“Hoy no podés perder”, cantaría la hinchada en un partido decisivo, de trascendencia, como el de esta noche frente a 12 de Octubre, y es lo que tiene que lograr Central para lograr el propósito en el que está embarcado, en medio de una situación de absoluto privilegio. Porque el sólo hecho de sumar al menos un punto obligaría a Huachipato a concretar una goleada histórica (más de 10 goles) contra San Lorenzo. Improbable. De igual forma, lo aconsejable sería ganar para que ni la más mínima especulación se atreva a tocar las puertas en Arroyito. Cumpliendo con ese cometido, la clasificación a octavos de final de la Copa Sudamericana será un hecho, sin someterse a la necesidad de prestarle atención a lo que ocurra del otro lado de la cordillera.
No hay mejor escenario para elegir. Claro, al Kily y a sus jugadores les hubiera gustado llegar a esta última fecha ya con el pasaporte en el bolsillo, pero tener la chance en sus propias manos es un valor inconmensurable. Otra vez en el sur bonaerense (como el miércoles pasado ante los chilenos), el canalla tiene la oportunidad de pegar un grito fuerte, de esos que fortalecen y permiten tomar envión.
La clasificación en sí misma representaría una enorme satisfacción, pero en esta historia de amores y desencuentros, en Central tienen muy en claro que servirá no sólo para seguir en carrera en una competencia internacional (tantas veces esquiva en los últimos años), sino que implicaría un aliciente importante frente a tantos otros sinsabores. Porque si bien el presente se analiza desde una óptica esperanzadora, atrás quedaron unos cuantos achaques, que merecen ser puestos en consideración. La rápida despedida de la Copa Argentina, con decepción de por medio, y después la no clasificación a la instancia final de la Copa de la Liga fueron parte de una historia a la que sobre el desenlace del semestre se le empezó a acomodar el guión. Pero eso será materia de análisis más adelante y sobre todo por parte del cuerpo técnico y los dirigentes.
¿Qué tiene que hacer Central? Ganar. Con solo eso le alcanzará. Puede empatar, siempre y cuando Huachipato no se despache con una diferencia abismal ante San Lorenzo. E incluso perdiendo el equipo del Kily logrará el objetivo, pero para eso será necesario que los chilenos no sumen de a tres. Son cuentas fáciles, sencillas y que lo único que hacen es poner la responsabilidad sobre un Central que demostró hacia afuera, pero sobre todo se demostró a sí mismo, que cuenta con las herramientas necesarias como para salirse con la suya.
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Central viene de una goleada, en la que Zabala fue importante.
Una de las grandes herramientas es ni más ni menos que su fútbol, lo que no es poco. Porque hoy no hay tambaleos, dudas ni nada que se le parezca. Más bien todo lo contrario. Lo que Central ofrece por estos días es un crecimiento sostenido en el rendimiento, a partir del cual se fue sacando rivales de encima y elaborando un sostén con buenas bases. Otra vez el Kily deja todo como está y no mete mano en el equipo. Mejor indicador que ese no hay. Ratificación absoluta. Confianza a pleno.
Fue mucho el tiempo que le llevó al Kily González lograr que su equipo tuviera una marca indeleble de competitividad, pero hoy la tiene. Es el as en la manga con el que el canalla va confiado al sur. Incluso fue en esta mismísima Copa Sudamericana cuando el equipo creció partido a partido y se enamoró del protagonismo que ese crecimiento le obsequió como recompensa. Un puntapié inicial con San Lorenzo (en el Gigante), una corajeada en Chile jugando casi todo el partido con uno menos, una soberbia actuación en el Nuevo Gasómetro para tomar las riendas de la situación y un festival de goles contra Huachipato. Eso fue lo que hizo que aquella lejana derrota en el debut, frente a 12 de Octubre, no tuviera el formato de lápida.
Pero lo sustancial es que para ese equipo que arrancó con dudas las mejoras no fueron sólo en el terreno de los resultados, sino que la aparición de los mismos fue producto del juego. La simpleza con la que lleva a cabo su plan, que es de lo que todos los equipos intentan valerse, no siempre se presenta como tal. Y este Central tiene la virtud de haber empezado a hacer fácil lo difícil.
Toda competencia seduce pero el traspaso de las fronteras tiene un encanto especial (ni hablar del rédito económico que produce este tipo de participaciones) y Central tiene la mesa servida para que el retorno a la actividad lo encuentre metido en la conversación en esta Copa Sudamericana.
Si gana clasifica, si empata casi seguro también. Por eso, como los hinchas cantarían en las tribunas, aún sabiendo que igualmente puede cumplir el objetivo, “hoy no podés perder”.
12 de Octubre amenazó con no viajar, pero al final lo hizo
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Los paraguayos acordaron los premios y viajaron.
El plantel de 12 de Octubre amenazó con no viajar a Argentina para jugar hoy ante Central debido a una deuda que la dirigencia de club paraguayo mantenía con los jugadores por los premios de la Copa Sudamericana, pero el conflicto fue resuelto ayer mismo, por lo que la delegación que conduce el exdefensor Pedro Sarabia viajó sin problemas. El acuerdo que había sido fijado antes del inicio de la competencia no fue respetado por la dirigencia de 12 de Octubre y es por eso que los jugadores se plantaron antes del viaje, amenazando con no hacerlo. El presidente Edgar Monges finalmente prometió el pago (de unos 350 mil dólares) y eso fue lo que motivó que los futbolistas revieran su postura. En principio jugarían los habitualmente titulares (viajaron todos) pese a que el próximo domingo tienen un partido clave ante Nacional, por el torneo paraguayo, para mantener la distancia con Sportivo Luqueño, Sol de América y River Plate, en la lucha por la permanencia.