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  José Demaría: una pasión que no pregunta la edad
 En la vida de José Demaría, el deporte estuvo presente desde que era muy pequeño. Hizo las categorías inferiores de fútbol en Newell 's, pero no terminó persiguiendo el sueño profesional. El fútbol siguió siendo el deporte más presente en su vida, de forma más casual y con sus amigos. Pronto llegó a explorar todo tipo de disciplinas, como bicicleta, atletismo, duatlón, triatlón, maratones y hasta carreras en montañas.
  Cuando habla del running, José confiesa que le encanta, pero agrega: “Lo único que como uno trabaja y no vive de esto es un sacrificio”. José tiene su negocio hace siete años pero antes trabajó en relación de dependencia y tuvo un taxi. A su vez, cuidaba a sus dos hijos después de una separación. Por ese entonces, tuvo que hacer una pausa y dejó de correr por algunos años, pero en cuanto encontró un hueco, sus hijos crecieron y su negocio se acomodó, volvió con ansias a las pistas.
   Retomar le costó bastante, analiza, pero abrazó esa base que de chico le había dado el contacto con el deporte. Tanto para mountain bike, triatlón y atletismo, comenzó a entrenar de la mano de destacados entrenadores que potenciaron su trabajo. En cada una de estas disciplinas se llevó trofeos y medallas. En la actualidad, está enfocado en el running. Recientemente, corrió la Maratón de Buenos Aires y los 21 km del Puente en donde ya hace tres años obtiene la primera posición en su categoría. Por su tiempo, clasificó a la carrera de Boston 2027, una de las seis más importantes del mundo.
 A sus 59 años, José sigue compitiendo. “Yo voy a correr y divertirme pero quiero hacer mi buen tiempo y hacer podios, eso es lo lindo. Por eso uno hace el sacrificio también”, comenta. “Yo soy competitivo conmigo, a mí me gusta ir, correr, ganar y mejorar mis tiempos. Eso es lo que me gusta, es como soy yo”, confiesa siempre hambriento por superarse.
  Esa garra que pone José en su entrenamiento tiene una explicación: “Es una descarga a tierra enorme”, sostiene. “Me gusta, me hace bien”, analiza. “Yo salgo del negocio con 800.000 cosas en la cabeza, me pongo las zapatillas y el short y es como que se me abre todo, soy otro”, explica, y sintetiza: “Me gusta, me hace bien”. En su tiempo libre, siempre encuentra alguna excusa para acercarse a la naturaleza, si no corre pedalea, si no pedalea anda en kayak y si no también lo pueden encontrar pescando.
 A medida que las personas crecen, la relación con el deporte se va estirando. Pero José no parece seguir la regla: “Mi viejo de 83 años anda en bicicleta todo el día, yo quiero lo mismo para mí, es más, lo quiero superar”, se ríe.
  Entre las competencias de las que formó parte, José estuvo presente en dos de las maratones de La Capital, obteniendo lugares en el podio. Su historia es un ejemplo de constancia y compromiso con el deporte que cambia cada uno de sus días.
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  Salvador Gorosito: una joven promesa
 Con tan solo 23 años, de Salvador Gorosito se habla como promesa del running a nivel regional. Hijo del corredor Juan Domingo Gorosito, estudia profesorado en Educación Física y trabaja en el grupo de entrenamiento “Rosario calle y pista” como entrenador junto a su padre. Pero fundamentalmente corre.
  Salvador entrena atletismo de fondo desde los 12 años. Compite en pruebas de 5 mil metros en adelante hasta media maratón. Arrancó de forma recreativa y fue tomando nivel. “A los 16 años me federé y después de la pandemia empecé a ver una mejora notable que me hizo querer entrenar más en serio”, comenta. Aunque había practicado natación, fútbol y taekwondo, ninguno lo había convencido del todo.
 Así llegó al atletismo, casi de casualidad, cuando sus padres lo iniciaron en el deporte por su salud. Después, él mismo fue aumentando la intensidad hasta llegar a entrenar con alto nivel. Este compromiso le valió participaciones destacadas en importantes competencias. Participó en varias nacionales u23, ganó nacionales U23 en 5 mil y 10 mil (dos veces) y el año pasado ganó en la categoría U23 la Media Maratón. También durante 2024, tuvo la oportunidad de ir a Colombia a competir en el Sudamericano U23 en Bucaramanga . Este año pasó de la categoría U23 a mayores y en esta nueva etapa salió segundo en la Media Maratón de Rosario y recientemente compitió en la Copa de Clubes de Mayores y salió tercero en 5 mil metros.
   “Me gusta correr porque es un deporte individual, más allá de toda la ayuda que uno puede tener de la familia y del entrenador. A la hora de competir y entrenar lo hago yo solo, no dependo de nadie más”, considera. Para Salvador se trata de un deporte “que te da mucha libertad” y que “es muy fácil de compatibilizar con el cursado y el trabajo”.
