Producto del avance desenfrenado de las empresas de cable e internet, el cableado aéreo en el centro de Rosario genera polución visual. La ordenanza vigente Nº 8312 del 2008 habla de retirar y ordenar todos los cables y hasta de soterrarlos. Por eso, la Municipalidad encara desde hace un año un proceso de ordenamiento de toda esa infraestructura de las telecomunicaciones. En cumplimiento de la ordenanza, obliga específicamente a las cableoperadoras a sacar los cables fuera de servicio y ordenar los restantes con ménsulas, bajo un criterio técnico unificado, dado que soterrarlos es más complicado por una cuestión de costos.
El problema viene de larga data. Entre la década del 60 y 70 se cableó todo el centro. Las comunicaciones eran de punta a punta entre las oficinas, y la telefonía se hacía por las terrazas. En 1984 Cablehogar empezó a poner televisión por cable toda la ciudad, y después aparecería la competidora Galavisión. Todos esos cables fueron reemplazados sistemáticamente, cada cinco o diez años, por tecnologías y firmas nuevas. Los cables viejos de todos los troncales de los cableoperadores se fueron encimando. Según la Municipalidad, las empresas responden a demandas de los usuarios y muchas veces realizan las nuevas conexiones sin permiso alguno que los autorice.
De esos manojos de hasta cuarenta cables, hoy solamente sirven unos pocos, pertenecientes a 24 empresas. Muchos están cortados y colgando prácticamente al nivel de la calle. El problema no solo es estético, sino también técnico. Porque muchos cables van entre las ramas de los árboles, por lo que cuando se cae una, los corta y se queda toda la cuadra sin servicio.
Hace cinco años se comenzó a instalar además fibra óptica en reemplazo del coaxil, por donde pasa el servicio de internet, cable y telefonía fija IP. Este nuevo canal tiene sus distribuidores, sus loops y aporta a la congestión visual.
Reordenamiento
Desde abril de 2023 el municipio trabaja en una solución. Reúne todos los sábados por la tarde, el día que las cuadrillas y las calles tienen menos movimiento, a todas las empresas de servicios. Les apunta en qué cuadra van a trabajar, sacan los cables que no sirven y empaquetan todos los que están en funcionamiento en una sola manguera. La idea original era normalizar el sector entre Oroño, Pellegrini y el río en un año, como rezaba la ordenanza.
El centro se subdividió en cuatro zonas de reordenamiento. Se comenzó por la zona 1, comprendida por San Lorenzo, Oroño, Buenos Aires y el río, por ser la más congestionada. Entre abril y noviembre del año pasado se realizaron unas 36 intervenciones. En cada una se reordenaron 1.800 metros de cables, lo que arroja un total de 64.000 metros. Son unas 15 empresas las involucradas en esa zona. Los trabajos se realizan los sábados, de 8 a 16.
Se trata de un proceso lento y caro, ya que se ejecuta en lugares complejos y utilizando vehículos de gran porte. Cooperativas gestionadas por la Municipalidad realizan el corte y retiro de los cables en desuso o fuera de norma. El reordenamiento lo hacen las prestadoras. Un jefe técnico de una de las empresas detalló a La Capital que los trabajos son engorrosos porque se hacen sobre redes con clientes activos. Se compactan todas las líneas en un solo canal y se autorizan solo dos o tres cruces de calle por cuadra. Los frentes que son patrimonio histórico no pueden quedar tapados: en esos casos, el cable debe cruzar a la otra vereda.
El paso dos sería el soterramiento, que es lo que se hace en los cascos céntricos de todo el mundo. Para eso habría que levantar las veredas y sería una buena oportunidad para unificarlas con varios ductos, pensando en futuros servicios nuevos, enterrando los distribuidores de fibra óptica y los amplificadores de cable coaxil. Claro que desde el punto de vista económico, hoy es inviable. Solo Telecom lo hace, mientras migra a todos sus clientes a la fibra óptica. Pero ordenar lo que está, se ve como algo posible.
