El slackline nació en el Valle de Yosemite en California, en la década del 80. Desde allí, la práctica de disciplina de equilibrio sobre una cinta se extendió por el mundo. En Rosario llegó hace unos cinco años y se instaló rápidamente en los espacios verdes, al punto de que en el parque Independencia funcionó una escuela gratuita. Y ahora la ciudad será la primera en contar con una ordenanza para regular la práctica de este deporte que, según aseguran sus fanáticos, pueden disfrutar tanto niños como adultos mayores.
Si bien la Asociación de Slackline y Equilibrio de Rosario (Aser) suma ya unos 150 socios que participan de los encuentros que se realizan en el parque Urquiza o en el Scalabrini Ortiz, la práctica de este deporte urbano no estaba reglamentada, por lo cual muchas veces las reuniones terminaban de forma abrupta, con la intervención de los agentes de la Secretaría de Control y Convivencia del municipio.
El slackline es una disciplina de equilibrio en el que se utiliza una cinta plana que se engancha entre dos puntos fijos y luego se tensa. Normalmente la cinta es elástica, lo que permite efectuar saltos y piruetas en el aire. Es una actividad que se practica al aire libre, en espacios públicos, muy vistosa y que cada vez gana más adeptos.
Por eso, desde la Aser impulsaron un proyecto para regular la práctica del slackline, para que se desarrolle de forma segura y, sobre todo, en lugares apropiados. Y tras varios debates, el Concejo aprobó la iniciativa en su sesión del jueves pasado. "Creemos que a partir de esta ordenanza este deporte va a poder seguir creciendo en la ciudad y vamos a poder practicarlo sin generar problemas a terceros o que los inspectores municipales nos saquen", apuntó Agustín Tombetta, uno de los referentes de la asociación.
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Pionera en el país
Tombetta destacó que de esta forma, Rosario será la primera ciudad en reglamentar la práctica de la disciplina. "La ordenanza que aprobó el Concejo contempla todas las modalidades de práctica. En otras ciudades como Mendoza, Neuquén, Buenos Aires o Córdoba se entregan permisos para el uso del espacio público, pero esta norma es más amplia", explicó y agradeció el acompañamiento del bloque de Ciudad Futura.
La ordenanza regula la realización de las actividades vinculadas al slackline en la ciudad, ya sea la realización de acrobacias aéreas con la cinta colocada a unos dos metros de piso (trickline), en cintas que alcanzan los cien metros de longitud (longline) o las prácticas en altura en montañas, arroyos o entre edificios (highline).
En todos los casos, la normativa establece estándares mínimos de seguridad para el desarrollo de las actividades. Por ejemplo, todos los equipos deben estar homologados y certificados y ser colocados por personal con experiencia; los anclajes de seguridad deben contar con un un backup, de forma que si falla el primero se active el sistema secundario; y estos elementos sólo se podrán montar sobre árboles con troncos mayores a 25 centímetros de diámetro para colocar, excluyendo el uso de postes de luz, semáforos, barandas, escaleras o juegos infantiles.
La norma también prohíbe la práctica de esta disciplina en sitios que interrumpan la libre circulación de peatones o vehículos, como ser aceras, ciclovías o calzadas. Además, señala que en espacios abiertos públicos se deberá considerar el tránsito y permanencia de terceros, sobre todo en parques o plazas muy concurridas.
Si se cumple con estas condiciones, las asociaciones o clubes de slackline podrán tramitar un permiso de uso del espacio público. Cada permiso tendrá una vigencia de tres años a partir de la fecha de su expedición y podrá ser renovado previa petición expresa realizada con tres meses de anticipación.
El municipio deberá establecer los lugares donde se puede practicar este deporte siempre y fiscalizar que todos los deportistas cuenten con certificado de aptitud psicofísica, capacitación sobre prevención de riesgos y medidas de protección aplicables en relación a la disciplina, en reanimación cardiopulmonar primeros auxilios y una póliza de seguro de accidentes personales y responsabilidad civil.
Equilibrio y aire libre
La práctica de slackline se instaló definitivamente en Rosario hace unos cinco años y, desde entonces, a excepción del período de pandemia, no para de sumar aficionados. Hasta el año pasado, en un sector del parque Independencia la Aser sostenía una escuela gratuita que funcionaba todos los miércoles por la tarde en la llamada plaza de las Ciencias, frente al predio ferial.
"Es una actividad que pueden practicar desde niños chiquitos, acompañados de un adulto, hasta personas mayores", aseguró Tombetta y apunta que "sólo hay que tener constancia y de a poco van a ver como se puede empezar a ponerse de pie sobre la cinta, después caminar o saltar, es una cuestión de superación personal".
La disciplina no sólo permite fortalecer músculos y ejercitar el equilibrio sino también compartir el aprendizaje con otros y disfrutar del espacio público y del sol. El slackline, como señala la ordenanza, es una de esas actividades que combinan deporte, recreación y manifestaciones culturales asociadas y su práctica "es una importante herramienta de desarrollo integral y de socialización para todas las edades".
Y a partir de la nueva ordenanza se podrá practicar de forma más segura.