provoca el desvío de nueve líneas del transporte público de pasajeros, con las lógicas consecuencias para todos los habitantes del lugar.
provoca el desvío de nueve líneas del transporte público de pasajeros, con las lógicas consecuencias para todos los habitantes del lugar.
La reacción fue una medida más entre todas las que se tomaron frente a la escalada de violencia de los últimos días (ver página 24).
Con este escenario, el barrio Hospitales está atravesando un momento de tensión y cambios que influye en los hábitos y las costumbres cotidianas de los vecinos, ya que muchos colectivos tuvieron que modificar sus recorridos para evitar la zona de cortes establecida alrededor del Centro de Justicia Penal, que ocupa la manzana de Rueda, Mitre, Virasoro, y Sarmiento.
Los momentos pico de congestión vehicular se dieron ayer a las 7.30 de la mañana, cuando ingresaban los empleados del Centro, y después de las 17, tras la finalización de la jornada laboral en la ciudad. La gran mayoría desconocía este operativo y por eso se multiplicaron los bocinazos frente a los desvíos.
En transformación
Curiosamente, lo que hace unos meses era pura alegría en el barrio por la incorporación de una sede judicial que le otorgaba más movimiento, actividades, pujanza, y generaba nuevos vínculos de integración a un sector dominado por casas bajas, tinte familiar, y que evidenciaba la partida del viejo Hospital de Emergencias Clemente Alvarez como una herida urbana que se buscó subsanar con este nuevo edificio, se transformó en zona de inquietud y recaudos debido a la reciente balacera.
Así se instaló un tablero de perceptibles contrastes, que se intensificaron luego del atentado a balazos protagonizado por dos hombres que se desplazaban en moto sobre la fachada del inmueble donde se desarrolló el juicio a la banda de Los Monos, que finalizó en abril con condenas a los principales líderes de esa organización.
Ese ataque causó una gran aflicción en las entrañas del Poder Judicial y estos cortes de tránsito pretenden proteger el accionar de la estructura judicial, pero de manera paralela provoca algunos inconvenientes a los vecinos de la zona, que hasta hace muy poco estaban acostumbrados a estar lejos de este tipo de angustiantes situaciones.
Hay vallas en las cuatro esquinas de esta manzana. Y esos desvíos provocan nuevos recorridos en nueve líneas pertenecientes al sistema público de transporte de pasajeros: 103, 112, 113, 116, 140, 134, 135, 128 y 141 (ver infografía).
En las paradas habituales figuran carteles pegados donde se informa la anulación de las anteriores y la ubicación de las nuevas. "Parada Anulada: 134 y 140 dirigirse a San Martín y Rueda", reza el papel pegado debajo de una señal de detención en Sarmiento y Virasoro.
Hay policías y agentes de gendarmería en cada una de las vallas y no dejan pasar a ningún auto en esa manzana, lo que obliga a los trabajadores del Centro y de todos los comercios que funcionan sobre su órbita urbana, a afrontar muchas dificultades al momento de buscar estacionamiento y acercarse a la zona.
"En nuestro bar no entró nadie en toda la mañana. Sólo vendimos el café que llevamos en bandejas al Centro. Esto nos complica mucho, porque no sé cuánto tiempo podremos sobrevivir así", contó una trabajadora del bar El Tribunal, ubicado en Virasoro, entre Sarmiento y Mitre.
"Lo que pasó nos afecta realmente mucho, porque ahora; ¿ quién va a querer caminar por esta zona?", se preguntó angustiada la moza de este negocio, que inauguró hace seis meses y apostó al crecimiento del barrio con la llegada del Centro Penal.
En tanto, empleadas de los dos bares y trabajadores de la carnicería ubicados por calle Sarmiento entre Virasoro y Rueda, remarcaron que estos cortes de tránsito "afectaron no sólo la llegada de clientes, sino que complicaron muchísimo a los proveedores, que tienen que caminar más de una cuadra muy cargados para reponer la mercadería".
"Acá hay muchos negocios, y a todos se nos complica con este tipo de cortes en la zona. Esperemos que duren poco tiempo", se esperanzó la moza del bar de Sarmiento y Virasoro.
"Por lo menos, con estos cortes hay presencia permanente de agentes y eso nos transmite seguridad, porque si no, acá se cae todo a la tarde", confió.
"En nuestro bar no entró nadie en toda la mañana. Sólo vendimos el café que llevamos en bandejas"