Frente al auge de las llamadas terapias holísticas y la inclusión de un curso de posgrado sobre Bioemoción en la Facultad de Medicina de la UNR, el Colegio de Médicos de la segunda circunscripción destacó que no reconoce terapias como las constelaciones familiares y la hipnosis como especialidades médicas, en función a su vez de lo que certifica el Ministerio de Salud de la Nación.
Este lunes La Capital dio a conocer la polémica desatada frente a la incorporación en la oferta académica de una universidad pública de un curso superior (arancelado) donde se desarrollan los siguientes ejes: pensamiento cuántico, emociones y neurociencias, constelaciones familiares, hipnosis Ericksoniana y epigenética, entre otros. Durante el día el tema se discutió en foros de profesionales de la salud y del campo psi (psicología y psiquiatría), donde consideran que estas técnicas y prácticas carecen de sustento científico; a su vez decenas de usuarios de este diario admitieron haber apelado a ellas para mejorar su salud física y mental.
Consultado Ricardo España, presidente de la comisión de Especialidades del Colegio de Médicos de Rosario, aclaró que la institución carece de competencia en materia de medicinas no tradicionales pues se maneja con un listado elaborado por el Ministerio de Salud de la Nación. Y para esta cartera, “no existe ninguna especialidad que sea constelaciones familiares, por lo tanto ningún médico puede anunciarse como un especialista en esta terapia”.
El dirigente, además médico clínico y oncólogo, explicó que eso no quita que “a lo mejor dentro de diez años se incorpore como tal” pues la lista es dinámica, al igual que los criterios para analizar los alcances de cada especialidad. La aclaración resulta pertinente en relación a la situación de pacientes que se encuentren con este tratamiento sugerido o prescripto por un profesional de la salud. En ese sentido, para consultas y denuncias pueden dirigirse a la institución (avenida Pellegrini 1705), que cuenta con un Departamento Legal y un Tribunal de Ética.
Por otra parte, comentó España, el Colegio tiene desde hace una década un centro de educación de posgrado donde a diferencia de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR no se ofrece a los graduados ninguna variante de la llamada medicina no tradicional (medicina china, antroposófica, ayurvédica, homeopatía, acupuntura, por ejemplo). Algunos de los cursos que se brindan son clínica médica, pediatría o endocrinología, completó.
El curso que despertó malestar entre investigadores y profesionales en función del alcance de su sustento científico, se anunció los primeros días de enero desde cuentas de Facebook e Instagram de otro posgrado de la casa de estudios, denominado “Terapias complementarias Medicina UNR”. Si bien la formación “Bioemoción: la Nueva Medicina y las cinco leyes biológicas” no figura en la página de la Facultad, desde la Escuela de Graduados confirmaron que este año se dictará tras haber sido avalado por esa repartición y aprobado por el Consejo Directivo (previo paso por su Comisión de Enseñanza).
La capacitación se desarrolla en forma semipresencial y virtual. El costo, las formas de pago y la duración se informaron durante este mes por privado y en febrero se darán a conocer a través de la página de la Facultad.
La ciencia en cuestión
El inmunólogo Oscar Bottaso es profesor Honorario de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR e Investigador Superior de la carrera del investigador de la UNR y el CONICET. En posgrado dicta la materia Metodología de la investigación clínica. “Trabajamos desde el paradigma de la ciencias fácticas, dentro de la gran área de la biomedicina”, ilustra y se posiciona. “Los procesos de salud-enfermedad-atención tienen que tener alguna cuestión mensurable; y a partir de eso establecer si funciona o no funciona, no si me gusta o no me gusta. Nos preocupa explicar, darnos cuenta, arribar a un dato tranquilizante”, insiste y aclara, en el marco del debate por la aplicación de paradigmas hegemónicos, alternativos, tradicionales y no tradicionales en el campo de la salud pública: “Si bien todos nos movemos dentro de un paradigma, tampoco se puede ser esclavo de ello. Hacemos ciencia y tratamos de hacerlo de la mejor manera, con la mayor responsabilidad, con mucho rigor. No hay saber intuitivo, sino de certezas construidas a través de sucesivas confirmaciones, lo que nos lleva a una zona de alta confiabilidad”.