Con el paso de las horas, de los días y tomado en perspectiva, el empate 1-1 con Godoy Cruz en Mendoza adquiere cada vez más valor. Más allá de las particularidades del duelo, del muy mal primer tiempo, de la tarjeta roja a Ever Banega (su emblema y figura) y de muchos que llegaron a la expiración del partido gastando hasta las últimas gotas de energía y con visibles señales de desgaste, a este Newell’s esa emotiva igualdad forjada con gran sacrificio, ante un rival que lo superó en gran parte de las acciones y en rodeo ajeno, le permitió seguir instalado en zona de clasificación, cuando restan solo cuatro fechas para definir los que van a pelear por obtener esta Copa de la Liga.
Con el 3 a 2 de Lanús (19 puntos) sobre Tigre del lunes por la noche, la Lepra (17) quedó en el 4º y último puesto que da el pasaje a los playoffs. Godoy Cruz (20) y Estudiantes (18) completan ese grupo selecto.
En ese escenario, el conjunto de Mauricio Larriera, mientras trata de afianzar su curva de crecimiento (en los últimos compromisos más basada en gestos de rebeldía y coraje que en sus performances futbolísticas), se quiere animar a mirar con pretensiones esta parte decisiva de la competencia. Y apoyado en esa plataforma de ambiciones, sabe que por delante le quedan rivales que ya tiene atrás en la tabla de posiciones de la zona B, y esa es una ventaja comparativa muy importante.
Si la lepra utiliza este encuadre previo para seguir calmando ecos incómodos hacia adentro y transformando esta instancia como arenga de fortalecimiento y como envión emocional, puede llegar a entender y valorar este margen que ya le esboza algunos guiños positivos, en relación a los otros contendientes del grupo.
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Si lo atraviesa comprendiendo que debe continuar enfatizando su línea de progreso para acercarse a sus metas iniciales, esas que se trazaron y se convirtieron en compromisos intrínsecos desde el comienzo de temporada, puede ser una herramienta de lucha vital.
En ese pasaje, tiene que asumir también que aún se debe un salto de calidad para alcanzar también el nivel apuntado y señalado por el cuerpo técnico. Así lo admitió el mismo Larriera en la rueda de prensa luego de la igualdad frente al Tomba.
En ese marco, en el horizonte inmediato le quedan a Newell’s algunos rivales que tiene al acecho y los va mirando desde el espejo retrovisor, y otros que marchan incluso más atrás y representan grandes oportunidades para cosechar puntos gordos.
La secuencia
En la próxima fecha, la 11ª, la lepra recibirá este viernes, a las 21, a Platense en el Coloso. Sin dudas asoma en la previa como una gran chance de conseguir un triunfo que lo mantenga prendido en su cruzada por pasar de instancia en esta Copa de la Liga.
El calamar se muestra muy lejos de la versión de la edición anterior, donde peleó esta competencia hasta la mismísima final, en la que se midió con Central. Hoy se exhibe con menos recursos y su visita al parque Independencia asoma como una posibilidad para la colecta de puntos que necesita Newell’s para pasar de ronda.
Luego, debe chocar con Sarmiento en Junín, por el 12º acto del certamen. Esa visita también es leída en la previa como una buena oportunidad para conseguir unidades importantes.
Un poco más adelante, por la fecha 13ª, Boca vendrá a Rosario. Allí, el análisis de lo que puede llegar a pasar se desarrolla en un escenario de mayor paridad. Después de mucho tiempo, la lepra recibirá a los xeneizes en su casa y debe sacarle rédito a esa condición. Será el último partido de local, ya que si pasa de ronda todos los cruces se realizan en estadios neutrales, como en la Copa de la Liga anterior.
Si el grupo sigue con muchos peleando por cuatro boletos, seguro todo se definirá en la última jornada, donde Newell’s debe medir fuerzas con Defensa y Justicia en Florencio Varela, un territorio que siempre le resultó esquivo al derrotero rojinegro en cada competición. Allí sellará su suerte.
En este tablero de análisis de posibilidades, Newell’s los mira por ahora a sus futuros adversarios desde arriba y debe transformar ese rasgo descriptivo en confianza para encarar la parte definitoria de este certamen. Más convencido que nunca de que es una lucha que puede dar. Por lo menos atreverse a darla.