Más allá de ese ordenamiento administrativo, una tarea de hormiga que realiza una decena de empleados, de esos expedientes brotan historias de vida, marcas de época, cambios sociales, culturales, económicos, hechos relevantes y personalidades de la vida rosarina, un acervo incalculable.
Tragedias, amores, traiciones
En esa especie de “morgue” del papel, entre miles de carpetas y tomos sobresalen aquellos que se deciden guardar a perpetuidad. Por ejemplo, los cuatro cuerpos en 800 fojas por la desaparición y muerte del médico y militante comunista rosarino Juan Ingalinella, detenido por la policía el 17 de junio de 1955, previo al golpe de Estado que derrocó al gobierno de Juan Domingo Perón.
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Las tres cajas que contiene la historia judicial del secuestro y muerte del médico Juan Ingalinella, detenido por la policía el 17 de junio de 1955. Se lo considera el primer desaparecido en democracia en Argentina.
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
Ingalinella estaba a punto de presentarse como candidato a gobernador, pero lo torturaron hasta matarlo. Su cuerpo nunca fue hallado, el veredicto fue la condena a los policías acusados del crimen. Por las connotaciones institucionales, se lo considera el primer desaparecido en democracia en Argentina.
Cuando la criminalidad compleja en Rosario era una categoría incipiente en términos de seguridad ciudadana, ocurrió un hecho que también atesora el archivo: el conmocionante crimen del empresario Jorge Salomón Sauan, el 16 de diciembre de 1980, plena dictadura cívico militar.
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El expediente del caso que inspiró una novela y luego el film "Un crimen Argentino". El conmocionante crimen del empresario Jorge Salomón Sauan, el 16 de diciembre de 1980.
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
La trama de ese homicidio inspiró la novela “Un crimen argentino”, del periodista y escritor rosarino Reynaldo Sietecase. El libro sirvió como guión para la película homónima que se estrenó en 2022, y narra el derrotero de empleados judiciales de un juzgado que deben indagar en el caso de Sauan, secuestrado en el Club Social Argentino Sirio.
En ese lugar se encontró con el abogado Juan Carlos Masciaro, quien exigió un millón de dólares a la familia de la víctima como pago del rescate. Luego, la investigación, a cargo del juez de Instrucción Jorge Eldo Juárez, determinaría que Masciaro disolvió el cuerpo de Sauan en ácido en un departamento de Montevideo al 1900 donde lo tenía retenido contra su voluntad.
La causa es la Nº 26/1982, tiene siete cuerpos que contienen 1.884 fojas que seguramente consultó Sietecase para escribir su novela. Esta etiquetado en el cuarto estante de la góndola 38 del primer subsuelo, como archivo “especial”, con la leyenda “no destruir”.
A Masciaro lo acusaron de privación ilegítima de la libertad seguida de muerte, y lo condenaron a prisión perpetua. Tras conmutar penas, salió en libertad en diciembre de 1994. El hombre, con un historial personal siempre al filo de la ley, se radicó en Coronda, donde murió el 22 de agosto de 2018.
Un siglo
En los estantes se observan libracos de protocolos de cuero marrón, desgastados, con letras doradas grabadas sobre sus lomos. Otros parecen más antiguos, son de tela, con escritos redactados con una caligrafía clara en tinta china, como los acuerdos de la Corte Suprema de Justicia de 1896 a 1898.
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Libros con protocolos de 1933 a 1946, forrados en tela o cuero e inscriptos con tinta china.
Celina Mutti Lovera
También aparecen encuadernadas las sentencias de las cámaras civiles desde 1925 hasta 1932. Y por su relevancia, se asignó un sector a la serie de tomos de las denuncias de secuestros y homicidios iniciadas durante la dictadura cívico-militar que sometió al país entre 1976 y 1983.
De hecho, la relevancia de esas pesquisas motivó que en marzo de 2012 se enviaran once expedientes a la Justicia Federal para colaborar con las investigaciones de secuestros, detenciones, desapariciones y delitos de lesa humanidad ventilados en juicios a los represores.
En cada expediente se escribe la historia de personas, de ciudadanos. Como la misteriosa muerte de Natalia Fraticelli, la adolescente de 15 años que fue hallada sin vida en su casa de Rufino el 19 de mayo de 2000. El oscuro derrotero de la causa ocupó cientos de horas de televisión, radio y tinta en la prensa escrita local y nacional.
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Y aún hoy es de interés, porque el expediente 231/2000, con 20 cuerpos y 4.363 fojas permanece reservado para la producción de un documental. Por el hecho, los padres de Natalia, el ex juez Carlos Fraticelli y Graciela Dieser, fueron condenados en 2022 a cadena perpetua.
No obstante, por diversas irregularidades en la tramitación de la investigación en 2008 quedaron en libertad. Luego de varias instancias, la causa fue cerrada en febrero de 2016, cuando la Corte Suprema dejó firme la absolución de Fraticelli y de su esposa. Al archivo llegó el 9 de septiembre de 2017.
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Un caso conmocionarte que obligó a modificar el procedimiento penal santafesino. La muerte de Natalia Paola Fraticelli. El expediente tiene 20 cuerpos y 4.363 fojas.
