De creer. O sí. Este Central ya no sorprende. Se metió en problemas solo. Anoche no hizo lo que debía. No se dobló. Tampoco apichonó frente a un rival que venía devorando todo lo que se cruzaba frente a sus narices de visitante. Pero no ganó. El canalla empató en Arroyito 2 a 2 y no pudo asomar la trompa como debía en el grupo de protagonistas que pugnan por obtener una de las cuatro plazas que ofrece la rueda regular con destino a la Fase Final. Se quedó sin esa tan necesitada bocanada de esperanza en tiempo adicional. Porque Central Córdoba le arrebató el triunfo de puro guapo nomás y dejó atónito a Central de cara a lo que vendrá.
Así no llegará muy lejos. Tampoco crecerá. Esta versión canalla sigue verde. No fue voraz para las aspiraciones de los santiagueños, que siguen bien posicionados pero ya no tan cómodos como en la previa. El elenco auriazul no fue eficaz y ahora mira lo que resta de la competencia con otro semblante.
Al final, el punto en cancha del líder Colón no terminó cotizando en algo luego del empate de anoche. Lo dijo el Kily González. Había que revalidarlo en el Gigante. No supo cómo hacerlo. Ya se consumieron siete fechas. Y el equipo canalla sigue lejos de las aspiraciones de máxima pese a que matemáticamente todavía tiene nafta para competir.
Anoche no tenía permitido perder. Tampoco sumar una igualdad como terminó sucediendo porque a esta altura cada punto que deja en el camino se puede llorar después.
Central no madura. El proceso no arranca. No despega desde lo colectivo. Tampoco desde lo indivual. El Kily González parece no dar en la tecla. La actualidad y performance del equipo así lo ratifican. Contra Central Córdoba dejó escapar un triunfo que era una cuestión básica para acomodarse en el lote de los de arriba. No debía dejarse lastimar así en la agonía del partido. Se empató solo prácticamente porque el gol del ferroviario llegó por un yerro canalla. De Patricio Cucchi esencialmente y luego de una falta que comete Rabuñal. Central sigue sin estar bien. La perspectiva no es saludable. No logra hacer pie. Ofrece ventajas en los momentos cruciales.
Y así se le hará extremadamente complejo conseguir la clasificación a la Fase Final. Está más afuera que adentro. Le quedan seis presentaciones, pero ya no la tiene fácil para lograr aunque sea el objetivo de mínima.
En todo el partido no supo cómo doblegar al rival. Ese mismo representativo santiagueño que parece presa fácil, pero demostró ser un equipo duro de roer. No se lo puede dar por vencido jamás. Al menor error, te liquida. Central puede certificarlo hoy en día.
Lo que viene para este elenco auriazul es San Lorenzo, que también transita a los tumbos. Pero el Kily González deberá rediseñar la estrategia. Tendrá que acelerar ciertas cuestiones porque no puede volver a dejar puntos en el camino si es que quiere seguir manteniendo esperanzas.
No obstante, el tibio empate de anoche no fue casual. Ya mostró ciertas flaquezas cuando recibió especialmente a Argentinos Juniors, Godoy Cruz y Arsenal. Sucede a que esta igualdad dolerá más porque puede representar como determinante en cuestión de clasificación. Aunque eso se sabrá cuando concluya la etapa regular.
Mientras tanto, a Central no le queda más remedio que tratar de seguir de pie. Mirando hacia adelante y buscando corregir los errores frecuentes. Porque ya cedió demasiado terreno en el campo de las posibilidades.
Claro que el empate de anoche representó complicarse solo. Porque tenía el triunfo en la mano, pero lo dejó escapar por equivocaciones propias, más allá del golazo de tiro libre que terminó marcando el delantero Giménez en el quinto minuto adicional al tiempo reglamentario.
La resultante marca que Central sufrió anoche en el Gigante de Arroyito una lección, que seguramente no se olvidará. Menos si llega a quedar afuera de la Fase Final.