Y encima llega el clásico. En el peor momento de este Newell’s. Cuando no le salen las que intenta y se repite en errores. En tiempo en que la brújula aparece loca dando vueltas sin parar buscando el norte. Una situación que se viene agravando y que en la noche de Florencio Varela quedó a un paso del descontrol. No sólo por la derrota 1-0 ante Defensa y Justicia, un rival que lo superó con poco, el tema es que fue consecuencia del juego y de determinaciones tomadas por Bernardi.
Pudo ser empate, pero sólo hubiese cambiado en atenuar lo malo. El punto sólo podría maquillar los golpes que tiene el equipo del Parque, que está casi nocaut y sólo una mano salvadora el domingo 13 puede evitar la cuenta hasta diez. Otra vez nada. Ningún punto para la tabla y el ánimo. Y desorientado, lo que es peor. Porque desde antes de jugar el equipo no está, porque durante los 90’ nada asoma para cambiar un desarrollo en picada, porque el DT tendría que escuchar los rumores que se escuchan a su alrededor para ir hacia otro lugar y encontrar el norte.
Las intenciones fracasan. Los cambios también. Las ideas no aparecen. Los jugadores no responden. Y eso que Defensa y Justicia no es un rival de jerarquía. Le ganó por tesón. Porque tuvo un par de pelotas más, mejor jugadas, y en un acierto se quedó con todo. Cuando parecía que el empate no se rompería. Porque además tampoco la Lepra supo cómo crear peligro, porque el área rival sigue siendo el límite que el equipo no puede superar.
Pero Newell’s está tan frágil. Cuando todo conducía al 0-0 en una jugada cambió. Esta vez otro error defensivo lo dejó de a pie. Como quedó Cáceres en el minuto 83 al perder la pelota con Alvarez, quien se la dio a Busse para el gol.
Cuando todo ya estaba por demás de mal para el rojinegro y había poco margen para encontrar una respuesta. Un equipo que salió a jugar con una variante muy poco entendible, como fue la ausencia de Maxi, que además tuvo que entrar obligado, aunque como variante lógica por la lesión de Figueroa.
Que no encontró respuestas en lo táctico al no hacer pie en la zona media, la de gestación, al tener un equipo tan largo que ni los pelotazos llegan. En esta zona falló mucho Villalba, que no dio un pase bien, ninguno. Al fallar las decisiones que parten desde el banco, porque Bernardi ayer se equivocó hasta en el último diagnóstico, cuando se quedó sin Scocco, que seguramente se perderá el clásico por esa lesión que lo hizo salir a los 83’ (ver aparte). Ahí metió un defensor (Coty) y no a Tevez, el indicado para buscar la victoria, para no animar a Defensa, como pasó. Y lo pagó caro, otra vez y van siete fechas sin triunfos. Y se viene el clásico. Y si nada cambia, el riesgo de seguir perdiendo es total. Será un partido definitorio. El que marcará el presente, porque así este Newell’s no tiene futuro. Encima se quedará sin jugadores importantes y el DT deberá encontrar lo que hoy aparece como una fórmula mágica. Claro, esto es fútbol y todo puede pasar. El que viene es un partido que no tiene nada que ver con lo que está sucediendo.
Bueno, tal vez no sea tan cierto, pero hoy esto aparece como de lo único que se puede agarrar este equipo leproso.