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
La creadora de "Marilú", la muñeca argentina más famosa
Mientras termina de hacer una visita guiada a una escuela, la empleada del archivo, Carina Gasparini, se apasiona con su trabajo y se pierde entre los anaqueles. “Detrás de cada expediente se escribe una historia personal, se advierten los cambios sociales, políticos y legislativos, y cómo se modificaron las miradas y decisiones judiciales a lo largo de la historia sobre el patriarcado, la posición de las mujeres, la violencia, las diversidades”, reflexiona sobre documentación de un valor incalculable.
Una de las historias que la apasiona y se atesora en ese espacio es el costado familiar y sentimental de María Alicia Larguía. La mujer, reconocida por su padre recién a los 15 años, fue la creadora en 1932 de la famosa muñeca “Marilú”, un ícono de los juguetes argentinos en las décadas del 30 al 60.
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En 1928 se inició el trámite de divorcio de Alicia Larguía de Dari contra Tulio Dari. La mujer fue la creadora de la muñeca Marilú.
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
En Tribunales se guarda el expediente de “separación de trámite contencioso”, iniciado por ella el 7 de marzo de 1928 contra quien fuera su marido, Tulio Dari, un aparente cazafortunas que había conocido en un viaje que realizó a Europa. En el escrito de presentación y argumento del pedido de divorcio, el abogado narra distintas situaciones de las que fue víctima Larguía.
El caso se tramitó en el juzgado de Civil y Comercial Nº 6, a cargo del juez Calixto Lassaga "hijo", se aclara entre paréntesis sobre el juez. Allí, emerge otro dato histórico: su padre fue Calixto Anacleto Lassaga, el reconocido abogado, historiador y político rosarino que impulsó el proyecto para que se instaure definitivamente la celebración del 20 de junio como Día de la Bandera.
La muñeca Marilú, tan famosa como, en la actualidad, la Barbie, representó en su época un juguete de culto, soñado para muchas generaciones, cuya pertenencia estaba más bien ligada a las clases medias y altas del país. Larguía las mandaba a diseñar y fabricar a Alemania, lo que elevaba su costo. El éxito fue tan grande que la diseñadora abrió la Casa Marilú en plena calle Florida de Capital Federal.
Fue tan influyente que hace dos semanas la historiadora Daniela Pelegrinelli presentó el libro “Prodigiosa Marilú” en el marco de las Jornadas de Moda Argentina que se desarrollaron en el Museo Nacional de Arte Decorativo de la Ciudad de Buenos Aires.
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Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
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La investigación de Bruno Gentiletti, el niño de 8 años que desapreció en el balneario La Florida el 2 de marzo de 1997, también está entre las reservadas. Nunca se lo pudo hallar, y la infructuosa búsqueda sobre su paradero es un misterio sin resolver hasta estos días.
El año pasado, al cumplirse 25 años del hecho, organismos nacionales difundieron una recompensa para quien pueda aportar datos. Y sigue activo un sitio web dedicado a su búsqueda. Allí se exhibe un retrato que muestra cómo se vería el joven en la actualidad.
Esos y otros tantos selectos expedientes donde se cobija la vida de la ciudad son parte de los catalogados con valor histórico y se guardan a perpetuidad. Y no se destruyen “por criterios de impacto social, político, valor jurídico”, como señala Carlos Corbo, director del archivo.
La batalla por el espacio
El funcionario también recuerda que aquellas causas del derecho privado, como los conflictos de familia o sucesiones “tampoco se pueden destruir por ley orgánica Nº 10.160. Sin embargo, en una reciente acordada la Corte Suprema resolvió eliminar algunas identificadas como “terminadas” y “paralizadas”, lo que permitirá deshacerse de miles de escritos inservibles en un espacio que igualmente resulta cautivante.
Mientras no deja de firmar ingresos, deambula por las casillas donde se reservan nada menos que 1.200.000 expedientes. Cabeza de un grupo de empleados apasionados, dice que la “despapelización” a la par de la digitalización que encaró hace unos años la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe traerá alivio al espacio.
Uno de esos pasos importantes se dio hace poco. “Se eliminaron 180 mil expedientes que tenían falta de mérito, sobreseimientos o prescripción de la acción penal. Eso nos dio oxigeno para seguir guardando otros. Se hizo todo un rastrillaje sobre libros que ya eran muy viejos, y se ganó espacio”, relata el funcionario.
Mientras ordena algunos expedientes históricos, expresa que “se está venciendo de a poco el tema del espacio, que fue un problema estructural durante décadas. También se van a digitalizar protocolos que ocupan un subsuelo entero, lo que será una gran ventaja”.
Corbo remarca que por ley orgánica “algunos causas se conservan a perpetuidad por su valor histórico, y también los de familia o las sucesiones”, pero la enorme cantidad de carpetas va en descenso. “Tenemos muchos controles, son tres. Acá está todo ordenado y si algún abogado, juez u operador de la Justicia lo busca, lo encontramos".
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Carlos Corbo, director del Archivo de los Tribunales provinciales.
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
Sobre los fueros que más expedientes aportan, detalla que son los de Cámara Contencioso Administrativa de Familia, Civil y Comercial, y Laboral. “Cada cuerpo tiene 200 fojas. Hay causas con varios cuerpos que miden de alto como un nene de cinco años”, grafica.
Entiende que si bien los plazos de destrucción son largos, la Corte está tomando medidas para superar la crisis estructural del espacio. “La informática y las nuevas tecnologías nos van a dar alivio con la digitalización en los próximos dos o tres años, y entre cinco y diez estaría todo digitalizado”.