Bajo un denso clima de reclamos y cuestionamientos, Newell’s igualó 0-0 ante Belgrano, en un cotejo que representó otro paso en falso que lo aleja de todas sus luchas y de sus ambiciones naturales de protagonismo.
Igualó sin goles con Belgrano en el Coloso y extendió a ocho su serie de encuentros seguidos sin victorias. Un punto que volvió a situarlo en caída libre.
Bajo un denso clima de reclamos y cuestionamientos, Newell’s igualó 0-0 ante Belgrano, en un cotejo que representó otro paso en falso que lo aleja de todas sus luchas y de sus ambiciones naturales de protagonismo.
En un partido de carácter decisivo, ante un rival también en crisis, y con las responsabilidades de jugar de local, la Lepra mostró una propuesta interesante en el primer tiempo. Pero luego cayó en una acuciante intrascendencia.
Así marcha este Newell’s, sin explotar, sin ideas y sin confianza, navegando entre oportunidades dilapidadas.
En el comienzo del cotejo, con más determinación que ideas claras, el dueño de casa mostraba intenciones de imponer condiciones. A los 3’, Cardozo estuvo cerca con remate que desvió un defensa rival al córner.
A los 4’, un cabezazo de Ramírez reventó el travesaño. Estuvo muy cerca de abrir el marcador. Muy poco después, a los 7’, un regalo de Belgrano dejó sólo al Colorado, que se nubló cuando entró al corazón de área y dejó pasar una posibilidad increíble.
El Colo volvió a mostrarse con paso cambiado, con mucha mala suerte, y desenfocado. Desperdició dos grandes chances de destrabar el candado que proponía el partido.
De a poco Newell’s se fue adueñando de las propuestas, desde la decisión y desde el posicionamiento en el campo de juego. Le faltaba capacidad de sorpresa y justeza en el último toque, en los últimos metros, males que lo vienen atormentando durante toda la temporada.
A los 24’, Miljevic apareció por izquierda y con un remate bajo y cruzado estuvo a punto de anotar. A los 26’, un cabezazo de Salcedo pasó muy cerca del caño derecho pirata tras un tiro libre de Miljevic.
A los 30’, Velázquez de cabeza, después de otra pelota parada de Miljevic, también merodeó la apertura.
A los 32’, Ramírez volvió a tener otra con un cabezazo tras centro de Besozzi que sacó Espínola al córner. Y a los 34’, un disparo de Miljevic pasó a centímetros del horizontal.
Mientras Newell’s hacía todo el gasto y merecía largamente ir arriba en el marcador, a los 35’ Belgrano encontró en una contra extremadamente solos a Henandes y Lencioni, que desperdiciaron una chance imposible en la que tuvo un gran cierre Fernández Cedrés. En ese choque quedó conmovido Lencioni y tuvo que salir.
Allí, la Lepra mostró algunos problemas en el retroceso, otro sus problemas recurrentes.
El 0-0 del entretiempo castigaba a un Newell’s que intentó y que mereció mucho más, pero que no tuvo poder de fuego, ni certeza para finalizar las jugadas, y que pagó un precio muy caro por esa ineficacia.
En el complemento, el local comenzó con los mismos nombres, con la intención de ratificar intenciones, pero no tuvo las mismas características que la etapa anterior.
En los primeros minutos, los traslados eran más lentos, monótonos, y no aparecían acciones colectivas significativas. Todo se volvía muy trabado y cortado. Lejos de lo que le convenía al conjunto leproso.
En ese enredo, en esa confusión, en ese duelo de vuelo muy bajo, el único que sacaba dividendos era Belgrano. El rojinegro entró en una peligrosa intrascendencia.
A los 15’, el Gallego Méndez metió al pibe Silvetti por un Cardozo que lució muy lento y previsible en todo que intentó. Lo ubicó como extremo, su puesto natural, el que lo hizo lucir en reserva.
Pero tampoco actuó como revulsivo para un segundo tiempo que lo instaló a Newell’s en un estado de levedad, del que no podía escapar por propia impericia.
A los 23’, Espínola conjuró un centro de Silvetti y un disparo liviano de Martino.
Los ingresos de Schott por Méndez y de Esteban Fernández por Miljevic buscaron darle más bríos al equipo en el tramo final del cotejo, pero nada lo sacaba de ese aturdimiento.
Con el correr de los minutos, los nervios en la cancha iban en aumento y los murmullos desde las tribunas tampoco ayudaban a encontrar el gol salvador.
A los 33’, Panchito González entró por Ramírez, otra vez muy errático, muy enemistado con el gol, que se fue envuelto en silbidos. Con ese movimiento, Silveti pasó de centrodelantero.
A los 36’, la Lepra seguía ciego, sin ideas, y el remate alto de Esteban Fernández exponía ese estado de alteración.
Así, se le fue escurriendo otro partido. De esa manera, desaprovechó otra oportunidad favorable. Por eso, recibió una contundente reprobación de los hinchas en el estadio ante otra cosecha pobre que no le sirve para nada, y lo devuelve a una zona de turbulencia.
El conjunto rojinegro estuvo cerca de ponerse en ventaja a los 5', con un cabezazo de Juan Ignacio Ramírez que dio en el travesaño, tras un centro de Matko Miljevic.