En la sesión de este jueves, el Concejo Municipal de Rosario aprobó un proyecto de revisión integral de la red de ciclovías y bicisendas de la ciudad. El proyecto de la edil radical Anahí Schibelbein pide al Ente de la Movilidad de Rosario (EMR) que ponga el foco en algunos sectores puntuales problemáticos o inseguros para los ciclistas por diferentes razones, y que realice obras para remediarlos.
Se trata de un tramo de avenida San Martín, desde bulevar Seguí hasta 27 de Febrero; otro de Avellaneda en su intersección con calle Carballo; y un tercero de calle Rioja desde Buenos Aires hasta Corrientes. En los tres se detectaron falencias en la seguridad vial para los usuarios de bicicleta, en la conectividad y en el estado de la infraestructura.
La iniciativa, que recibió el visto bueno de la comisión de Obras Públicos antes de llegar al recinto, fue presentada en abril en el marco de un análisis integral del Plan Integral de Movilidad vigente en Rosario desde el año 2010. Lo que solicita al Ejecutivo es que realice una revisión integral pero priorice estas tres zonas con los siguientes criterios de análisis: nivel de conectividad, estado de mantenimiento de la infraestructura ciclista y seguridad de los usuarios.
El documento fue precedido por un estudio pormenorizado de la situación en la que se encuentran los 205 kilómetros de red de bicisendas y ciclovías que hay en la ciudad, poniendo el foco en algunos sectores puntuales donde la edil detectó problemáticas relacionadas a falencias en la seguridad vial de quienes las utilizan, así como también en la conectividad y en el estado actual de las mismas.
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Zona sur
Se tomó como caso de estudio para el relevamiento la avenida San Martín, cuya ciclovía nace en zona sur, en calle Arijón hasta bulevar Seguí. Allí se interrumpe hasta Ayolas unas tres cuadras, durante las cuales los usuarios tienen que circular junto a colectivos, y luego se transforma en bicisenda por vereda.
“Esta interrupción presenta un alto riesgo para los ciclistas que circulan por San Martín, porque al atravesar Seguí se ven obligados a transitar alrededor de 300 metros por una avenida sin ciclovía. En ese tramo, deben cruzar la calzada para transitar por la derecha o para empalmar con la bicisenda a la altura de Ayolas”, puntualizó Schibelbein.
En ese sentido, el resultado de su diagnóstico realizado sobre la bicisenda de calle San Martín puso en evidencia que las vías para ciclistas tienen tanto problemáticas propias del entorno físico como de circulación. Entre ellas, la aparición de pavimento roto y malas condiciones del piso en algunos sectores, la invasión de mobiliario urbano como un kiosco de diarios sobre la bicisenda, o falta de señalización de la cicloruta en toda su extensión.
A esto se le suman tramos como el comienzo sur del recorrido en bulevar Seguí, donde la ciclovía hace ida y vuelta por el cantero central, y sobre el final, entre calles Garay y 27 de Febrero, falta una conexión segura con estación bicicletas públicas. "Por eso, si bien el Plan Integral de Movilidad vigente desde el año 2010 ha tenido un impacto positivo para la ciudad, es necesario revisar la red actual de las vías para ciclistas antes de avanzar en la extensión de la misma”, consideró la concejal.
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Centro y macrocentro
Además, la iniciativa solicita se priorice el análisis de otros sectores puntuales que requieren acciones a corto plazo para mejorar la seguridad de los ciclistas. Uno es el tramo de ciclovía sobre calle Rioja que se extiende solo siete cuadras desde Buenos Aires hasta Corrientes, en el que la circulación suele ser complicada por las dimensiones estrechas de la calzada y el estacionamiento sobre lugares no habilitados.
El tercero, es la intersección de avenida Avellaneda con Carballo. Se trata del extremo sur de la ciclovía del bulevar, que representa un giro peligroso para los ciclistas que vienen transitando por Avellaneda y deben cruzar toda la calzada para tomar el carril exclusivo en el margen derecho de la bicisenda de Carballo que une la intersección con el barrio Refinería y Puerto Norte.
De igual modo, se requiere al municipio que realice las obras necesarias para mejorar la calidad y seguridad de los usuarios, solucionando estos problemas que han sido focalizados por el proyecto aprobado.
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Conectividad
En la actualidad la ciudad cuenta con 205 kilómetros de itinerarios segregados para uso exclusivo de los ciclistas y se prevé completar la red planificada alcanzando los 300 kilómetros para el año en curso, según las metas del Plan Local de Acción Climática Rosario 2030.
Sin embargo, el trabajo detectó una baja conectividad entre diversos tramos de todos los distritos (norte, noroeste, oeste, sudoeste, sur) y hacia la costa, con trayectos extensos en bicicleta sin cicloruta y sectores con baja o nula cobertura.
“Rosario cuenta con condiciones ideales para desplazarse en bicicleta de forma diaria, por eso este proyecto es una oportunidad para avanzar en la promoción de la movilidad activa en la ciudad, si se considera que la conectividad, el mantenimiento de la infraestructura ciclista y la seguridad del usuario son aspectos claves para su desarrollo y sostenimiento a largo plazo”, sumó la edil.
Ciclovías permanentes
En tanto, el Concejo otorgó despacho a una ordenanza por la que se incorpora a la red de ciclovías de la ciudad con carácter permanente las denominadas “ciclovías temporales” que se sumaron en ocasión de la pandemia del Covid-19, a partir de la ordenanza Nº 10.041, y que representan aproximadamente el 50 por ciento de las existentes.
Además, el proyecto presentado por Fabrizio Fiatti (Creo) determina que la totalidad de las ciclovías que se incorporan serán construidas y señalizadas conforme lo determina la ordenanza Nº 7.563 que establece el Plan Integral de Ciclovías y determina sus características.