El matrimonio santafesino que tuvo a su cuidado un nene que hoy tiene tres años de edad, durante los últimos dos, en el marco del programa Familias Solidarias, y que la semana pasada debieron restituir a la Subsecretaría de los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Familia, se reunieron ayer con Analía Colombo, defensora general de Niños y Adolescentes de Santa Fe y Raúl Lamberto, defensor del Pueblo de la provincia. Sergio Gigliotti y Cristina Morla le trasladaron a los funcionarios el traumático momento que están pasando, tanto la pareja como el niño, y les solicitaron que intercedan ante el Poder Ejecutivo para que Kiki —tal el sobrenombre del chico— permanezca con ellos hasta que la Justicia decida si les otorga la adopción, tal como ellos lo solicitan.
"Nos recibió la defensora de la Niñez y el defensor del Pueblo quienes nos atendieron muy bien, nos entendieron y se comprometieron en tres cosas: informarnos dos o tres veces por semana cómo está Kiki, con quien tomarán contacto sus colaboradores y que supervisarán su situación; saber eso da un poco de tranquilidad y menos incertidumbre. También van a tratar de acelerar los tiempos de la Justicia para que entienda toda esta situación como un todo, y tercero, interceder para generar algún tipo de diálogo con el gobernador o quien tenga a su cargo decidir dónde está Kiki", explicó Gigliotti en diálogo con LaCapital.
"La entrevista fue muy positiva y nos entusiasma el compromiso que han asumido las autoridades, al mismo tiempo que nos tranquiliza como padres. Nos informan cada 48 horas cómo está el niño y eso nos serena por más que no lo veamos. Saber cómo está es algo invaluable para nosotros como padres", señalaron ambos.
Los Gigliotti-Morla acogieron en su hogar a Kiki hace dos años, que en ese entonces era un bebé de alrededor de un año, en el marco del programa Familias Solidarias. Esta metodología establece que una familia reciba y cuide a un niño en situación de vulnerabilidad, por delegación del poder tutelar del Estado, el cual está obligado a resolver el destino del menor en el plazo de seis meses.
Ese plazo se cuadruplicó, extendiéndose a dos años, período en el cual se forjaron lazos afectivos entre los mayores y el nene. La semana pasada, la Subsecretaría de la Niñez retiró al chico de la familia con la que convivió los ultimos dos años y habría ordenado su alojamiento en el seno de otra familia solidaria.
Quienes se inscriben como familias solidarias expresan de antemano su renuncia a aspirar a la adopción del niño, pero también se establece un plazo máximo de seis meses, algo que aquí se incumplió por parte del Estado. Con el lógico fortalecimiento de los lazos afectivos por el transcurso de estos dos años, ahora la familia aspira a la adopción, una decisión que está pendiente de resolverse por la Justicia de Familia.
Esperanzados con la adopción
Ante el inminente desprendimiento de Kiki, la familia que lo crió estos dos años presentó en la Justicia un recurso de "no innovar", es decir que hasta que se resuelva la posible adopción el nene permaneciese en este hogar, pero les fue denegado.
En ese sentido, Gigliotti remarcó que "no es cierto que nos nieguen la adopción ya que la presentación de guarda no fue rechazada, lo que se rechazó fue un recurso de «no innovar» que era el desprendimiento de su lugar de vida".
A la vez, el hombre remarcó: "Tenemos plena fe en la Justicia, y todavía tenemos fe en que el gobernador (Miguel Lifschitz) pueda tomar una decisión al respecto". En ese sentido, la familia le dirigió una conmovedora carta pública al mandatario el domingo último a través de Facebook.
"Si lo dejaban con nosotros, no se modificaba nada. Esto es un daño que le están causando a una criatura de tres años. Aquí no hay ninguna pulseada con nadie, yo nunca pedí la renuncia de nadie. Lo único que me interesa es que Kiki esté bien, y él está bien con los papás que él adoptó como centro de vida", insistió Gigliotti. Y lamentó: "Ahora será el ministro o el gobernador quien decida, pero el daño ya está hecho".
La Subsecretaría de Niñez, Adolescencia y Familia depende del Ministerio de Desarrollo Social de Santa Fe, a cargo de Jorge Alvarez, quien no obstante la amplia trascendencia pública del caso y que el afectado sea un niño de apenas tres años, no recibió a la familia solidaria.
Gigliotti explicó que "hay jurisprudencia que favorece a Kiki" y aclaró que este "no es el caso de cuando los niños son reclamados por los padres biológicos". Por eso, "una vez que se implemente lo estipulado, él estará en condiciones de ser adoptado, pero hay demoras burocráticas".
Luego aseguró: "Nuestro estado de ánimo en estas últimas horas es secundario. Acá no se tiene que perder de vista la situación del menor. Kiki fue alejado de su centro de vida", subrayó, y finalizó: "Nuestra lucha continúa teniendo mucha fe en la Justicia luego del respaldo que nos brindó la Defensoría y, sobre todo, tener fe en que el gobernador Lifschitz, pueda abrir los caminos de diálogo para tratar de que Kiki no siga sufriendo".