Recuperar la plaza Pocho Lepratti como espacio de esparcimiento es uno de los reclamos que los vecinos de Ludueña Norte vienen sosteniendo desde hace por lo menos un año. Ocupada primero por una feria que llegó a tener casi 400 participantes y que se instalaba en todo el perímetro del lugar de lunes a lunes, con la intervención de las áreas de control del municipio lograron reducir los días y horarios, pero insisten reclamar mejoras en la manzana que acumula años de deterioro.
“Una cosa es una feria para la gente del barrio y otra cosa es como tener una Salada los siete días de la semana, que no deja que los chicos y las familias utilicen el lugar, pero si todo el lugar destrozado”, planteó Jesús Di Giácomo, de la Asociación Vecinal Ludueña Norte y Moreno.
El director del distrito Noroeste, Juan José Di Pollina, afirmó que “se regularizó la situación de los feriantes” y que están en marcha “obras de mantenimiento”.
La plaza está entre las calles Larrea, Liniers y Vélez Sársfield, en Ludueña Norte, y se llamó José Mármol hasta 2004, cuando fue rebautizada Claudio “Pocho” Lepratti. “Esta plaza siempre estuvo en mal estado, la arreglaron un poco cuando le cambiaron el nombre, pero después otra vez volvió a faltar mantenimiento”, contó Jésica, que creció en el barrio y que hoy lleva a sus cinco chicos a jugar en ese lugar.
Sin embargo, los principales problemas comenzaron con la instalación de una feria en 2012, que se inició como espacio para los vecinos de la zona donde pudieran lograr otra fuente de ingreso, pero que en los últimos meses se terminó transformando en un espacio “incontrolable, que ocupaba toda la plaza, que funcionaba de lunes a lunes, de la mañana a la noche y donde se vendían artículos de dudosa procedencia”, recalcó el titular de la vecinal.
Normalización. Con la plaza “inhabilitada”, los vecinos llevaron su reclamo tanto al Centro Municipal de Distrito como a la comisión de Gobierno del Concejo Municipal, y lograron recién en junio pasado la intervención de la Guardia Urbana Municipal (GUM).
“Lo primero que se hizo fue normalizar la situación, decomisar la mercadería de dudosa procedencia, los alimentos que no podían ser comercializados, productos prohibidos como medicamentos, DVD piratas y otros productos, y dejar la feria para que sea un espacio realmente para los vecinos de la zona”, explicó el titular de la GUM, Cristian Tabares, quien ratificó que en ese momento se habían registrado más de 380 feriantes, incluso de otras localidades de la región.
El director del distrito Noroeste confirmó que se trabajó en varios ejes, que incluyeron “la limpieza de la zona con la erradicación de un minibasural que se generaba por la actividad, el control de los vehículos que también ocupaban el espacio, y el control de la mercadería”.
Así, con la regularización de la situación, son unos 150 vecinos de la zona los que ahora participan de la feria de miércoles a sábados, durante medio día, y dejando siempre liberada media plaza para el uso recreativo de los vecinos.
Recuperación. Sin embargo, los vecinos consideraron que “es necesario reconstruir la plaza que ha quedado destruida”, y no sólo realizar algunas mejoras, como el cambio del mobiliario urbano, si no piden la construcción de una pista de skate y la colocación de rampas de acceso para personas discapacitadas.
Un terreno de tierra y sin pasto, y con mobiliarios rotos, es lo que se ve a la vista en la plaza Pocho Lepratti.
“Queremos que se convierta en un espacio verde, de verdad, porque si se invirtieron 18 millones de pesos en Córdoba y Moreno, no entendemos por qué no se puede colocar césped, hacer senderos y recuperar los juegos para los chicos acá en el barrio”, insistió Di Giácomo.
El director del Distrito Noroeste admitió que se trata de “un espacio que requiere mantenimiento”, pero señaló que “ya se comenzaron trabajos de pintura en los juegos infantiles” y señaló que “ya está el compromiso de parquización del lugar”.