En los últimos diez años hay un rubro que creció notablemente y se instaló como un negocio de cercanía en todos los barrios de la ciudad: las dietéticas. Principalmente desde la pandemia el boom fue mayor, incentivado por las recomendaciones de estos productos en redes sociales, y hoy se encuentra una dietética casi por cuadra.
El sector se expandió fundamentalmente de la mano de los emprendedores que vieron en la demanda de alimentos saludables una oportunidad. Abrieron nuevos locales, mejoraron su estrategia comercial, sumaron diseño y marketing, aumentaron su oferta de productos y buscaron estrategias para crecer. Del otro lado, muchos rosarinos cambiaron sus hábitos de consumo e hicieron disparar las ventas.
En la actualidad, en Rosario, se pueden encontrar distintos estilos de dietéticas. Algunas más enfocadas a la venta a granel, otras que priorizan ofrecer variedad de envasados. La diversidad de proveedores, también surgida en los últimos años, es otro de los puntos que ha contribuido al auge del rubro. Ahora los negocios que buscan poner masividad en sus góndolas pueden elegir entre una gama surtida de distribuidores locales o nacionales.
Los básicos a considerar en dietéticas
“Como apuesta, la dietética es accesible porque requiere poca inversión como una granja o una verdulería”, explica Juan Manuel López, titular de Midland Food en calle Catamarca casi Entre Ríos. Desde hace 8 años, López abastece a la zona del Parque España con el negocio que abrió junto a su esposa Celina Gamerro, ingeniera en alimentos. La pareja eligió buscar su diferencial con la venta a granel para flexibilizar los valores: “No se paga tanto packaging y en tiempos de crisis le das la posibilidad a los clientes de seguir comprando lo que necesitan, pero elegir las cantidades a llevar”. Con esta estrategia reciben unos 150 clientes por día y los atienden de forma personalizada, conociendo sus nombres y sus preferencias de compra.
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Juan Manuel López buscó como estrategia la venta de productos de calidad a granel.
Foto gentileza Midland Food
Para empezar, entonces, se requiere un espacio dónde armar el negocio. Un local de 50 mt2 en esa zona está entre $200.000 y $300.000 de alquiler mensual en un contrato comercial a tres años, aunque eso siempre depende del acuerdo con el propietario. Eso sin contar los costos de ingreso que varían según el monto total del alquiler, hay que tener en cuenta las garantías, sellados y seguros contra incendios, entre otros gastos que suelen incluir las inmobiliarias.
Respecto a la puesta a punto del local, López reconoce que la mayor inversión está en el mobiliario: “Las repisas y estantes de madera y hierro, con un buen carpintero, pueden estar entre $ 3 y $5 millones”. Después hay que considerar como esenciales las heladeras verticales que rondan los $ 800.000, un freezer de pozo otros $ 700.000 y una balanza a $ 300.000. También se puede incluir una puesta a punto de la vidriera con una rotulación en vinilo de corte que, en cálculos de López, puede rondar los $ 250.000. Si el emprendedor decide llevar adelante el negocio sin un empleado, esos serían los gastos básicos. “El resto de la inversión va a la mercadería. Hay que salir con un stock mínimo y reponer dos o tres veces a la semana. Afortunadamente hoy hay proveedores que entregan productos día por medio”, agrega López.
Los diferenciales para posicionar la marca
En el caso de Luciano Maragliano, titular de Eqo Natura junto a su socia Brenda Ávalo, la búsqueda fue ofrecerle al cliente una opción de compra rápida, fácil y accesible. Así fue cómo confeccionaron un primer local en calle Sarmiento, casi Pasco, que funciona como autoservicio. Hoy, 9 años después de esa primera inmersión en el rubro, ya cuentan con otros dos locales en el centro. Todos con la misma lógica que es la de apuntar a ofrecer variedad de productos de marcas saludables.
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Luciano Maragliano, al frente de la dietética Eqo Natura junto a su socia, Brenda Ávalo.
Foto gentileza Eqo Natura
“Al haber tanta demanda, también creció la oferta, lo que hoy nos permite tener un mercado variado para poner en góndola y acercarles a los clientes comer sano gastando lo mismo que si comieran chatarra”, reflexiona Maragliano. Respecto a la rentabilidad, comenta: “No es tan alta como otros rubros, pero la diferencia se ve en la cantidad. En Eqo Natura intentamos subir las ventas de tickets y venta promedio con precios competitivos”.
Además de los gastos de inversión ya mencionados por López, Maragliano suma otros elementos a tener en cuenta a la hora de abrir una dietética como un aire acondicionado de 5000 frigorías a $ 700.000 o una computadora a $500.000. A esta última se le puede sumar un sistema de stock “enlatado” a unos $ 15.000.
Los dos titulares coinciden en que un empleado 8 horas diarias sale unos $ 900.000 incluyendo todas las cargas sociales dentro del convenio de empleados de comercio. Y entre otros valores a tener en cuenta, Maragliano, también considera la selladora a $ 80.000 y la ticketeadora a $250.000.
El titular de Eqo Natura también hace mención a que se deben tener en cuenta los costos de impuestos como Ingresos Brutos, que implican un 4.5% de toda la facturación mensual. A su vez los posnet de los bancos, ya que se precisa tener uno por cada banco emisor: “Nosotros tenemos 5 posnets por local y cada uno cobra diferentes comisiones dependiendo si se paga con débito o crédito”, agrega.
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La venta de alimentos saludables a granel es muy común en este tipo de negocios.
Alimentos saludables en auge
Respecto a los productos, ambos empresarios coinciden en cuáles son los más costosos para poner en góndola. Entre ellos están los frutos secos que López los ubica como un commodity ya que varían constantemente los precios. Por su parte Maragliano suma los suplementos que, si bien son de marcas nacionales, se producen con insumos importados, lo que genera un costo de $ 60.000 a $ 80.000 el kilo los que son colágeno o magnesio.