Con la vista puesta en potenciar el desarrollo de la producción apícola en el sur santafesino, la Facultad de Ciencias Veterinarias de Casilda, dependientes de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), apuesta a optimizar el funcionamiento de un laboratorio que fue creado hace un tiempo para satisfacer necesidades del sector.
El desafío trazado ahora es ampliar el servicio para tener una mayor capacidad de respuesta con la incorporación de un costoso equipo de alta tecnología para analizar y determinar la presencia de glifosato en miel y su metabolito AMPA, cuyos parámetros son claves para la fijación del precio de compra por parte de exportadores de la producción mielera.
Se trata de un cromatógrafo líquido de ultra performance y un cromatógrafo gaseoso acoplado a un espectrómetro de masas cuadrupolar en tándem "triple cuadrupolos". El estratégico aparato está valuado en unos 500 mil dólares y la facultad ya lo gestionó ante el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación del gobierno nacional en el marco de la segunda etapa del programa federal Equipar Ciencia.
De prosperar el pedido, que cuenta con el acompañamiento de la Escuela Agrotécnica "Libertador General San Martín" de Casilda y de las facultades de Odontología, Medicina, Agrarias y Bioquímicas, además de productores apícolas y autoridades políticas de la zona involucrada con en el tema, se daría un paso fundamental para jerarquizar el laboratorio que se prevé incorporar al futuro Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias Veterinarias.
El decano de Veterinarias, Mariano Garate, explicó a La Capital que el equipamiento requerido es de “una imperiosa necesidad, ya que si bien en la provincia no existen equipos de estas dimensiones, los equipos de cromatografía líquida con capacidades analíticas no prestan servicio a productores, asociaciones y cooperativas que deben recurrir a laboratorios privados que funcionan fuera del territorio santafesino”.
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"Este pedido -añadió- surge del vínculo entre la facultad, la Municipalidad de Casilda, que es capital provincial de la miel, y de apicultores de la región para atender sus distintas demandas orientadas a mejorar su capacidad y calidad productiva".
En ese marco, recordó que "desde la mesa de diálogo provincial apícola se planteó oportunamente la necesidad de contar con este tipo de servicio y su accesibilidad por parte de los productores".
"Desde hace años se viene desarrollando un espacio de trabajo conjunto articulando el laboratorio de alimentos y zoonosis de la facultad con la sala de extracción de miel del municipio casildense, lo que permitió realizar controles de calidad del producto para su comercialización", resaltó Garate. Y luego explicó que "hasta la aparición de esta prestación, los productores debían enviar su producción completa a los acopiadores y comercializadores para ser analizada y, en función de ello, fijar el precio a pagar".
Sello de calidad
"Con la sala de extracción -agregó- y el laboratorio público de la facultad se logró realizar estudios y contribuir a mejorar la calidad y confiabilidad del producto para avanzar con los niveles de comercialización tanto a nivel local como al exterior, imprimiendo un sello de calidad e identidad propias de la provincia de Santa Fe".
Por último, Garate detalló que el equipamiento que se busca sumar para fortalecer el proyecto no solo beneficiará a los apicultores santafesinos, sino que también "tiene aplicaciones en la industria alimentaria para el análisis de compuestos antioxidantes, en la farmacéutica veterinaria para la elaboración de nuevos antibióticos, en la medicina humana para la investigación de concentraciones de glifosato en plasma y en el campo de la agronomía para analizar la presencia de esa misma sustancia en suelos, entre otras utilidades".