“Urbe, tus sueños se cumplen”. Ese era el eslogan en distintos soportes gráficos de publicidad de una empresa constructora que, en 2015, ofrecía la posibilidad de llegar a la vivienda propia a través de una inversión inicial y cuotas. Pero la empresa nunca cumplió, el fideicomiso se deshilachó y el dinero invertido por los potenciales propietarios se esfumó. Ahora, la Fiscalía de Delitos Económicos y Complejos investiga al titular de la firma luego de la denuncia que radicó un damnificado, que perdió unos 40.000 mil dólares.
Sin vivienda propia, Alejandro E., de 45 años, cobró la indemnización de un trabajo y decidió encarar la solución habitacional. Como es habitual, algunas empresas del rubro construcción ofrecen la posibilidad levantar edificios desde el “pozo” para llegar al departamento propio a través de fideicomisos que se conforman con inversores dispuestos a esperar plazos, aceptar condiciones y, en algún momento, concretar la mudanza.
La propuesta de Urbe le pareció razonable a este hombre. Y avanzó en la futura compra de un departamento monoambiente de 25 metros cuadrados que se iba a construir en un edificio, en la esquina de Mitre e Ituzaingó (ochava sudoeste), frente a la plaza Libertad.
El 1º de diciembre de 2016 el cliente firmó un contrato con plazos de obra y demás cláusulas, y pagó 500.000 pesos (a cotización del dolar del momento eran unos 31.250 dólares). En ese acto, se comprometió a pagar cuotas mensuales y consecutivas de entre 7.000 y 8.000 mil pesos hasta mediados de 2018, cuando estaba prevista la entrega del monoambiente.
Uno detalle no menor es que el dinero que Alejandro puso para llegar a ese objetivo correspondía a la indemnización de un trabajo de años, y del cual se fue con un retiro voluntario.
En 2017, la empresa alegó retrasos en le ejecución de la obra, y entonces se redujo la cuota en los últimos meses como compensación. Igualmente, se realizaban reuniones donde se exponían los proyectos, se recorrían los terrenos a utilizar, se entregaban planes de obra con etapas e inversiones. Todo con el objeto de darle verosimilitud al ardid”, expuso Alejandro.
Pero la ilusión se derrumbó como un castillo de naipes y el edificio que se iba a levantar frente a la plaza Libertad, nunca se concretó. Luego de intentar recuperar el dinero invertido a través de varias negociaciones que no prosperaron, el damnificado se presentó en el Ministerio Público de la Acusación (MPA) el 24 de abril pasado con evidencias sólidas, y se inició una investigación.
El legajo quedó en manos del fiscal Miguel Moreno, de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos, quien solicitó diversas medidas judiciales para esclarecer el hecho, que podría configurar una estafa.
Así, se concretaron allanamientos en la vivienda particular del titular de Urbe, identificado como Eduardo Néstor C., en la casa de un intermediario, Sebastián A., y en un estudio contable.
En la oportunidad se incautó documentación, dispositivos electrónicos y efectos de interés para la causa. Además se dispuso una cautela e inhibición general sobre todos sus bienes.
Defraudaciones
Sobre el caso, el abogado penalista Mariano Savia, que patrocina la denuncia de la víctima, indicó a La Capital que, más allá del caso puntual, “se vienen trabajando en el estudio temas de defraudaciones y abuso de confianza también en fideicomisos céntricos”.
Según ese análisis, advirtió que “llama la atención otra modalidad: individuos que han generado diferencias dinerarias muy significativas a partir de adquirir a precio irrisorio los terrenos donde se levantaron luego emprendimientos monumentales. Para el letrado, el trabajo del fiscal Moreno ha sido serio y comprometido”.