta temporada consecutiva.
¿Ese es el fútbol exitoso que se viene? Es tanta la necesidad de un cambio que se dan por ciertas situaciones que cuanto menos deberían estar sujetas a estudio. Mentiras que se transforman en verdades con el sólo ejercicio de imponerlas a repetición. No obstante, en el siglo XXI algunos términos parecen haber cambiado.
"La palabra posverdad no está en el diccionario", contesta el portal de la RAE (Real Academia Española) cuando se le pide su significado. Es un vocablo de moda que a fin de año será agregado. Es más, su significado todavía está en estudio, pero sería algo más o menos como lo que expresa Darío Villanueva, director de la RAE: "Quiere decir que las aseveraciones dejan de basarse en hechos objetivos, para apelar a las emociones, creencias o deseos del público".
Encaja perfectamente. Mucho más cuando se lee al filósofo británico A. C. (Anthony Clifford) Grayling: "Todo el fenómeno de la posverdad es sobre: «Mi opinión vale más que los hechos». Es sobre cómo me siento respecto de algo".
Grayling, que pugnó sin éxito por la continuidad del Reino Unido en la Unión Europea, cree que "el problema es una cultura online incapaz de distinguir entre realidad y ficción".
Su definición se aplica mucho más a la política que al deporte, que no dejan de tener un parentesco muy cercano. Por eso la posverdad pone a la Superliga en un pedestal que no le corresponde.
Es tan grande la necesidad de cambio que a muy pocos les interesa la verdad. En algunos casos saben que lo que parece real es una ficción, pero no les interesa.
La competitividad no existe en las grandes ligas. La Premier (Inglaterra) es la que más se parece a un campeonato convencional, pero de a poco los poderosos van limando el espíritu de una actividad concebida como deporte y devenida en espectáculo.
"Es una cultura en donde unos pocos reclamos en twitter tienen el mismo peso que una biblioteca llena de investigaciones. Todo es relativo. Se inventan historias todo el tiempo", dice Grayling. Y parece que da en la tecla.
Por ejemplo, el relato dice que Julio Grondona fue casi un déspota y un corrupto (supuestos probables nunca demostrados), pero durante su desmesurada y desprolija gestión salieron campeones casi todos los equipos que se lo propusieron (datos reales).
Hoy, gracias a la Superliga y a los súper poderes de Boca y River resulta imposible suponerlos fuera de los dos lugares de privilegio. Por una cuestión de honestidad intelectual se debe reconocer que esa también es una posverdad que busca más competencia y menos negocio, pero los antecedentes y ejemplos de otras ligas son devastadores.
La competitividad genética de los futbolistas argentinos es, sin dudas, como siempre, el último eslabón de la resistencia.
Posverdad o mentira emotiva: neologismo que describe la situación en la cual, a la hora de crear y modelar opinión pública, los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales.