Sin subsidios y con un fuerte aumento en los insumos durante 2019, los transportistas escolares se preparan para el comienzo del ciclo lectivo preocupados y con rentabilidad negativa. "Muchos colegas han dejado el rubro, la gran mayoría no puede renovar las unidades por lo inaccesible de los créditos y si el aumento del año pasado se ubicó en el 55 por ciento, ahora no podemos retocar más que el 15 al 20 por ciento porque se nos bajan los chicos que transportamos", resumió Marcelo un histórico del rubro alarmado por la asfixia financiera que padecen.
La Municipalidad divulgó recientemente una lista con los vehículos habilitados para ejercer el traslado de niños en edad escolar que representan más de un centenar de unidades.
El mercado del transporte escolar, al igual que otros sistemas públicos, viene recibiendo el impacto de las variables de la macroeconomía. Aumento sostenido de combustibles, incremento en el valor de los repuestos, patente, multas, revisión técnica, reajuste de los seguros y crecimiento de las tasas de fiscalización y sellados que deben cumplimentar aquellos vehículos habilitados. A ello hay que agregarle la imposibilidad de adquirir coches cero kilómetro a la luz del salto que pegaron los valores en el último año y la escasa capacidad de acceso al crédito para el recambio de unidades. Un prototipo de ellas ronda ya los 2 millones de pesos, un monto "inamortizable" para los transportistas, que tienen un tope de 15 años de antigüedad para trabajar con sus vehículos.
Este 2020, el ciclo escolar será un termómetro para testear si la crisis sigue impactando en los bolsillos de la economía doméstica de los padres. En un rápido sondeo, las propuesta para buscar y llevar los chicos a la escuela en transporte oscilará entre los 3.600 pesos mensuales y los 5 mil.
Todo depende de la zona y la distancia de recorrido. El sector siempre se rigió por una "tablita" para calcular las tarifas. La ecuación de una tarifa era el resultado de 120 boletos de colectivos, lo que hoy arrojaría un valor de unos 3.900 pesos. Sin embargo, muchos arrancarán el año con abonos por debajo de éste cálculo.
"Estamos entre la espada y la pared", admite Marcelo al compararlo con el precio de los repuestos y el costo de una renovación. "Si los padres no tienen la extrema necesidad de apelar a nosotros para resolver el traslado de sus hijos, el resto los lleva en auto, colectivo, motos o como vemos en muchas puertas de las instituciones, autos que se nota que son remises truchos", comenta el transportista para subrayar: "Estamos debajo de los costos".
Durante el verano, muchos apelaron al clásico de las colonias de vacaciones para encontrar un rebusque y mantener los gastos fijos. "Antes, los padres programaban con antelación el tema del traslado de sus hijos. Hoy se acuerdan tarde y no sabemos cuantos chicos tendremos a bordo. El recorrido se hace igual, sólo que con menos asientos ocupados. Hay que esperar a abril. Hoy este negocio dejó de ser rentable, es para mantenerse solamente y mucho menos para contraer deudas", comentó otro consultado que pertenece al rubro.
El debate gira en torno a las zonas de la ciudad. Quienes trabajan con escuelas y colegios del centro en general no pueden hacer turno mañana y tarde, porque el tránsito es más caótico y los tiempos se hacen más largos.
Transporte Maru hace 15 años que ofrece sus servicios en el noroeste rosarino, con un radio de colegios cuyos alumnos proviene de barrios abiertos y cerrados.
La empresa tiene una flota de 6 vehículos, tres de ellos cero kilómetro y un cupo de 600 chicos en turno mañana y tarde. "Nos guiamos por el sueldo y no por el costo de vida. Hoy el que quiera renovar la unidad, le cuesta muchísimo", admite uno de sus responsables al estimar que la cuota rondará entre 3 mil y 3.500 pesos para arrancar el año. La expectativa fue mayor al resto.