El otoño que se vive en Rosario durante esta primavera sorprendió a muchos, aunque las hormigas ya lo sabían con tres meses de anticipación. Esta población de insectos diminuta, que para muchos es un problema a erradicar, mantiene un comportamiento organizado, digno de apreciar y estudiar como lo hace desde muy pequeño y de manera lúdica el biólogo y comunicador social Jorge Finardi, quien conserva un estudio sistemático y pormenorizado respecto al comportamiento de estas obreras subterráneas.
Después de varios días con humedad y temperatura elevadas, las últimas precipitaciones registradas diez días atrás y la rotación del viento trajeron aparejados un brusco descenso de temperaturas cuando parecía que el frío era cosa del pasado. Así arrancó esta semana, marcada por temperaturas mínimas que oscilaron entre los 8 y 10 grados durante la mañana y apenas superaron los 20 grados durante las tardes, situación que continuará durante la próxima semana, de acuerdo al pronóstico extendido del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Las hormigas y la meteorología
Más allá de la tecnología y la meteorología dispuesta al servicio de la población, lo cierto es que hay una comunidad prácticamente ignorada, que conserva un comportamiento artesanal y predictivo: son la hormigas. Así lo explica a La Capital Finardi, de vasta experiencia en la materia.
"Concretamente, lo que ocurrió es que en julio comenzaron a llevar grandes cantidades de granito y cereales, ya que los mismos fermentan dentro del hormiguero y producen calor. Sin embargo, esta vez llamó la atención que acarreaban granito, maíz y sorgo de manera constante en pleno julio, al tiempo que elevaban el homiguero como anticipo de algo", analiza el experto. Era este otoño tardío en plena primavera, un tanto inusual.
>>Leer más: El biólogo que con su estudio sobre las hormigas pronosticó la ola de calor, ahora prevé períodos de fuertes lluvias
Entonces, explica: "Cuando tienen ese comportamiento es porque viene un frío tardío y, al mismo tiempo, elevaban el hormiguero, lo que para ellas representa una verdadera obra de infraestructura, producto de la gran cantidad de agua precipitada en tan poco tiempo que tuvimos durante septiembre".
Hormigas: pasión, curiosidad y juego
Finardi cuenta que se familiarizó con las hormigas desde su más temprana edad y luego lo transfirmó en un hobby al que le aplica una cuota de rigurosidad científica, puesto que es profesor en biología, comunicador social (UNR) y cuenta con un posgrado en comunicación médica, científica y ambiental extendido por la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona.
"Desde muy chico empecé a familarizarme como si se tratara de un juego. Así conformé una escala del 1 al 10 basada en la cantidad de hormigas que trabajan en torno al hormiguero, si son obreras jóvenes o mayores, la carga que llevan, el tipo de carga, y el tamaño y velocidad con el que trasladan elementos", precisa.
>>Leer más: En Rosario hay cada vez más hormigas y no desaparecen con sólo fumigarlas
En ese sentido, explica que si la velocidad es mayor y la misma también es directamente proporcional a la carga que acarrean es signo de exceso de frío o calor o de provisiones que deben acumular o desechar conforme a su propio sistema predictivo.
Las hormigas y otras categorías de análisis
Finardi sostiene que existe otra categoría de análisis a la hora de observar el comportamiento de estos insectos, cuyo indicador principal para este invierno fue el de "superabastecimiento de elementos nutritivos" para esa población observada, a partir de métodos cualitativos.
"En ese momento, el indicador principal fue el del superabastecimiento de elementos nutritivos para ellas correspondiente a invierno, porque después de que depositan dentro del hormiguero, crecen hongos, al tiempo que el cereal fermenta y eleva la temperatura dentro de su habitáculo", explica.
En ese marco, apunta que las hormigas —en este caso las negras podadoras— llegar a trasladar hojas y elementos que superan 50 veces su peso corporal, pero también interactúan entre ellas por medio de las antenas que poseen.
"En verano elevan el hormiguero y lo hacen más produnfo para bajar la temperatura del mismo. Por eso abren túneles para la circulación de aire y lo hacen en lugares donde puede correr aire y sombra", abunda.