Desde el próximo sábado, agentes de Prefectura Nacional y de la Secretaría de Control y Convivencia del municipio empezarán a realizar controles de alcoholemia y narcolemia a los conductores de embarcaciones. Los operativos de fiscalización se realizarán en forma aleatoria en los mismos muelles de guarderías y clubes náuticos. Quienes no logren pasar las pruebas tendrán multas que van desde 22 mil hasta los 4,4 millones de pesos, de acuerdo al grado de consumo alcohólico.
La realización de controles de consumo de alcohol y drogas fue acordada este martes entre funcionarios de Prefectura y del municipio, quienes participaron de una reunión junto a referentes de Defensa Civil de la provincia, el Enapro y autoridades de asociaciones que representan a guarderías y clubes de la costa.
El encuentro se desarrolló en el Concejo Municipal, impulsada por la concejala del radicalismo Anahí Schibelbein con el objetivo de hacer más seguro el disfrute del río, frente a la llegada de la temporada de verano.
Así, desde el próximo sábado, y durante todo el fin de semana largo, agentes de Prefectura e inspectores municipales se instalarán en los muelles de las guarderías y clubes náuticos de la ciudad. El operativo se realizará en forma aleatoria, abarcando distintos espacios y franjas horarias.
Los navegantes deberán someterse a dos tipos de pruebas, con alómetros —instrumentos que permiten detectar el consumo de alcohol a través del aliento— y en caso de que el testeo sea positivo se utilizarán alcoholímetros para determinar la cantidad de alcohol consumido.
La fiscalización incluirá también la posibilidad de realizar test de narcolemia, para determinar el consumo de sustancias ilegales.
Operativos conjuntos
La potestad para fiscalizar lo que sucede en el río es de Prefectura Nacional. Pero el organismo carece de alcoholímetros homologados. Por eso, para los controles de este verano, la fuerza de seguridad pondrá el personal y diseñará el operativo de fiscalización.
En tanto, la Municipalidad también aportará inspectores y dispondrá de los alómetros, alcoholímetros y aparatos para realizar narcotest.
Los operativos estarán acompañados de una fuerte campaña de difusión sobre la prohibición de tomar alcohol cuando se conduce una embarcación. “El trabajo de control tiene que ser siempre preventivo y de concientización. Y después, con respecto al nivel de consumo, mensaje tiene que ser claro: y es que no se debe tomar cuando uno se va a embarcar en el río", apuntó el secretario de Control y Convivencia del municipio, Diego Herrera.
El funcionario comparó la situación del río con las calles de la ciudad. "En Rosario, con el correr de los años, ha ido bajando notablemente el índice positividad a partir un mayor nivel de controles y del trabajo de concientización que logramos. Creo que ese es el camino también en el río”, destacó.
Referentes del sector náutico apoyaron la medida, considerada como necesaria después del siniestro vivido a principios de octubre por una familia que navegaba en la zona de la desembocadura del arroyo Ludueña cuando fue embestida por otra embarcación, conducida por una persona alcoholizada (según datos de fiscalía, los test arrojaron que tenía 1,3 gramo de alcohol por litro de sangre).
El precio de la infracción
"No perseguimos un fin recaudatorio, sino que buscamos cuidar a las personas que usan el río", señaló Javier Giannattasio, responsable de la Prefectura Zona Bajo Paraná.
Aún así, no pasar los controles de alcohol en forma satisfactoria genera fuertes multas y sanciones que pueden llegar al retiro del carné habilitante.
Los precios de las multas se fijan en unidades fijas de medidas (actualmente una unidad de medida equivale a 221 pesos) y las infracciones por consumo de alcohol tienen penas que van de las 100 a las 20 mil unidades; lo que traducido a efectivo son entre $ 22.100 a $ 4.420.000.
De acuerdo a la gravedad de la falta, puede incluirse como sanción el retiro del carné habilitante, tanto en forma temporal como definitiva.
La disposición de Prefectura Naval (la N° 3 de 2011), establece que los conductores de embarcaciones tienen prohibido consumir alcohol. De todas formas, se admite un límite de hasta 500 miligramos por litro de sangre para quienes estén al frente de embarcaciones a motor y de 200 miligramos para manejar vehículos acuáticos como moto o similares.
La norma obliga también a todos los conductores de embarcaciones deportivas a someterse a las pruebas destinadas a determinar su estado de intoxicación alcohólica y considera que la negativa a realizar la prueba constituye en sí una falta, además de configurarse la presunción de haber infringido la prohibición del consumo de alcohol.