Propuesta
En este marco, ciudadanos preocupados por esta temática impulsan una propuesta que presentarán ante la Municipalidad para colaborar con la solución. "Esto debería haberse hecho en el 2008, respetando los plazos de la ordenanza que estipulaba un año para ordenar el centro, y cuatro toda la ciudad. La norma habla de soterramiento y ductos para servicios futuros. Si se hubiera respetado, hoy la fibra óptica se podría haber hecho bajo el suelo. Tendríamos el espacio físico para meter también los amplificadores y distribuidores. Hay frentes de departamentos con una saturación que parece una falta de respeto", expresó Máximo Miranda, ingeniero industrial y vecino del centro.
Por su parte, el arquitecto Andrés Flores, que acompaña la presentación, dijo que "además de ordenar el cableado, habría que ver cómo modificar o agregar la 8312 para absorber las nuevas tecnologías existentes, y pensar en el crecimiento del centro. Si mañana aparecen edificios de gran escala, la zona está sentenciada a muerte por falta de infraestructura. No porque no haya inversión, sino porque se satura. La fibra óptica necesita mucho espacio técnico, pero es necesaria si queremos atraer hoteles o edificios de oficinas. Es pensar la ciudad 50 años adelante, por dónde van a pasar los ríos de información", agregó.
Las telarañas en los frentes de edificios
Otra temática relacionada son los servicios que suben por las paredes de los edificios como telarañas. Tienen un importante impacto visual negativo. Para dar un ejemplo: hay clientes que contrataron Cablehogar en 1984, se pasaron a Galavisión en 1992, y en el 2004 quisieron tener Cablevisión. Entonces, por cada departamento cuelgan por afuera tres o cuatro cables. Muchas veces, dentro de una misma compañía, reemplazaban el que tenía malla de cobre por otro con malla de aluminio, pero dejaban el cable viejo. Todo ese cableado externo obsoleto podría eliminarse.
En cualquier edificio que tenga más de diez años, el reglamento de edificación de Rosario no los obliga a colocar los servicios en forma interna. Pero en las construcciones nuevas, hay una reglamentación del Copitec (Consejo Profesional de Ingeniería de Telecomunicaciones, Electrónica y Computación), un organismo integrado por las empresas constructoras y de servicios, que establece que ya deben tener cableado de fibra óptica a cada departamento por huecos dentro del edificio.
Muchos edificios viejos tiene un ducto por donde iba el cable de cobre de la telefonía fija. En esos casos, para solucionarlo bastaría con reemplazar ese cable por una terminal de fibra óptica. De este modo, a cada departamento le llegaría por esa vía el servicio de cable, internet y telefonía fija IP. Y eso permitiría sacar además todos los cables que cuelgan por afuera de los edificios. En España, por ejemplo, es obligatorio desde 2011.
Pero otras construcciones antiguas no lo tienen, porque los viejos ductos de telefonía fija eran caños de hierro que en muchos casos están podridos y no pasa la línea. Por eso los cables van por afuera. Desde una de las prestadoras confían en que los trabajos para quitar todos los cables sobrantes tienen su nivel de dificultad. En algunos casos hay que poner operarios colgados con silletas. Hoy no están obligados a hacerlo.
Este tema también está contemplado en la iniciativa de Miranda y Flores, quienes proponen que el trabajo de sacar los cables corra a costa de los propietarios. Sugieren una ordenanza que prohíba cablear por el exterior y que ordene la forma en la que se instala por adentro, para que los edificios viejos migren a la fibra óptica y los pasen por los tubos de la vieja telefonía fija, del hueco del ascensor, o del incinerador que ya no se usa.
"Podrían crearse empresas auditadas y certificadas por la Municipalidad que hagan ese trabajo, y que cada consorcio elija cuál contrata. Si no vamos a estar acumulando cables por décadas, cuando salga algo nuevo a la fibra óptica se va a encimar con esto. Esto debería estar normalizado por reglamento, porque implica entrar a cada domicilio", acotaron.