Como están planteadas las cosas por el momento entre Leandro Somoza y Emiliano Vecchio es muy difícil que el volante creativo canalla continúe en Central a partir de junio, pese a que su contrato vence en diciembre de 2023. La decisión de prescindir del capitán del equipo está estrictamente vinculada con una determinación futbolística del entrenador. Es cierto que se escribieron ríos de tinta y se consumieron horas de radio y televisión buscándole la quinta pata al gato para entender por qué Somoza no concentró a Vecchio ante Aldosivi y tampoco lo hará este miércoles para visitar a Lanús. La realidad es que no existe ninguna cuestión encerrada. No hay animosidades ni juicios de valor camuflados. Sencillamente que para lo que quiere proyectar Somoza del equipo, Vecchio no es una pieza que encaje. No sólo por su condición física, sino porque estéticamente su cuerpo almacena algunos kilos y eso se ve evidenciado en las mediciones de porcentaje de grasa corporal que les realizan con periodicidad a los jugadores. Justamente por eso Vecchio arrancó con una rutina de reacondicionamiento físico luego de la derrota ante Tigre en el debut del ciclo de Somoza. Es más, si el volante estuviera en óptimas condiciones físicas y se adaptara a las exigencias de los entrenamientos, para el DT es un jugador que tranquilamente puede cambiar las coordenadas de un partido. Sabe perfectamente que con Vecchio en sintonía futbolística, Central puede jugar a otra cosa. Habrá que ver si el jugador logra una puesta a punto que potencie al equipo. Hoy parece una utopía imaginar a Vecchio siendo el cerebro del Central que se viene a partir de junio.