La refacción del museo municipal Juan B. Castagnino, que reabrió sus puertas la semana pasada con una muestra homenaje a su primer director, incluyó una novedad que ya disparó una polémica. Los remozados baños no sólo son para ambos sexos, sino que además fueron diseñados con divisiones de vidrio transparentes con un ploteado para proteger la intimidad de quienes acuden al sanitario. La innovación generó reacciones de los visitantes e innumerables quejas en las redes sociales. Ocurre que, pese al cuidado artístico, se puede observar parcialmente a quien se ubica frente al inodoro. Un escenario no apto para pudorosos.
En diálogo con La Capital, el secretario de Cultura municipal, Guillermo Ríos, advirtió que "de haber rechazo del público al diseño que se acaba de estrenar, no tenemos ningún problema en revisarlo y tomar las medidas que haya que tomar".
El funcionario aclaró que el diseño y ejecución de los trabajos de refacción del museo fueron supervisados y definidos por la Fundación Castagnino. "Con ellos hay que hablar para conocer el criterio adoptado", indicó.
Y remarcó que en el proceso de reforma "intervino personal del área de preservación del patrimonio de la Secretaría de Planeamiento de la Municipalidad, que no planteó ningún reparo".
Los baños de la polémica están ubicados apenas se ingresa al museo, a la izquierda. Se entra mediante una pesada puerta de madera, y al interior hay cuatro espacios privados.
Lo novedoso de estos sanitarios es que no sólo son unisex, sino que además tienen una estructura vidriada, semitransparente. Cada espacio individual está ploteado, pero igualmente se puede observar la silueta de quien se ubica frente al inodoro.
En las redes sociales ya hubo críticas a la novedosa estructura. "Los nuevos baños no sólo comparten un mismo espacio para todos y todas sino que están separados solamente por tabiques casi transparentes", planteó un usuario en Facebook.
"Son baños modernos, advertía con cierta vergüenza la persona de seguridad. Pero ni eso, ni el símbolo de la puerta, una figura humana mitad hombre, mitad mujer, me hizo sospechar que lo primero que vería al ingresar al recinto sería una dama subiéndose los calzones después de haber hecho de las suyas. Subsiste el interrogante de para qué se molestaron en instalar puertas en cada cubículo", remató con ironía.
Ríos sostuvo a este diario que a él no le había llegado "ninguna crítica ni comentario en contra sobre el diseño de los nuevos sanitarios. Las críticas y las opiniones diversas son siempre atendibles".
El titular de la Secretaría de Cultura sostuvo que al área a su cargo, "la intervención no le pareció para nada conflictiva. Como todo, nace a través de una idea, luego se implementa y más adelante se analiza cómo fueron los usos".
El funcionario municipal destacó que los espacios individuales "son vidriados, pero en todo momento estuvieron ploteados para resguardar la privacidad de las personas que ingresan".
Respecto a que los baños sean de uso compartido, Ríos señaló: "A esta altura del siglo XXI creo que estamos en condiciones de usar los baños sin diferenciar los sexos. Estamos civilizados".
Luego anunció que "la semana próxima se analizará qué nivel de aceptación o rechazo tuvo la intervención. De haber rechazo del público al diseño que se acaba de estrenar, no tenemos ningún problema en revisarlo y tomar las medidas que haya que tomar".
Las obras en cuestión fueron habilitadas el viernes pasado, tras la finalización de los trabajos de refacción y puesta en valor del edificio. El museo está celebrando sus primeros 80 años en su histórica sede con una muestra referida a su primer director.
Las reformas consistieron en la modernización de las instalaciones eléctricas y sanitarias, refuncionalización de la zona de atención al público y puesta en valor integral de las salas de exhibición.
Otras intervenciones que generaron controversia
La polémica que generó la habilitación de baños unisex y con estructuras semitransparentes en el Castagnino no es la primera que se genera en torno a los museos municipales.
En 2014, el museo municipal Juan B. Castagnino fue pintado de negro mediante una intervención de la artista rosarina Mariana Tellería para la IX Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo y disparó el debate. La intervención generó el rechazo del Colegio de Arquitectos. "En cualquier ciudad del mundo se hacen instalaciones de arte contemporáneo, pero nunca agrediendo de esta forma brutal el patrimonio", afirmó el titular de la entidad, Aureliano Saruá. La directora del Programa Municipal de Preservación del Patrimonio, María Laura Fernández, explicó que "la normativa vigente entiende que los inmuebles, particulares o municipales, que tienen material original no deben ser pintados, pero sí pueden serlo los que ya poseen pintura", explicó.
"La intervención de Tellería no necesitaba autorización. Además es algo totalmente reversible", agregó. Antes, en 2007, durante la celebración del tercer aniversario del Museo de Arte Contemporáneo hubo un desfile extravagante en torno a la belleza que mezcló a perros y funcionarios con una liebre disecada al hombro, choripaneros y personajes de historietas caminando por la pasarela. Y una galería de arte organizó una performance que exponía a mujeres desnudas con ikebanas colocadas en sus cuerpos a manera de "tampón".