Le tapó la boca al tigre. Central venía haciendo un partido pálido pero se despertó cuando quedó en desventaja y gracias a los cambios. Fue un 2-2 electrizante ante un muy complicado Tigre.
Foto Marcelo Bustamante/La Capital
El uruguayo Mallo lo empató en el último suspiro.
Le tapó la boca al tigre. Central venía haciendo un partido pálido pero se despertó cuando quedó en desventaja y gracias a los cambios. Fue un 2-2 electrizante ante un muy complicado Tigre.
El juego inició como se preveía. Con Tigre adueñándose de la pelota y manejando las acciones a su gusto. Gaspar Servio fue llamado rápido a aparecer cuando tapó un remate de media distancia de Armoa arrojándose sobre su palo derecho, a los 3 minutos.
Central estaba amuchado en su propio campo y recién se animó a los 7 minutos, cuando Mac Allister apretó en la salida a Menossi y se llevó la redonda contra el área, aunque se la terminó entregando en las manos a Marinelli.
El equipo de Russo no era claro pero tenía en Malcorra al titiritero de cada ataque. El exLanús no se estacionó en ningún sector y se aparecía por sorpresa detrás de los volantes centrales de Tigre para quedar frente al arco.
Y así llegó la apertura del marcador para el canalla. El 10 auriazul recibió una falta sobre la izquierda, vino un centro de Mac Allister que encontró un cabezazo de Komar anticipando a toda la defensa sobre el primer palo y estampó el 1-0 a los 14 minutos.
El canalla no tuvo tiempo de descorchar que lo mandaron a guardar la botella. Apenas dos minutos después, después de una buena triangulación del matador por derecha, Blondel sacó un centro al corazón del área, entre Servio y Mallo se molestaron y Retegui aprovechó para ratificar su implacabilidad. Frentazo y a sacar del medio.
Tigre monopolizó la pelota, Central corría de atrás. Lo mejor que podía hacer el canalla era ensuciar el partido para quemarle los cables al matador en la generación de juego. Con esa premisa se acabó la primera etapa.
Servio había sido protagonista ante Argentinos con sus atajadas clave, pero ante el matador mostró una imagen opuesta. Tiene la facilidad de pasar de héroe a villano a corto plazo. Un tiro libre de Menossi derivó en otra floja respuesta del 1 canalla, que dio rebote y le sirvió el 2-1 a Colidio.
Russo registró que la línea de tres ya daba demasiadas ventajas y sacó a Komar para armar una tradicional con cuatro: Martínez-Mallo-Quintana-Coyote Rodríguez.
El ingreso de Infantino le dio más dinámica a Central y lo sacó un poco de la cueva. Tigre se quedó con nafta y los de Russo fueron con todo a buscar el empate.
Y tuvo premio. Fue tanto que consiguió el botín. En la última de la noche en el José Dellagiovanna, Mallo se erigió a pura guapeza en el área tras un córner de Malcorra y desató la locura. Un 2 a 2 para el infarto. No había tiempo para más.
Central tuvo un inicio para el olvido y un final para creer en algo más. Y el equipo de Russo, mientras tanto, sigue sumando. Un punto de esos que valen oro.
Por Mila Kobryn