Durante la primera semana de enero de 2022 se habían contabilizado en todo el país cuatro femicidios y el travesticidio de Aldana Lorenz, una mujer trans de 35 años que falleció en el hospital Cullen de la capital santafesina tras ser golpeada en la cabeza y agonizar por diez días. Apenas dos semanas más tarde y cuando aún enero no termina, ya se registran 27 muertes por razones de género en la Argentina, de acuerdo a cifras relevadas por organizaciones. Y un dato no menor: las últimas tres se produjeron en Santa Fe en tan solo siete días (una en Rosario, una en Carcaraña y en las últimas horas una mujer en la localidad de Murphy asesinada por un policía en actividad.
Melanie Juárez, una chica de 21 años, fue asesinada a puñaladas en una pensión de barrio Martin el 17 de enero pasado y las principales líneas de la investigación que lleva adelante el fiscal Ademar Bianchini tienen por estas horas como principal sospechoso a un hombre que también vivía en la casona de 9 de Julio al 500 y que, de acuerdo al testimonio de la familia de la joven, "la acosaba".
Celia Acosta, de 29 años, también fue muerta a puñaladas en la localidad de Carcarañá. La mujer no solo tenía denuncias previas contra su ex pareja, sino que incluso había tramitado una medida de restricción. Hacia allí apuntan todas las sospechas de sus familiares que, desde Casilda, no solo afirmaron que la golpeaba con frecuencia, sino que recordaron incluso que la mujer había tramitado un botón de pánico que no llegó a tener.
Marina Espíndola, de 42 años y madre de tres hijos, fue asesinada en las últimas horas en Murphy, una localidad de poco más de 4 mil habilitantes. El asesino es su ex pareja, Gabriel Olegario Robles, un policía de 49 años que estaba aún en actividad. Luego de dispararle con su arma reglamentaria y se suicidó.
Ese es, por ahora, el único de los casos de los cuatro femicidios y transfemicidios ocurridos en Santa Fe en apenas 24 días que fue resuelto.
Femicidios y fuerzas de seguridad
Ya las estadísticas de 2021 mostraron que más de uno de cada 10 de los femicidios cometidos en el país fueron cometidos por personal activo o retirado de las fuerzas de seguridad e incluso, en los casos donde el crimen fue cometido con un arma de fuego, en el 32% de los casos se trataba de armas reglamentarias.
Uno de los casos se produjo en septiembre de 2021, en Elortondo, cuando un policía de Seguridad Vial en servicio y uniformado persiguió el vehículo en el que viajaba su ex pareja de 28 años, la interceptó, la hizo detener y la ultimó a balazos.
Las cifras sobre la participación de integrantes de las fuerzas de seguridad en los femicidios cometidos en 2021 son parte de las estadísticas que del año pasado del Observatorio de la organización Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMalá) que relevó entre el 1º de enero y el 31 de diciembre de ese año se contabilizaron 221 víctimas fatales, con una edad promedio de 36 años.
Además, se produjeron en esos doce meses 53 muertes violentas asociadas al género, vinculadas a economías delictivas o colaterales y robos, 43 muertes violentas de mujeres aún en investigación, 18 suicidios femicidas, 332 intentos de femicidios y 226 niños, niñas y adolescentes se quedaron sin madre.
Más y mejores políticas
El Observatorio Lucía Pérez, que llevan adelante Mujeres del Movimiento Evita, mostró que las cifras de femicidios de enero de los últimos tres años vienen en aumento. De acuerdo a esos números, durante los primeros 31 días de 2020 se registraron 34 crímenes, una cifra que ascendió a 39 en 2021 y que este año, aún con el mes incompleto, ya alcanzó las 27 víctimas.
Sin dejar de lado la conmoción que provocan las historias de cada una de esas mujeres, hubo una pregunta clave que lanzaron desde la organización: "¿qué política pública sigue haciendo falta para frenar tanta violencia machista?".
Señalaron además que se trata de un momento "crítico". No solo dejaron claro la necesidad de "mayores y mejores políticas públicas que profundicen el camino de la salida de las violencias y herramientas de protección concreta", sino que apuntaron sobre todo a una "Reforma Judicial Feminista" ante "un Poder Judicial que nos victimiza, nos revictimiza, no nos escucha, nos subestima y nos da vuelta la cara".
También el Comité Feminista Ante la Emergencia Sanitaria de Rosario, ante la muerte de Melani Juárez, no solo manifestó el dolor y la indignación, sino que volvieron a exigir "mayor presupuesto que alcance a cubrir trabajo, vivienda y oportunidades" y volvieron a denunciar que la crisis económica profundizada por la pandemia golpea más fuerte a mujeres y disidencias.
"Seguimos exigiendo para este 2022 un presupuesto destinado a medidas de protección ante la crisis, con estrategias de recuperación y desarrollo, estrategias de verdadera inclusión en sectores de la economía que posibiliten transformar la vida de millones de Melani", reclamaron.
Murphy amaneció conmovida
La pequeña localidad de Murphy, donde viven unos 4.500 habitantes, amaneció conmovida ayer por el brutal asesinato de una mujer a manos de su pareja, un efectivo de la policía provincial que se terminó suicidando. El hecho ocurrió durante la madrugada y la víctima fue identificada como Marina Espíndola, de 42 años y madre de tres hijos. En tanto su victimario era el agente Gabriel Olegario Robles, de 49 años, quien le asestó un certero balazo con su arma reglamentaria y luego se descerrajó un disparo que acabó con su vida horas más tarde en el hospital de Venado Tuerto.
La localidad de Murphy, en el departamento General López, está ubicada a unos 19 kilómetros de Venado Tuerto y a 150 kilómetros al suroeste de Rosario. Allí había nacido el asesino de Marina, quien prestaba sus servicios en Melincué, cabecera departamental, y de quien se encontraba separado desde hacía un tiempo. En ese marco, trascendió que la víctima había realizado denuncias por violencia de genero en más de una ocasión.
La víctima, en tanto, era oriunda de Venado Tuerto y tuvo una primera relación con Eladio Cisnero, un hombre de Murphy quien es el padre de sus tres hijos. Pero hace varios años se separó de él y mucho tiempo después formó pareja con quien terminó siendo su asesino.
Marina Espíndola comenzó a tener una relación con el policía Robles hace dos años y medio aproximadamente, dijeron fuentes policiales. Pero ese vínculo se interrumpió hacía unos cinco meses. Desde entonces la mujer empezó a ser amenazada para que volvieran a estar juntos, lo que Marina no quería bajo ningún punto de vista.
En ese contexto, a la 1.30 de ayer el hijo de Marina, de tan solo 11 años, fue quien alertó a los vecinos del macabro hecho que estaba presenciado. En estado de profunda angustia le dijo a un vecino lo que pasaba en su casa y el vecino avisó a la subcomisaria 10ª del pueblo, cuyos agentes se acercaron a la vivienda de Ricaordi al 200 y constataron el peor de los escenarios.
Según la información oficial, Robles ingresó al domicilio de su ex pareja y le descerrajó un balazo que acabó prácticamente en forma instantánea con la vida de Marina. Tras ello se disparó un tiro en la boca y la policía lo encontró agonizante por lo que lo trasladaron al hospital Gutiérrez de Venado Tuerto dónde tres horas más tarde falleció.