Para este Central no hay caso y en la pendiente que empezó a transitar no hay nada que lo detenga, ni la experiencia, ni las ganas de los pibes. No hay soluciones por parte de Tevez frente a un equipo que lejos de recuperarse del golpazo que se pegó en Copa Argentina demostró que está más para la preocupación que para la sonrisa. Tigre se lo hizo saber y se lo dejó en claro, golpeándolo en el amanecer del partido y marcando el terreno de que esa reacción que el canalla necesitaba no se iba a dar en la noche de Victoria. Un tropiezo más (fue 1-3, con un doble del hijo del Chapa Retegui) en esta ya seguidilla de malos resultados que empiezan a jaquear cada vez más el ciclo del Apache.
Si algo le hacía falta a este Central repleto de pibes era que el partido transcurriera para ir tomando confianza, pero le salió todo patas para arriba en ese arranque en el que después de 11 toques, sin que nadie de Central tocara el balón, llegara el gol de Castro, cuando apenas iban 28 segundos. Sí, 28 segundos. La sensación fue de que podía ser debacle, pero de a poco el canalla empezó a hacer pie y a desnudar algunas falencias de Tigre en el fondo, aunque sin generar demasiado peligro.
Le costó a Central el desequilibrio, sobre todo por las bandas, donde Cerrudo no podía desbordar y todo se remitía a que Infantino recibiera por el centro y a partir de ahí pudiera descargar hacia atrás o los costados. Ahora, el retroceso siempre fue endeble, donde las marcas se desdibujaban. Para fortuna del canalla llegó ese córner de Buonanotte que peinó Retegui y que Infantino corrigió con el hombro para poner la pelota contra el palo izquierdo. El empate parecía bien, pero siempre bajo la idea de que Tigre era más.
Y el Matador lo demostró con otro pique de Retegui a espaldas de Almada (así había nacido el primer gol), el resbalón del capitán canalla y el zurdazo goleador del hijo del Chapa. Con eso ya había dejado de tener razónde ser esa prolijidad que Central intentó en el medio. Lo de Central fue más jugadas que juego. Porque la que tuvo Frías fue un grosero error de Prediger y una similar contó Cerrudo, pero Tigre también tuvo las suyas y siempre dejó la sensación de que cuando decidiera pisar el acelerador podía complicar al canalla.
Tevez consideró que el equipo no ameritaba cambiar y siguió con lo mismo. Para su fortuna, Colidio falló en el zurdazo a los 3’ del complemento, lo que pudo empezar a ser sentencia. Un partido planchado, con Tigre tranquilo y Central con demasiada calma teniendo en cuenta la desventaja. Después, la diferencia de jerarquía, porque Martínez lo tuvo por derecha y falló, y en la contra Colidio le hizo la vida imposible a Almada, combinó con Retegui y tras un remate del primero, otra vez el hijo del Chapa la empujó al gol. Descontrol y una cuesta más empinada que nunca.
Tan mal estaba y lucía Central que era impensado que pudiera torcer la historia de un partido que empezó a correr de atrás ya desde los 28 segundos. Y así comenzó a cerrar una noche aciaga para un canalla que intentó algo con los cambios de Tevez, pero que el mal rendimiento se hizo extensivo hasta el final. Pudo servir de maquillaje ese zapatazo que Blanco estrelló en el travesaño, pero ni esa le salió a este equipo al que ya todo le cuesta demasiado, pero que le sucede por lo mal que juega.
Tras el porrazo en Copa Argentina, esto, donde no hubo ni acción ni reacción. Lo que hubo fue otra actuación decepcionante con las alarmas ya sonando con más fuerza.
¡DOBLETE DE RETEGUI Y VICTORIA DEL MATADOR ANTE EL CANALLA! | Tigre 3-1 Rosario Central | RESUMEN