Con el propósito de buscar aunar esfuerzos en procura de reanudar la actividad hípica en el Independencia, la semana pasada se llevó a cabo una reunión entre los directores que rigen los destinos de la Sociedad del Estado Municipal Hipódromo Rosario (Semhr), representantes de los distintos gremios del turf y directivos de la Asociación de Propietarios y Criadores de SPC de Rosario.
Se abordaron varios temas de suma importancia que tuvieron como propósito -entre otros- la búsqueda de mecanismos para restablecer las carreras en el óvalo rosarino, cerrado para las competencias desde el pasado sábado 7 de marzo, cuando el coronavirus se instaló y se propagó en la orbe mundial.
El cónclave produjo noticias alentadoras para los dirigentes hípicos, ya que escucharon de parte de la Municipalidad la aceptación de los protocolos presentados en su oportunidad, denominados “plan A” y “plan B”, según la circunstancia lo requiera.
Ahora resta que los mismos reciban la aprobación del gobernador de la provincia, hecho que se espera en poco tiempo más, y de tener una respuesta afirmativa se comenzaría a confeccionar la carta de llamados para la primera reunión, que se llevaría a cabo sin público y bajo estrictas medidas de seguridad sanitaria.
Desde la órbita de los dirigentes turfísticos reina el optimismo en que se pueda conseguir la reapertura del hipódromo en poco tiempo más, algo que significaría un bálsamo a los ya alicaídos bolsillos de todos los que de una manera u otra viven de la actividad turfística y que se vieron golpeados por la epidemia.
De acuerdo a lo conversado entre las partes, la jornada se desarrollaría en la semana, evitando los domingos, y se habría elegido el día jueves para el desarrollo de las competencias. El horario de comienzo de la velada sería entre las 11.30 o 12 y duraría hasta las 14.30 o 15, con espacio de 20 minutos entre cada cotejo, tiempo considerado suficiente, ya que no habrá público ni apuestas.
Ocho en las gateras
Todas las pruebas serán de carácter no computable y se disputarán solamente con 8 caballos, dejando una gatera libre entre ellos. Uno de los temas que estaría por resolverse sería la utilización de las chaquetillas que deberían portar los jockeys en cada carrera. Si usarán las habituales numéricas o correrán con las correspondientes a cada stud participante.
También quedó definido que el día en el que habrá competencias, no se realizarán los habituales ensayos matinales.
Cabe destacar la muy buena decisión adoptada por las autoridades del Semhr, quienes agregarían un monto mayor a los que se reparten en las pruebas de categoría Independencia y de esa forma la bolsa de premios alcanzará hasta el cuarto puesto, cuando en tiempos normales la recompensa era para el primero y el segundo.
Esto significaría que de los ocho participantes la mitad tendría acceso a premios, un dato de suma relevancia para los que tratan por todos los medios de mantener la actividad en momentos sumamente difíciles.
Presencia mínima
Dentro de las medidas adoptadas y con el afán de mantener el protocolo, los ejemplares que tomen parte de cada prueba serán acompañados por un propietario, cuidador, jockey y el peón. Terminada la carrera y en caso de no tener otro participante en la reunión, deberán retirarse de las instalaciones.
Con respecto al pago de premios de cada carrera, el mismo se procederá a hacerlo efectivo al día siguiente (viernes), una medida que serviría para que el día de la competencia no se produzca aglomeración de profesionales con el fin de mantener el aislamiento.
Será una prueba piloto de la que se aguarda un resultado positivo. Todas las miradas estarán centradas en el día de la reanudación y para que la “reprise” sea efectiva, tanto los directivos del municipio como los representantes hípicos esperan el estricto cumplimiento de estas medidas sanitarias, las que serían el mejor aval para continuar con las realizaciones de futuros programas.
Solo caballos del tattersall
Sobre la mesa de diálogo se consensuó que las carreras serán protagonizadas solamente por caballos que se encuentren radicados en el parque caballar del Independencia, teniendo como prioridad aquellos propietarios que han mantenido sus ejemplares dentro del predio a pesar de la dura situación que ya lleva 120 días de pausa obligada por el Covid-19.
De todas maneras, los propietarios y/o cuidadores que quieran ingresar caballos al tattersall tendrán la posibilidad de hacerlo, aunque deberán aguardar un tiempo determinado, el que se está evaluando (podría ser entre 45 y 60 días), para que sus ejemplares puedan participar de los programas.
Otro contenido de la charla mantenida entre los directivos giró en torno a la chance que existiría de que las carreras puedan ser transmitidas por una señal, para lo cual se está trabajando intensamente, suceso que sería visto con buenos ojos por los aficionados, quienes de esa manera podrían palpitar las alternativas de las competencias desde sus domicilios ante la imposibilidad de ingresar al hipódromo.
Por último, y en relación a una intención que tenían los propietarios de aportar recursos para engrosar las bolsas de premios, eso habría quedado desestimado, ya que el costo de cada carrera sería solventado en su totalidad por las arcas del municipio.
Visita del intendente
El intendente Pablo Javkin y la diputada provincial Cesira Arcando recorrieron las instalaciones del hipódromo Independencia el fin de semana pasado y llevaron tranquilidad a las familias que viven de la actividad hípica, que están padeciendo los duros coletazos en medio de la pandemia de coronavirus.
El titular del Palacio de los Leones fue contundente al afirmar que su gestión no concibe el predio sin la actividad hípica, hecho que festejaron los trabajadores allí presentes con un fuerte aplauso.
En ese sentido, Javkin les informó que la Municipalidad aprobó el protocolo para la habilitación de las carreras sin público y con las medidas de distanciamiento pertinentes y que resta sólo la aprobación por parte de la provincia para que la actividad se reinicie, hecho que podría concretarse en breve.
A su turno, Cesira Arcando explicó que la del turf “es una actividad generadora de trabajo por excelencia, ya que de un equino surgen siete puestos de trabajo en forma directa y 15 de manera indirecta. Su resurgimiento es fundamental para recomponer el tejido social pospandemia”.
En la actualidad el tattersall del hipódromo cuenta con 380 ejemplares aproximadamente, aunque en tiempos de actividad normal la cifra asciende a 500, sin contar los caballos que llegan desde las zonas de influencia y de otras provincias para participar de la jornada.
Esa merma considerable se debe a que varios propietarios han decidido retirarlos de los boxes ante la ausencia de competencias, ya que resulta muy difícil solventar los gastos de la pensión.
En síntesis, las cartas están repartidas sobre el paño verde, solo resta apostar las fichas a la espera de que cuando se den vuelta los naipes, las combinaciones sean favorables para hacer realidad lo que tanto necesitan esas familias que directa o indirectamente dependen imperiosamente del regreso de las competencias al Independencia.