Los comedores de las escuelas volvieron a funcionar y no fueron pocos los estudiantes que en los días que van de clases apenas recibieron como almuerzo un sándwich frío de jamón y queso, una fruta de postre y un yogur para una jornada de seis horas. Tras dos años de pandemia, el objetivo de que los chicos que asisten a esos espacios -que en las escuelas barriales son casi la totalidad de la matrícula- vuelvan a acceder a un plato de comida caliente que incluya proteínas y frescos, aún es una deuda en varios cientos de casos. Problemas edilicios de las propias escuela, como falta de gas, además de dificultades en la cocina centralizada por la alta demanda que obliga a rotar entre raciones frías y calientes, fueron las explicaciones a la decisión sobre el menú.
La Escuela 1.257 Ara General Belgrano del barrio Las Flores fue una de las instituciones donde los más de 460 chicos que allí almuerzan recibieron una ración fría de apenas pan, jamón y queso, dos mandarinas, un yogur y una factura en una jornada escolar que para los alumnos de 4º a 7º grado se extiende durante seis horas.
"¿Esta es la calidad del Ministerio (de Educación)?", expresaron a través de una pregunta, que es protesta, docentes y delegadas del establecimiento que además a lo largo de la pandemia sufrió reiterados robos que interrumpieron sus actividades e incluso estuvieron sin suministro de un servicio básico como el agua.
Allí, las raciones llegan desde la cocina centralizada que funciona en Granadero Baigorria porque el edificio tampoco tiene gas.
"Dicen que hubo problemas en la centralizada", señalaron docentes y delegadas de Amsafé en la escuela, quienes recordaron que esos mismos chicos son los que recibieron durante dos años, desde marzo de 2020 hasta el 4 de enero de este año, bolsones de ayuda alimentaria de la provincia con alto contenido en hidratos de carbono.
Tal como relevó La Capital en junio del año pasado la ayuda otorgada por la provincia a lo largo de esos 24 meses no incluía productos frescos -ni carnes ni frutas ni verduras-, se priorizaron los hidratos de carbono, había escasa la presencia de legumbres (proteínas vegetales, la leche se entregaba apenas una vez al mes y 7 de cada 10 de los alimentos incluidos estaban definidos de "consumo moderado" para niños por las propias guías de alimentación del Ministerio de Salud de la Nación.
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>>Leer más: 7 de cada 10 de los alimentos son de consumo moderad para niños.
Un caso que se repite
Lo que sucedió en Las Flores estuvo lejos de ser un caso excepcional y así lo afirmaron no solo del gremio docente, sino también desde la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que agrupa a los asistentes escolares que justamente se desempeñan en los espacios de comedores de las escuelas.
Desde Amsafé Rosario indicaron que parte del problema es la falta de gas en las escuelas, un dato que el gremio viene relevando desde antes del inicio de clases y que estima afecta a más de cien establecimientos de la ciudad y a algo más de 500 de todo el departamento Rosario.
En esos casos, justamente por la falta del servicio, las escuelas estarían entregando raciones frías.
Desde la cocina centralizada, la respuesta tiene dos aspectos: por un lado afirmaron que hay establecimientos que demandan una ración fría porque tienen "alguna complicación" que no les permite recibir la comida caliente, pero por otro lado admiten que la altísima demanda que tienen por estos días los comedores y que sobrepasa la capacidad de producción del espacio los obliga a rotar entre raciones frías y calientes para dar respuestas a todos.
Retroceder 20 años
La secretaria general de ATE Rosario, Lorena Almirón, recalcó hay que situaciones en torno a los comedores escolares que son directamente "insostenibles".
El gremio viene reclamando hace rato el aumento de la inversión en las raciones de comida, ya que actualmente la provincia invierte apenas 60 pesos por cada ración de comedor y 30 por la de copa de leche.
"Eso en un marco en el que se ve un incremento de por lo menos el 30 por ciento en la cantidad de chicos que concurren a esos espacios por la crisis que provocó la pandemia y cuando en la región la pobreza está impactando casi en un 50 por ciento de la población", señaló Almirón.
Para la dirigente, un sándwich puede ser una alternativa en una emergencia, pero "para nada puede sostenerse en el tiempo porque en ese caso es preferible que las familias vuelvan a recibir el bolsón".
"Entre las necesidades de los chicos, los problemas edilicios, la falta de salones y la sobrecarga del personal por los protocolos que están vigentes aún, retrocedimos 20 años y los comedores vuelven a ser utilizados como aulas".