No queda otra que seguir disfrutando a Lionel Messi. Ni vale la pena ponerse a pensar hasta cuándo. ¿Para qué? No tiene sentido. La Pulga volvió a ofrecer una noche plena de fútbol, conduciendo a partir de su clase y sus goles a otro triunfo de esta imparable selección argentina en las eliminatorias. Dos goles del capitán, que esta vez fue titular tras ir al banco ante Paraguay para llevarlo de a poco, hicieron añicos a la selección peruana y ratificaron este gran momento del campeón del mundo, que se volvió de Lima con una victoria por 2 a 0 y el liderazgo con puntaje ideal camino al Mundial 2026.
El dominio y la posesión fueron de principio a fin de Argentina. La selección nacional buscó asociarse, a partir de una movilidad constante y toques cortos. Pero durante varios pasajes le faltó estar más fino en campo peruano. Lo que iniciaba De Paul y continuaba Messi, retrocediendo en la cancha para colaborar en la gestación, se diluía en la ofensiva. Perú, retrasado, achicaba hacia atrás. Se proponía recuperarla y sacar contraataques veloces. Un recurso que no le dio ningún resultado.
Messi alertó a los 3’ con un zurdazo cruzado desde afuera del área que se fue cerca. Fue la primera de las varias intervenciones del Diez. Activo y más ágil que en la fecha anterior, contra Paraguay, la Pulga no dio rastros de esa dolencia en los isquiotibiales que le aparece de tanto en tanto y que puso en dudas su presencia desde el principio en Lima. Dio cátedra en otra demostración de talento.
Perú se redujo a un par de ataques aislados. Abram se lo perdió debajo del arco tras un tiro libre de Yotún y Guerrero probó desde lejos, tras un mal rechazo de cabeza de Cuti Romero, y el balón se fue cerca del travesaño.
Pero antes y después, el juego dependía de lo que hacía o dejaba de hacer la selección argentina. Que controló el juego, aunque le faltaba una mejor sincronización en ataque. Hasta que la encontró a los 31’. Tagliafico la robó y la pelota pasó por Messi, Enzo Fernández y Nicolás González. La Pulga fue a buscar el centro y de primera la impulsó a la red. Golazo.
Y la zurda del rosarino volvería a vulnerar el arco peruano, a los 41’. Tagliafico la metió en profundidad para el pique de Enzo Fernández y su centro fue capitalizado por Messi para colocarla sobre el palo derecho de Gallese.
Argentina, sin jugar un gran partido, pero mostrando una mayor categoría, especialmente por lo hecho por Messi, se fue al descanso con dos goles de ventaja.
Tan preocupado quedó el entrenador peruano Juan Reynoso que en el entretiempo decidió nada menos que cuatro cambios, entre ellos la salida del histórico Paolo Guerrero. Igual no cambió la cara del seleccionado anfitrión. Si bien adelantó las líneas, careció de peso ofensivo. Argentina, en cambio, reguló el juego. Aprovechó la impotencia incaica, manejó la pelota y los tiempos, acelerando cuando así lo entendía para aproximarse.
Con suficiencia y autoridad, el seleccionado albiceleste se plantó sin problemas en el campo de juego, ante un adversario carente de ideas. Dibu Martínez fue un espectador, pese a la necesidad del local para, por lo menos, achicar la diferencia en el marcador.
Un derechazo de Messi que alcanzó a desviar Gallese fue una de las aproximaciones de peligro de Argentina. No mucho más. Es que si bien tuvo el partido bajo su dominio, no fue muy profundo. .
Argentina resolvió con la categoría de un campeón un partido que ganó sin fisuras, sin grandes lucimientos individuales, con la excepción de un Messi eterno. Al fin y al cabo, lo ganó de la mano de su capitán.