Un triunfo ante Barracas Central pondrá a Central un par de escalones más arriba de lo que está, habiendo cumplido con su parte, y después el resto deberá hacer lo suyo, por eso para el equipo de Miguel Angel Russo será primordial meterle una marcha más a este buen andar que tiene en la Liga Profesional. Todo sea por una pizca más de protagonismo en un torneo en el que el canalla siempre se mantuvo en el lote de privilegio, pero al que siempre le costó dar ese salto cualitativo que lo transforme en un animador con todas las letras. No hay nada que le garantice que logrando una victoria ante Barracas se transformará en candidato al título, pero si lo logra, dará un paso importante para mantenerse cuanto menos en la conversación. En el medio, un duro obstáculo por sortear: romper la mala racha como visitante que lo persigue desde siempre.
El escenario no contempla un rival que infunda peligro o, si se quiere, que despierte grandes temores, pero está claro que Central deberá prestarle el debido respeto a este combativo Barracas Central. La chance es más que propicia. Igual, el recuerdo de Banfield, reciente por cierto, obliga a un buen aprendizaje, algo con lo que no siempre pudo.
Si Central depende de sí mismo para tirar paredes con las alegrías, está claro que no a todos le encontró la vuelta. A la localía sabe cómo resolverla, pero en cada viaje atraviesa turbulencias que lo sumergen en la irregularidad.
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Quintana impacta de cabeza en una jugada de pelota parada. Por esa vía Central supo sacar provecho.
Marcelo Bustamante / La Capital
Ahora, si de incentivos se trata, una vez más este Central llega con el ánimo por las nubes y, lo más importante, en franca sintonía con el fútbol. Es que lo hecho hace menos de una semana en el Gigante frente a Instituto fue como para salir en la tarde de hoy a llevarse por delante a Barracas Central.
Pero hay una fisonomía de equipo que el canalla deberá corregir si pretende aspirar a algo más serio. En el final del torneo no puede darse la licencia de conformarse sólo con los puntos que logra en el Gigante y darle continuidad a las siestas que suele pegarse en cada excursión.
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Pese a esa tremenda fortaleza que logró en el Gigante, le resultó extremadamente difícil lograr dos triunfos seguidos, tal es así que lo consiguió una sola vez, en aquellas victorias primero en cancha de Huracán y después contra Gimnasia, en Arroyito. Por eso, el envión anímico y futbolístico está, pero nunca para este Central fue “soplar y hacer botellas”.
Pero por más incentivo que cargue sobre sus espaldas, Central arrastra esa carga futbolística de no saber o no poder darle continuidad a todas esas cosas buenas que hace en su estadio. Por eso ahora en Barracas será tiempo nuevamente de intentar dar vuelta esa página y pegar un salto de calidad de una vez por todas.
Russo podría actuar en consecuencia, con un cambio de esquema para que el equipo se parezca más al de las excursiones a Huracán, Newell’s, Atlético Tucumán y Vélez, pero amén de los nombres, será necesario que la mentalidad, pero sobre todo el fútbol, sean otros.
Claro, todos esos son condimentos si se quieren aleatorios a ese verdadero objetivo que tiene el canalla por delante, que no es otro que sumar de a tres. Porque es cierto, el simple hecho de sumar le serviría al equipo para desprenderse de las derrotas como visitante, pero si verdaderamente aspira a que el protagonismo sea más marcado, el golpe sobre la mesa deberá ser contundente.
Es cada vez menos lo que resta por jugarse en el torneo y nadie sabe a ciencia cierta para qué está Central o cuál será su destino en el final del torneo, pero para ese objetivo de mínima, que es finalizar entre los puestos de copas internacionales, no le queda otra que, como mínimo, mantenerse. Y para ello es necesario sumar. En su casa sabe cómo hacer las cosas, pero ante Barracas tiene una nueva chance de revelarse, de portarse mal, para que las cosas le salgan bien.