 Cuando termine sus estudios, Salvador quiere seguir apostando a su futuro en el deporte y entrenar de forma cada vez más profesional. “Correr francamente representa mucho de mi vida”, expresa. “Cuando corro siento tranquilidad. Es un deporte que te da mucho en la medida en que vos le das. Todo depende de vos: entre más le das más te devuelve”, sostiene.
  En su recorrido como atleta, no se perdió la experiencia de la Maratón La Capital. “Tuve la dicha de participar y ganar la primera edición”, cuenta. “Estuvo muy bueno, el circuito es distinto de lo que se habitúa”, considera. “Desde esa vez me ha quedado una buena imagen de la carrera”, confiesa el atleta.
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  Ezequiel Miranda: correr contra todo
 La de Ezequiel es una historia que los profesionales presentan en las juntas médicas. Nacido en San José de la Esquina, Ezequiel (46) jugaba al fútbol con sus amigos cuando decidió empezar algo nuevo. “Sentí que me gustaba correr así que empecé a correr cada vez más”, cuenta sobre el inicio de su pasión. De a poco, y con la ayuda de un entrenador, se fue perfeccionando y empezó a desafiarse a sí mismo en distintas competencias.
    Su vida dio un giro importante cuando en 2019 le descubrieron un tumor que le estaba comprimiendo la médula. Este diagnóstico lo hizo pasar por una operación grande. “Los médicos siempre me dijeron que tener un buen estado físico me ayudó un montón a salir adelante”, comenta. Lo cierto es que, al ritmo que su cuerpo le iba permitiendo, Ezequiel se mantuvo siempre cerca del atletismo.
   “Después de eso, mi enfermedad avanzó. Pasé por distintas etapas: me hice quimioterapia y rayos”, explica. Pero igual empezó nuevamente a correr. “Esto te lo permite el maratón porque a lo mejor en otro deporte que tenés un rival no lo podés practicar si no responde tu cuerpo”, analiza, pero en running “lo que uno trata es de superarse a uno mismo”.
 Su retorno a las pistas fue progresivo y en ese proceso llegó a los 10 km, más tarde a los 21. Cuando se quiso acordar, ya estaba corriendo maratones en las distintas provincias del país.
 Para Ezequiel, el deporte juega “un papel importantísimo” en su vida porque entrenar “ayuda muchísimo mentalmente”. “Yo no me curé. El deporte no te cura pero te ayuda muchísimo”, reflexiona. “Aunque tenga un problema grandísimo a veces te hace sentir bien, te hace creer que estás bien. No podés correr 15 o 20 km y pensar que estás tan mal. Eso es lo que me hizo sentir el deporte”
 “Me gustaría correr la Maratón de La Capital, estoy haciendo ejercicio pero por mis tratamientos con rayos no puedo correr en este momento”, confesó. No obstante, “el incentivo siempre está” y es probable que Ezequiel se pueda sumar a las próximas ediciones con más fuerza que nunca.
 Fernando Alegre: hacer lugar para el deporte
 Aunque la vida adulta traiga responsabilidades y compromisos, Fernando Alegre siempre encuentra un lugar para el deporte. Hace 18 años que trabaja como empleado en una empresa de logística y hace al menos 7 practica triatlón como disciplina principal.
  Dentro del triatlón, su relación con el running fue fundamental ya que fue la disciplina que lo empujó a ese mundo. “Para mí, significa muchísimo poder hacer esta disciplina porque me ha mantenido durante muchos años con esas ganas de superación constante”, expresa.
  Lo cierto es que los entrenamientos de Fernando se tienen que adaptar a los ritmos de su vida. “Mis rutinas van al ritmo de la vida de mis hijos así que siempre estoy buscando el momento para entrenar”, cuenta. Y se encarga de encontrarlo: “Por más que en ocasiones tengamos contratiempos, lesiones o tengamos que posponer entrenamientos por cuestiones familiares, uno siempre vuelve a ponerse las zapatillas y salir a correr”.
    “Todo deporte deja algo de aprendizaje”, analiza Fernando. “Para mí el apoyo de la familia es crucial en todo atleta”, reflexiona. Es que el hecho de que la prioridad de Fernando sean su familia y sus amigos, de alguna manera fortalece su rendimiento. Con respecto a ellos, considera que “junto al running, son los pilares fundamentales” en su vida.
  Haciendo malabares entre su trabajo y su hogar, Fernando se guardó tiempo y energía para entrenar y competir “así uno puede presentar su mejor versión en cada carrera”. El fin de semana, pondrá en práctica su esfuerzo durante la Maratón La Capital. “Es mi primera Maratón La Capital así que va a ser muy especial y la vamos a disfrutar a full desde el principio hasta cruzar el finisher”, comparte. Probablemente, en la carrera lo acompañen “los amigos que gastando zapatillas uno va encontrando kilómetro tras kilómetro” y en la meta lo esperen sus afectos, listos para darle ese apretón de reconocimiento por su sacrificio.
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