El seleccionado argentino obtuvo una victoria inolvidable ante Brasil por 3 a 0, resultado que lo depositó en la final del fútbol de los Juegos Olímpicos de Beijing, que se jugará el próximo sábado ante Nigeria, que superó a Bélgica.
El seleccionado argentino obtuvo una victoria inolvidable ante Brasil por 3 a 0, resultado que lo depositó en la final del fútbol de los Juegos Olímpicos de Beijing, que se jugará el próximo sábado ante Nigeria, que superó a Bélgica.
Los goles del partido los marcaron Sergio Agüero, en dos ocasiones, y cerró la historia Juan Román Riquelme, de penal.
Inolvidable fue la fiesta vivida en Beijing, porque después de mucho tiempo, de muchas derrotas dolorosas Argentina pudo superar a los brasileños, que terminaron pegando patadas y sufriendo dos expuslsiones, y acercarse de ese modo al sueño dorado.
Argentina respetó su historia y por eso ganó. Brasil dejó de lado sus raíces y por eso cuando pierde sus derrotas son más dolorosas y las victoria menos felices.
En la previa a este partido desde el lado argentino se aseguraba que saldrían a atacar como siempre y que Brasil se pararía decididamente a jugar de contra, con muchos hombres en el fondo.
Pero esto se dio a medias, porque los brasileños no se pararon tan atrás, aunque su postura era la de jugar de contra, ni los dirigidos por Sergio Batista salieron a atacar con todo, al punto que en el primer córner a favor fueron sólo cuatro hombres a buscar el centro ejecutado por Messi que quedó en las manos de Renan.
Durante los primeros minutos de juego dio la sensación de que se iba a armar el partido, porque insinuaban con generar situaciones de gol pero quedaron en eso, en insinuaciones.
Recién a los 40’ la gente se despertó de la siesta y tuvo que dejar de hacer la ya insoportable ola mexicana para divertirse cuando Messi desparramó rivales por la derecha y casi logra la apertura del marcador, pero salvó Renan.
En el segundo tiempo la historia cambió, porque Argentina salió a jugar el partido que planteaban todos a la hora de hablar y Brasil el que sospechaban todos en la previa: se refugió muchos metros atrás y se dedicó a esperar.
Pero la actitud tuvo su premio y Gago tomó una pelota en la mitad de cancha, la abrió para Angel Di María, quien tiró un centro fuerte para que Agüero, con el pecho y con la mano enviara la pelota al fondo de la red y provocara la primera explosión de la noche.
El yerno de Maradona, el Kun, no había marcado ningún gol en estos Juegos y después se señalar el primero se despachó con el segundo, luego de que una asistencia de Ezequiel Garay, quien estaba entremezclado en el área.
Todo pasó a ser una fiesta Argentina y las lágrimas que llegaron con la medalla de Juan Curuchet y Walter Pérez (ver páginas 8 y 9) se trasladaron al estadio de los Trabajadores de Beijing.
Y la frutilla del postre llegó con el penal que Breno le cometió a Agüero y que Riquelme cambió por gol, para establecer el 3 a 0 y desatar más fiesta, más tango y menos carnaval.
Todo lo que quedó del partido fue para disfrutar, hasta de los remates en los palos de los brasileños, como uno exquisito de Ronaldinho, que fuera de estado y todo fue lejos el mejor de su equipo.
Argentina es finalista por segunda vez en el día que se consiguió la primera medalla de oro en Beijing este grupo de futbolistas está muy cerca de conseguir la segunda. l