Marco Ruben le puso palabras al presente de Central en el inicio del torneo. "Estamos dando pasos hacia adelante", consideró el delantero, quien no dudó a la hora de afirmar que esos pasos "no son grandes, sino cortitos". Vale la sinceridad del goleador y capitán canalla en esto de entender que este arranque del equipo canalla dista mucho de lo acontecido en los últimos torneos, esencialmente desde que Eduardo Coudet tomó la dirección técnica. Y es este aún amanecer de competencia el que obliga al Canalla a tomar una postura distinta, ya sin tanta soltura, sino más bien sesgada por algunas urgencias. Nada que se deba tomar como instancias límites, pero sí con cierto parentesco a esa ecuación que muchas veces suelen hacerse en el mundo del fútbol.
Lo primero que hay que consignar es que el arranque del torneo está por debajo de las expectativas de muchos, principalmente del plantel y cuerpo técnico. Sólo a partir de esa aseveración se entiende lo que el Chacho declaró ya en más de una ocasión, respecto a que "el hincha de Central en este último tiempo se acostumbró a ganar".
Tan contundente como cierta la reflexión del técnico canalla. Pero es a partir de consideraciones de ese estilo que puede tomarse el partido frente a Arsenal como una historia en sí misma.
La interpretación al tema planteado es relativamente sencilla. En torneos anteriores (ver infografía), los triunfos que se daban no sólo con mayor asiduidad, sino con una soltura emocional que iba acompañada de un comportamiento futbolístico mucho más sólido, colaboraban para que los trabajos de perfeccionamiento de lo bueno y corrección de errores fueran desarrollados en un espacio de calma absoluta. Las urgencias, al menos en esas primeras jornadas, eran un ingrediente desconocido.
A este Central no hay nada que lo ponga en una situación de acorralamiento, más en un torneo con un nuevo formato, pero la visualización del terreno sin dudas se hace desde otro sector. Por ejemplo, se sabía que los 90 minutos contra Patronato iban a tener un sabor especial, emparentados con la necesidad de recomponer la necesidad de archivar aquella mala actuación en Liniers, frente a Vélez. Y lo que viene ante Arsenal no es muy distinto.
Sabiendo que fue apenas discreto lo hecho en Rafaela, en Central entienden que no hay caminos alternativos, que la única dirección válida es la que conduce a una victoria.
Esa es la exigencia que se plantea en este "día a día" de Central, ya que el hecho de correr la carrera mirando hacia adelante y sin gozar del privilegio de, cada tanto, pegar una ojeada por el espejo retrovisor, es lo que marca nuevas coordenadas.
De allí la necesidad de acomodar la estantería futbolística, emprolijarla y, sobre todo, fortalecerla, para que los tiempos de cierto rélax puedan volver a formar parte de la cotidianidad.
Es fundamental la "confianza" de la que habló Ruben. Es vital el convencimiento y el instinto de superación al que Coudet hace alusión de manera constante. Por lo pronto, la marcha a media máquina (esencialmente en cuanto a resultados) hace que cada tanto el equipo deba someterse a exámenes mucho más duros e incisivos.