El floreo de Central fue colectivo, pero en medio de esa victoria contundente hubo un abanderado: Lucas Gamba. El partido que jugó el mendocino fue de un nivel altísimo. Porque a la enjundia habitual que le mete (muchas veces se queda sólo en eso) esta vez le agregó juego, inteligencia y gol. Fue él quien desarmó a Tapia para irse mano a mano con Castellón y anotar un golazo. Fue él a quien le convirtieron el penal que marcó Vecchio. Fue él quien exigió en el segundo palo para que Gutiérrez la metiera en contra. Fue él el que inicio la jugada del cuarto gol de Martínez y al que le hicieron la falta que derivó en el tiro libre para el quinto de Martínez Dupuy.
“Se hizo una propuesta muy buena de ir a buscar el partido ante un buen rival”, dijo la figura de la noche. “Lo definimos en el primer tiempo. El equipo está en un gran momento y hace varios partidos que no se ven puntos bajos en el plantel”.
Gamba tiene acostumbrados a los hinchas de Central a ser ese jugador que no da ninguna por perdida, que corre y corre, a veces de manera desbocada, pero en esta ocasión ese convencimiento lo montó sobre una ola de la que ningún defensor de Huachipato pudo bajarlo. Y desde allí construyó una actuación de las mejores.
Puede parecer un dato poco relevante el gol que convirtió, pero esa jugada resumió lo que fue su actuación. Una corrida (para no darla por perdida), una enjundia enorme (para desplazar a Tapia) y una definición exquisita, con la pelota jugando con el hierro que une el palo derecho con el parante trasero. Ahí se metió el balón.
Por lo demás, fueron todas frutillas al postre, porque si no lo hubieran camiseteado, Vecchio no hubiera podido anotar de penal; si no hubiera exigido a Gutiérrez, no la hubiera metido contra Castellón. Si no hubiera hecho la pausa para cruzar el pase a Martínez no hubiera nacido esa devolución con Zabala para el cuarto. Y, con todo definido, si no hubiera generado una más, en el tremendo patadón, no hubiera llegado el tiro libre de Vecchio y el gol de Martínez Dupuy. Ya ahí regulaba, pero sin dejar de correr ninguna. Partidazo.
El Kily lo vio en el palco
El Kily González no pudo conducir el equipo, ni dar las órdenes de los cambios ni entrar a vestuarios. Eso sí, lo vivió a full desde uno de los palcos del Florencio Sola y, al no haber público, por supuesto que se hizo oír mientras festejó los goles junto al director deportivo, Raúl Gordillo. El técnico canalla ya podrá volver en la fecha decisiva ante 12 de Octubre.
Ruben aún no puede pero se asoció bien
Marco Ruben fue uno de los jugadores que más gritó en Copa Libertadores, pero curiosamente en Copa Sudamericana aún no pudo convertir. Ni siquiera anoche, con las situaciones que supo generar Central, de las que participó en algunas y se asoció bien. Además, curiosamente fue reemplazado tras una falta que le valió la amarilla (segunda en el certamen) y enseguida su reemplazante, Luca Martínez Dupuy, marcó el quinto gol ante Huachipato.
Ruben marcó nada menos que once goles sobre 16 partidos en sus participaciones en la Copa Libertadores con la camiseta canalla. Pero en la Sudamericana ya disputó 10 encuentros con el de anoche y aún no pudo marcar. Ayer tampoco estuvo demasiado cerca pese a participar del juego.
Ya con el resultado definido, el Kily lo cuidó reemplazándolo, como a los experimentados Martínez, Zabala y Vecchio. Y le dio pista a pibes como Gino Infantino, que ayer cumplió 18 años.