El astro rosarino Lionel Messi, tal como estaba previsto, no acudió ayer a la ciudad deportiva de Barcelona para hacerse las pruebas médicas y el test de coronavirus previo al inicio de la pretemporada, en una actitud de firmeza que puso en evidencia su indeclinable voluntad de dejar el club catalán. En este sentido, La Liga española bancó al Barça en su posición de no darle la carta de libertad. Esta semana será decisiva para el futuro deportivo de Leo. Porque todo indica que la entidad culé y Jorge Messi, padre y representante del jugador, se reunirán para acercar posiciones que hoy parecen irreconciliables. El cónclave sería el miércoles, según el diario catalán Mundo Deportivo. En breve se conocerá la próxima camiseta que utilizará el mejor jugador del mundo.
Su destino más probablemente es el Manchester City de Pep Guardiola, aunque no pierden la esperanza el PSG francés y los italianos de Inter y Juventus. Newell’s aguarda con tranquilidad, sabiendo que este no parece ser el momento en que Messi decida retornar. Y desde la tesorería del Parque están expectantes, ya que si hay algún dinero de por medio en la salida de Leo del Barça los rojinegros recibirán el 0,66 por ciento por el mecanismo de "contribución de solidaridad”.
Ayer fue la primera cita del plantel en la era del nuevo DT holandés Ronald Koeman y Messi decidió no presentarse porque considera que su contrato ha finalizado y, como ya manifestó el martes pasado a través de un burofax, quiere hacer uso de la cláusula de salida unilateral que le permite irse libre. En tanto, el sábado, por medio de sus abogados, el capitán de la selección argentina reiteró a la directiva del Barcelona que "se pone a disposición de la entidad para tratar de solucionar de forma amistosa su salida”.
Si bien su entorno hizo saber que ayer no iría, hasta último momento de presentarse no se descartó un cambio de opinión, con lo que existía una gran expectativa ante la posibilidad de que finalmente hiciera acto de presencia en el testeo.
Pero no fue así y Messi se mantuvo firme en su posición. Ahora, con la grieta declarada entre el mejor jugador del mundo y el Barça, se abre un nuevo capítulo legal y de litigio en la que está siendo una de las grandes historias del fútbol mundial.
Por su parte, la cúpula directiva del Barcelona recibió el respaldo de las autoridades de la Liga española, que tras analizar los pormenores del contrato de la estrella azulgrana dijeron que no habilitarán su trámite de transferencia si no abona la cláusula de rescisión, de 700 millones de euros.
El conflictivo ya estalló y está claro que hoy Messi tampoco acudirá al primer entrenamiento bajo las órdenes de Koeman.
El rosarino de 33 años está firme en su postura de que avisó en tiempo y forma de que podía salir libre del Barça al término de esta temporada (que se extendió por la pandemia), tal figuraba en el contrato que caducada a mediados del año próximo.
Pero el club respondió a Messi que esa cláusula de libertad había vencido el 10 de junio y que tenía contrato en vigor hasta 2021, con una cláusula de rescisión de 700 millones de euros. Y la Liga, como es lógico ya que si se marcha Messi perdería muchísimo interés y peso económico, le dio la razón a la entidad catalana. Avisó que "no efectuará el trámite de visado previo de baja federativa al jugador si no ha abonado previamente el importe de dicha cláusula”.
No obstante, el máximo goleador de la historia del Barcelona (634 gritos) confía en que terminara forzando a la cúpula directiva a negociar su salida, y que en todo caso podría irse con el "transfer” de la FIFA, si bien el club de destino se arriesgaría a un pleito legal multimillonario con la entidad catalana.