Fue un descubrimiento, de esos que ocurren casi sin quererlo. En la previa a la pandemia, entre unos materiales casi destinados al descarte, el Programa de Preservación Documental de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario halló una nómina de autoridades de la que antes se había llamado Facultad de Filosofía y Letras y Ciencias de la Educación con dependencia en la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y apareció el nombre del una mujer que saltó a la vista: Erminda Benítez que por entonces utilizaba, como era uso y costumbre, el apellido de casada "de Lambruschini". El documento permitió conocer la historia de quien no sólo fue la primera decana de la facultad entre 1954 y 1955, en los últimos dos años del peronismo, sino que además había sido la primera mujer en ocupar ese cargo en una Universidad nacional en todo el país, en un tiempo donde ser maestra normal o directora de escuela aparecía como las máximas de las aspiraciones en las instituciones educativas. ¿Por qué su nombre quedó invisibilizado?, es una de las preguntas que no dejan de hacerse hacia adentro de la propia facultad, mientras tanto, no dudan salir al rescate de su figura y más aún en el marco de las celebraciones de su 75º aniversario.
"Con el impulso feminista que traemos el nombre saltó enseguida a la vista", dijo la secretaria de Política Sexogenéricas de Humanidades, Natalia Cocciarini, que afirma que sacar del olvido a la figura de Erminda Benítez "tiene que ver con una recuperación feminista y con el hecho de que su nombre haya estado invisibilizado a lo largo de tantos años, algo que seguramente tiene diferentes motivos, entre ellas, que las mujeres tienden a desaparecer como figuras relevantes de la historia".
Para Cocciarini, "es sintomático" que en estos casi 70 años nadie haya tomado su figura" y, en palabras de Cristina Viano, directora del Programa de Preservación Documental, que "nadie haya recuperado o sostenido el hecho de que esta facultad nació femenizada".
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Ahora vendrá el tiempo de retomar su figura e incluso, el tiempo de los homenajes. El Concejo Municipal ya aprobó su designación como Profesora Distinguida post mortem de la ciudad, una distinción que se entregará el próximo 28 de julio, y la propia facultad que condujo durante dos años le rendirá homenaje el 9 de agosto próximo, en el Teatro El Círculo, a través de la proyección de un video que será parte del acto por su 75º aniversario.
"Los aniversarios son justamente momentos de revisar y repensar y si además aparece gratamente una figura como la de Erminda, es un estímulo para recuperarla", señaló Cocciarini y más aún, cuando la primera mujer asociada a la conducción de la facultad hasta ahora había sido nada menos que la interventora llegada de la mano de la última dictadura militar.
¿Quién era Erminda Benítez?
La secretaria de Política de Sexo Genérica de la facultad la define como una "gestora" y "una mujer que aunque no podría decirse que fuera o se proclamara feminista bregaba por la incorporación de las mujeres e incluso, vinculada al existencialismo francés y a la psicología femenina, hay producciones suyas donde reflexionaba sobre la necesidad de indagar y estudiar a las mujeres".
Sin embargo, quien más las conoce por haber seguido su obra e incluso por haberla conocido personalmente es Félix Temporetti, psicólogo, docente e investigador de la UNR que se cruzó con Erminda ya en el 74 y 75, durante el camporismo, cuando ella era ya secretaria Académica de la Universidad y él ocupaba el cargo de secretario Estudiantil en la carrera de Psicología.
"Era una mujer llana y directa, sin mucha vuelta, concreta y de gestión, pero con altísimo nivel cultural y que imponía su presencia", la recuerda en ese trato personal.
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Erminda había nacido en 1900 y había cursado lo que por entonces, explica Temporetti, eran profesorados de Filosofía y Psicología. "Venía de una familia de radicales yrigoyenistas, incluso su padre había sido intendente y su hermano, abogado, había llegado a ser abogado de (Hipólito) Yrigoyen cuando estuvo preso tras su derrocamiento", explica y agrega que la familia formó parte de "de esa rama del radicalismo que en los años 40 adhirió al peronismo".
Así, para el 54, cuando fue designada decana de la facultad Erminda era peronista, incluso explica el investigador que se trataba de una persona "muy identificada con la figura de Eva Perón y sobre todo con el rol de la mujer en la gestión, que es donde el peronismo la pone".
En ese marco, Temporetti considera que "su nombramiento en el decanato viene como un desprendimiento natural de su política, ser la primera mujer nombrada en un cargo de gestión universitaria".
El lugar de la mujer y crear Psicología
Vinculada al existencialismo francés y a la fenomelogía, lo que la llevaba a tener una presencia asidua en espacios como la Alianza Francesa, el estudio de las mujeres estaba entre las indagaciones de Erminda Benítez.
"Ella escribe un texto que incluso fue publicado donde habla del estudio del feminismo en la psicología porque estaba preocupada por ese tema", cuenta el investigador de la Universidad, que además la destaca como una figura central en la puesta en marcha de la carrera de Psicología en Rosario, la primera de todo el país.
En ese contexto aparece la figura de su marido, Lambruschini, un destacado médico que llegó a ser ministro de Salud de la provincia, impulsor de la primera cátedra del psiquiatría infantil en la Facultad de Medicina y alma máter de "un grupo a partir del cual nace la carrera de psicología", detalla Temporetti.
Allí, Erminda no solo abre puertas, sino que además rompe barreras culturales de la época.
Para Temporetti, "la carrera se crea no tanto pensando en la clínica, sino más bien en la parte educacional y del mundo del trabajo, las que se inclinan muchas son maestras normales, hijas de la burguesía, lo que era un escándalo para la época. Hay que pensar que ella reivindicaba el psicoanálisis, cuando el eso ya era un escándalo por están vinculado a la sexualidad y a lo prohibido".
Toda una figura detrás la cual hay mucho por sacar a la luz como parte no solo de la historia de la facultad y de la UNR, sino de la ciudad, en clave de recuperación de las mujeres y figuras que la protagonizaron y la transformaron.