Central tiene la cabeza puesta en la final de la Copa Argentina pero tenía que visitar a Olimpo. Había que preservar futbolistas y era lógico. Y los pibes cumplieron. Con el soporte de algunos con experiencia -Medina, Jonás Aguire, Lazo-, pero con cuatro debutantes -Da Campo, Piñero, Salazar y Migone-, el canalla casi se trae la victoria de Bahía Blanca. Para tener en cuenta y mirar con optimismo un futuro que ya es casi presente.
Fue intenso el primer tiempo en el Carminatti. Porque lejos de ver qué pasaba, el juvenil equipo de Miguel Russo intentó buscar desde el vamos. Con las ganas de mostrarse y de demostrar condiciones de los debutantes, con la necesidad de sumar puntos, con la ansiedad que genera reemplazara los más grandes, con varios ingredientes.
Al minuto avisó Correa y Champagne debió estirarse para mandarla al córner. A los 16' otra vez el arquero bahiense debió revolcarse para taparle un cabezazo frontal a Digone, que entró solo desde atrás.
Mucho vértigo en Central, mucha movilidad desde los pies de Jonás Aguirre, de Medina por derecha, de Digone y Javier Corea, de las trepadas de Salazar.
Olimpo respondía con los solitarios ataques de Cuero, acompañado unos metros atrás por Susvielles, un buen trabajo de los mediocampistas, aunque atrás mostraba algunas dudas, lo que permitía que los volantes y delanteros canallas llegaran con relativa facilidad aunque a veces con una aceleración inadecuada para elaborar jugadas de riesgo.
Todo era parejo. A un intento de Olimpo seguía como correlato un intento de Central, que seguía intentando hacer buen pie en cercanías de los dominios de Champagne.
Hasta que a los 37', de un lateral desde la izquierda, Piñero rechazó hacia atrás de cabeza y no hizo más que habilitar al Chino Martínez -el por ahora goleador de Olimpo- quien pese a pegarle mordido la mandó al fondo del arco del Melli García.
No desentonó para nada en esa primera mitad el equipo de Russo. Porque le jugó de igual a igual a un Olimpo que esperaba y salía de contra.
A los 8', Javier Correa sorprendió con una tijera que le hizo mucho ruido al palo derecho de Champagne -una de las figuras de Olimpo- y el canalla parecía más cerca por intenciones y por movilidad.
A los 12' Olivares metió un cabezazo que se fue cerca y los bahienses iban comandados por el movedizo Martínez y con el colombiano Cuero como estandartes ofensivos.
A los 22' Champagne entró otra vez en acción al taparle al bueno de Javier Correa un remate abajo.
Y el canalla tuvo su premio a los 31', cuando Acevedo sorprendió entrando desde atrás por el segundo palo tras un tiro libre desde el borde del área y desde una posición incómoda pudo quebrar a Champagne y conseguir una merecida igualdad.
Lo de la juvenil formación de Central fue auspicioso. Fue empate en un campo de juego reducido y complicado, ante un rival duro y complicado que no hace gala precisamente de un juego atildado y vistoso. Porque los pibes se bancaron la parada y porque el futuro es para tener muy en cuenta.