El dibujo táctico no dio resultado como en la anterior salida en la liga, cuando Newell’s venció a Racing, jugando con un sistema parecido. Aquella vez fue 5-3-2. Anoche 5-2-3. Pero los intérpretes contra Belgrano fueron otros y el equipo careció de vértigo, dinámica y despliegue. Fue tan flojo el rendimiento que para el complemento Heinze puso el 4-3-3 que se presumía.
Sin Méndez (no fue citado), Portillo en el banco y ausente Montenegro (lesión), otros nombres no le imprimieron la velocidad al equipo que sí tuvo en Avellaneda, mostrándose y acelerando. O dando una mano en contención y coberturas.
Mosquera, de lateral-volante derecho, tuvo menos verticalidad que Méndez. Le costó avanzar y, las pocas veces que llegó al fondo, falló en los centros. Tampoco aportó en la marca. Por el otro costado, Martino fue también previsible. En su caso sí había jugó ante Racing, pero en mejor nivel. Por el lado de Ferreira, que no estuvo en el Cilindro, no le dio cambio de ritmo. Y Portillo, de otras cualidades, entró para la segunda etapa, buscando esa aceleración pero su influencia fue mínima. Parado 4-3-3, Newell’s dominó, pero sin mucho más que Sordo corriendo por izquierda. No le alcanzó para igualar.