El parate por fecha de eliminatorias sudamericanas le vino muy bien a este Newell’s. La reciente victoria sobre San Lorenzo llegó en el momento más oportuno, detuvo la curva de caída a tiempo, y representó al menos un respiro, algo de luz en medio de tantos nubarrones de incertidumbre. El cuerpo técnico liderado por Gabriel Heinze está intentando aprovechar este lapso hasta la visita a Tigre, que se jugará el viernes 20, a las 16.45, para poner a punto a algunos jugadores que acarrean molestias.
En ese pelotón figuran los extremos Ignacio Schor y Ramiro Sordo, y el marcador central Carlos Ordoñez, quienes en este arranque de la semana de entrenamientos están trabajando todavía bajo las órdenes del cuerpo médico rojinegro y según trascendió desde Bella Vista seguirían practicando diferenciado hasta el inicio de la próxima semana, donde serían evaluados nuevamente para ver si llegan a estar en condiciones para la siguiente fecha. Por ahora, ninguno de ellos fue descartado de cara al próximo compromiso y sobre estas recuperaciones se posará el foco de interés en el predio leproso. Con el reloj esta vez a favor, el Gringo está tratando de rehabilitar a sus soldados.
Schor arrancó como titular ante el ciclón porque Sordo no estaba al ciento por ciento (arrastraba una distensión muscular que lo tuvo a maltraer en las jornadas previas a ese choque crucial), y tuvo que dejar el campo de juego del Nuevo Gasómetro, a los 36’, por un esguince de tobillo.
Desde esa salida prematura, los interrogantes se posaron sobre la evolución del exPlatense y sus chances de poder jugar en el siguiente desafío.
Finalmente, fue Sordo el que tuvo que reemplazar a Schor. Y más allá de las dificultades previas que llevaba consigo, entró y rindió de buena manera. En esta ocasión, Heinze lo ubicó de extremo, donde más se luce, y mostró pinceladas muy interesantes que coronó con el gol que selló la goleada 3-0 sobre los cuervos.
En ese puesto volvió a mostrar algunas de sus mejores virtudes, técnica, desequilibrio y gambeta al servicio colectivo para poner en aprietos al rival. Sus minutos en cancha fueron de lo mejor de esa excursión al Bajo Flores.
Esa gran noticia no pudo ser celebrada a pleno en el búnker rojinegro porque todavía hay un cuadro de molestias que persiste y que en las primeras jornadas de entrenamientos lo situaron con los que cumplen consignas médicas.
Por su parte, el caso del colombiano Ordoñez es muy llamativo. El joven zaguero proveniente de Envigado fue traído hace dos meses y medio en carácter de refuerzo para disputar la Sudamericana tras la partida de Willer Ditta, y aún no llegó a jugar en la primera leprosa.
El cuerpo técnico lo vio fuera de ritmo y lo llevó a la división reserva para que gane roce competitivo. En esa categoría jugó 63’ con Belgrano y se lesionó, y en esta semana en el clásico también tuvo que dejar la cancha tras sentir un pinchazo en la espalda, luego de un intento de salto fallido que lo obligó a ser reemplazado.
A los 12’ de la etapa inicial, Ordoñez se retiró con visibles rasgos de molestias y en su lugar entró Lucas Mihovilcevich. Si bien hasta ahora nunca pudo mostrarse como válida opción, le quita alternativas en el armado defensivo a Heinze.