Por Marcelo Castaños
Vista aérea del club, cuando estaba en funcionamiento y sus instalaciones
La pileta del club, en sus momentos de esplendor.
Las canchas de tenis hoy, invadidas por los yuyos.
La pileta del club fue destruida por la empresa Petrobrás, cuando fue dueña de la Refinería.
Los petroleros de San Lorenzo quieren recuperar el histórico Club YPF, que fuera por generaciones un lugar de encuentro, práctica de deportes y actividades sociales. El predio, ubicado en le terminal de operaciones de lo que fuera la Refinería (hoy YPF, luego de pasar por varias manos) tiene aproximadamente cuatro hectáreas, llegó a contar con cancha de fútbol, pileta de natación con trampolín, canchas de tenis, cancha de bocha techada, vestuarios, proveeduría, salón y parque.
La idea es que al lugar pueda recuperarlo el sindicato que los agrupa, para lo cual necesitan que la empresa, verdadera propietaria de los terrenos, los ceda en comodato. La intención de las actuales autoridades sindicales, encabezadas por Rubén Baigorria, es que el club pueda recuperarse, recobrar su esplendor y poder ser lugar de encuentro de empleados de la firma, afiliados del gremio y público en general, aunque en este último caso se pediría el abono de una cuota.
Ya en 2020 había surgido una iniciativa de parte de vecinos de la zona, que querían recuperara el predio para actividades sociales y deportivas. “Salvemos el Club YPF”, era la consigna, y generó algunas reuniones y reclamos. Pero después de las elecciones en el Sindicato Unido Petroleros e Hidrocarburíferos (Supeh), y con la asunción de las nuevas autoridades, se comenzó a trabajar desde el gremio con lo que había sido una promesa de campaña.
"Ahora tenemos que hablar con la gente de Patrimonio de la empresa, y después empezar a ver la ver la parte legal, que es un punto clave", dijo a Baigorria a La Capital. Y en cuanto a lo que habrá que invertir, el dirigente aclaró que "hay cosas que hay que levantar, pero el club no está tan caído. Hay que darle un retoque a la parte edilicia, y por supuesto reacondicionar las canchas, tanto de tenis como de fútbol, pero en general el club puede levantarse", dijo.
En una nota enviada a las autoridades de la compañía petrolera, y con la firma de Baigorria y el secretario administrativo, Luis Alberto Finoli, el Supeh de San Lorenzo hizo la petición formal de recuperar el predio, un "objetivo central" de la nueva conducción y un "pedido constante por muchos años de los afilados".
Finoli afirmó a este diario que se están dando los primeros pasos con esta primera nota al jefe regional de la compañía, mientras "estamos tratando de involucrar a otros actores sociales y empresas para que colaboren en el proyecto y en su posible sustentabilidad. Somos un gremio de 300 afiliados, de modo que hay que buscar la forma de hacer sustentable el proyecto", reconoció.
La intención es reacondicionar el lugar, y que los afiliados lo usen sin costo, mientras que estaría abierto a la sociedad con el pago de una cuota, individual o familiar. "Pero lo primero es recuperar este lugar, porque hay muchos sentimientos hacia el club de parte de los empleados de la empresa y de los afiliados al gremio en general", dijo Finoli. Y abundó: "El primer esfuerzo será acondicionarlo; tiene una cocina industrial de acero inoxidable sin uso, pero los vestuarios están bastante deteriorados, y las canchas están en desuso. Por el momento, estamos en el acompañamiento de la gestión. Cuando tengamos el proyecto completo, lo presentaremos bien a YPF para que pueda ceder el terreno, ya sea al sindicato o a la federación que nos agrupa, eso sería casi indistinto", cerró.
Ahora se aguarda la respuesta de la empresa, que hace un par de años readquirió la Refinería, desguazada tras la quiebra comercial de Oil Combustibles. Si es positiva, entonces los sindicalistas se pondrán en marcha para trazar los alcances efectivos de tal propuesta.
El Club YPF siguió el derrotero de la misma refinería. Mientras estuvo YPF vivió un momento de esplendor, sobre todo en la década del 50, de la que muchos sanlorencinos todavía conservan fotos y recuerdos. La pileta funcionaba a full, había colonias de vacaciones y la actividad deportiva era intensa. Por aquella época, YPF empleaba en San Lorenzo a unos 1.500 trabajadores. Durante muchos años, el club llegó a competir en básquet, los deportistas recibían la indumentaria para poder participar de los partidos. También estaba en las competencias Interclubes. Y en el último período, el predio del YPF se cedía para las Olimpíadas Especiales.
"Una cosa importantísima es que el club fue totalmente gratuito para todo el pueblo, iba cualquier persona a hacer deporte y no se cobraba por nada. Sólo era necesario asociarse, pero no se pagaba cuota", recuerda hoy Marcelo Remondino, concejal de la ciudad y un deportista histórico de la institución. "Quien empezó a jugar al tenis en la zona, lo hizo en el Club YPF, que tenía tres canchas iluminadas", recordó. Él mismo fue uno de los que se formó allí como tenista.
Pero con el tiempo las cosas cambiaron. En la década de 1990, con la desregulación del mercado, la petrolera dejó de ser una sociedad del Estado y se transformó en sociedad anónima y, más tarde se habilitó el mecanismo para que las acciones fueran adquiridas por el sector privado. Allí se inició una dura etapa de despidos y cientos de trabajadores quedaron sin empleo, generando un impacto social, económico y cultural a nivel regional.
Los grupos Pérez Companc y Soldati adquirieron la refinería. Luego Repsol, teniendo el control de la firma Astra, compró la parte de las acciones del Grupo Soldati. En 2000 la refinería fue adquirida totalmente por PeCom Energía, del Grupo Pérez Companc, y dos años después fue vendida a la compañía brasileña Petrobrás. Finalmente, en 2010, fue adquirida por la firma Oil Combustibles, del Grupo Indalo, que cerró en 2018. Ese mismo año, YPF volvió a adquirir la planta, diseñada para procesar 8.000 metros cúbicos por día de crudos livianos y medios, lo que representa el ocho por ciento de la capacidad de refinación del país.
El Club YPF sobrevivió un tiempo a la privatización, pero fue decayendo con los años. Cuando la adquirió PeCom, ya sólo iban algunos socios a disfrutar de las instalaciones, que poco a poco fueron cayendo en el abandono.
"Pero el golpe más duro se lo dio Petrobrás, que terminó por tapar la pileta, que por supuesto ya estaba en desuso", recuerda Remondino, quien fue uno de los que motorizó en 2018 la consigna "Salvemos el Club YPF". Las canchas se dejaron de utilizar, y con el tiempo el predio quedó en el olvido...Hasta ahora, que los petroleros buscan reflotarlo.
Por Florencia O’Keeffe