En cada edición se afirma dentro de la agenda de celebraciones que disfruta la ciudad. En pleno corazón de avenida Pellegrini, desde Dorrego hasta Maipú, se realizó ayer la sexta Fiesta de la Cerveza, con atractivas presentaciones culturales y musicales, ofertas gastronómicas, y con una excelente respuesta del público local. Así, miles de rosarinos se adueñaron de esta tradicional arteria y exhibieron su predisposición para alzar jarras, con mucha espuma, entre abrazos, risas y anécdotas.
Como cada año, la organización estuvo a cargo del Paseo Pellegrini, un tramo urbano que ayer modificó su fisonomía habitual, se vistió de fiesta a cielo abierto, y tomó la calle con mesas y sillas, stands, y escenarios, cada temporada más producidos, sobre los que se realizaron atractivos espectáculos musicales, bailes típicos de colectividades, grupos de danzas y folclóricos.
Si bien hubo un marcado acento joven, que se volcó principalmente a los comercios que ofrecían promociones con precios más bajos, lo cierto es que también hubo familias que se animaron a apropiarse del espacio público, y buscaron con un poco más de esmero el mejor lugar para poder saborear alguna de las exquisitas cervezas que caracterizan la oferta local, y para los más chicos, hubo pizzas, y conos de pollo y papas fritas
También hubo artistas urbanos que aportaron sus talentos para deleitar las miradas de los asistentes. Entre Mitre y Sarmiento hubo un puesto de circo, con acrobacias, malabares, payasos, zancos y telas en altura.
Las jarras oficiales fueron las vedettes del evento, costaron desde los 150 pesos (200 la artesanal), y permitían recargas a precios promocionales (alrededor de 80 pesos) en los locales adheridos. Desde después de las 19, ya se podían ver largas colas en los puesto de tickets.
Y no faltaron los menúes económicos y las clásicas picadas rosarinas, recursos muy pedidos para acompañar el placer refrescante de las cervezas. También había pizza al paso por 50 pesos.
En algunos bares hubo barras con DJ, foodtrucks muy bien ornamentados para la ocasión, y furgonetas Volkswagen adaptadas. Y las actividades principales sucedieron en la calle. Allí, sin dudas, los shows musicales con bandas en vivo, fueron los puntos más convocantes y establecieron el ritmo de la jornada de encuentro, y le adosaron un color y una efervescencia muy particular.
En esta edición se notó que los comercios se esmeraron en las puestas en escena. Hubo escenarios de gran producción, entre los que se destacaron el del Paso Sport (allí cantó Amapola), también el Gran Chopp, con una estructura metálica de dos niveles, donde arriba tocó una banda y abajo había más de 10 personas tirando cerveza. Otro negocio que logró sobresalir fue La Birra e Bella con una enorme pantalla LED, y en Santino tocó La Farra y levantó temperatura.
Muchos negocios brillaron
Lo cierto es que en cada cuadra hubo gran cantidad de focos de atracción, los negocios de Pellegrini brillaron, explotaron de gente y la fiesta se estiró hasta después de la una de la madrugada, con un nuevo éxito de convocatoria.
Vale resaltar que debido a esta celebración, y a la gran cantidad de asistentes, luego de las 21, hubo que cortar las dos manos de Pellegrini, desde Maipú hasta Dorrego.
Para eso hubo que disponer un operativo especial con agentes de tránsito, la Guardia Urbana Municipal y también uniformados de la policía provincial.