Un cura santafesino estará por primera vez en el registro nacional de violadores. Se trata del sacerdote Néstor Monzón, quien fue condenado el miércoles a 16 años de prisión por ser el autor material de abuso sexual gravemente ultrajante a una nena y un nene de tres años en la parroquia "María Madre de Dios" de Reconquista. Monzón ingresará así al Registro Nacional de Datos Genéticos Vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual, promulgado en 2017 y en el que ya figuran los párrocos Justo José Ilarraz de Entre Ríos, condenado a 25 años de prisión, y Julio César Grassi.
Pero lo singular es que será la primera vez que lo integre un ministro de la Iglesia Católica por disposición de la Justicia santafesina.
En el registro se almacena información genética de autores de delitos sexuales con el fin de cruzar datos con las investigaciones de delitos de abuso sexual y poder encontrar a los responsables. Hasta marzo de este año se registraron 23.461 abusadores en el país, y más de 1.300 pertenecen a la provincia de Santa Fe.
Pese a la sentencia, Monzón entró y salió en libertad del juzgado de primera instancia, aunque, tanto la querella como la Fiscalía, advirtieron del peligro de fuga. El sacerdote, de 51 años, fue condenado por unanimidad por el tribunal pluripersonal integrado por los jueces Claudia Bressán (presidenta), Santiago Banegas y Martín Gauna Chapero.
Los magistrados resolvieron condenar a Monzón como autor penalmente responsable del delito de abuso sexual gravemente ultrajante (por las circunstancias de su realización) calificado, por ser el imputado ministro de un culto reconocido, en perjuicio de los dos menores de edad, en concurso real. En el mismo trámite absolvieron a Monzón por el beneficio de la duda de la autoría del delito de abuso sexual gravemente ultrajante calificado (por producir un grave daño en la salud de la víctima) en perjuicio de ambos menores.
"Los abusos investigados fueron cometidos entre el jueves 26 y el viernes 27 de noviembre de 2015 en una casa perteneciente a la diócesis de Reconquista, en la que vivía el acusado. El hombre cumplía funciones como sacerdote", precisó el fiscal Alejandro Rodríguez. "Las víctimas fueron una niña y un niño muy pequeños, a quienes no sólo sometió sexualmente, sino que también hizo que se observaran mutuamente mientras eran abusados", agregó.
Rodríguez se refirió a las agravantes del delito atribuido al acusado. En relación a su condición de ministro de un culto religioso, sostuvo que "se debe a que, al momento de los ilícitos, Monzón cumplía funciones como sacerdote".
En total, ya fueron denunciados cuatro miembros de la iglesia en Santa Fe. En 2009, monseñor Edgardo Storni fue condenado en primera instancia a ocho años de prisión por el abuso a un exseminarista aunque nunca estuvo preso. Pese a eso, en 2011, se anuló la sentencia y murió antes de la revisión.
En 2014, el cura santafesino Luis Brizzio fue denunciado por abuso de una adolescente de 16 años en un retiro espiritual. Sin embargo, como la víctima realizó la denuncia cuando ya era adulta y habían expirado los tiempos procesales, nunca se inició un proceso en su contra.
El arzobispo de Santa Fe en 2015, José María Arancedo, abrió una investigación canónica a Brizzio por "comportamiento indebido" y lo removió de sus tareas pastorales en una parroquia de Esperanza. El denunciante recibió un documento del Arzobispado de Santa Fe en el que se argumentaba que se trataba de una caso de abuso de menores puesto que para la Iglesia Católica la mayoría de edad es a los 16 años, por eso nunca se investigó abuso de poder.
Por último, la exmonja Sandra Migliore publicó un libro en el que denunció que su par Viviana Fleitas abusó de ella cuando estaba en el noviciado y era menor; además contó abusos a otras compañeras.
Fleitas es la primera monja denunciada por abusos en el país. Los hechos habrían ocurrido en el convento que su congregación, las Hermanas Educacionistas Franciscanas de Cristo Rey, tiene en San Lorenzo, pero no hubo investigación canónica ni respuesta de la Iglesia sobre este caso.
Uno Santa Fe
El violador. Después de imponer la pena la Justicia solicitó que se asienten los datos genéticos de Monzón.
En el registro se almacena la información con el fin de cruzar datos con las investigaciones de delitos sexuales