Para los dueños de bares, pubs y confiterías, acotar la actividad nocturna hasta las cinco de la mañana es ir a contramano de los usos y costumbres relacionados con la diversión nocturna. "Los jóvenes tienden a salir cada vez más tarde", advirtió el vicepresidente de la Asociación Hotelero Gastronómica de Rosario, Carlos Mellano, y consideró que la medida "terminará expulsando a que vayan a bailar fuera de la ciudad".
La propuesta de unificar los horarios de cierre de todos los locales de esparcimiento nocturno forma parte de los ejes de la iniciativa que la Intendencia remitirá al Concejo Municipal para reformar la actual ordenanza de espectáculos públicos, cuestionada desde hace tiempo tanto por funcionarios y concejales como por los mismos titulares de estos comercios.
Las críticas sonaron más fuerte después de la clausura de La Tienda. En ese bar fue visto con vida por última vez Gerardo Escobar, y por la muerte del joven están presos tres patovicas y dos policías que custodiaban el lugar. Así, entre polémicas por habilitaciones, cierres, controles y quejas de vecinos, la diversión nocturna volvió a quedar bajo la lupa.
La Asociación Hotelero Gastronómica reúne a más de una centena de bares, pubs y salones de eventos. Para Mellano, la discusión sobre las actividades nocturnas tiene que evitar generalizaciones. "No se trata de un negocio oscuro, sino de un trabajo como cualquier otro", dijo y desmintió también que sea una actividad próspera.
"En líneas generales lo que se ve es que los jóvenes salen cada vez menos. Los jueves y los viernes se trabaja con entre un 30 y un 40 por ciento menos de público. El sábado es el único día importante que tiene la movida nocturna", señaló.
La "caída del negocio" se manifiesta en la cada vez más escasa cantidad de confiterías bailables con capacidad para sumar entre 2 y 3 mil personas, de las cuales sobrevive apenas "una ínfima cantidad respecto a diez años atrás".
La situación se explica por un cambio coyuntural, "relacionado con la economía", pero también "estructural", asociado a las nuevas formas de diversión, como las previas y las fiestas privadas "que cada vez son más frecuentes".
Según su opinión, los proyectos de ordenanza para regular los locales nocturnos tienen que atender a esa complejidad y, al mismo tiempo, entender que la oferta de diversión "es una importante atracción turística, ya que parte de la marca de la ciudad tiene que ver con su diversidad cultural y de esparcimiento".
En este sentido, consideró que la iniciativa de unificar los horarios de cierre de los espacios de diversión nocturna "puede ser atendible para garantizar la seguridad y el acceso al transporte público de los asistentes".
Costumbres. No obstante, advirtió que fijar el límite de cierre a las cinco de la mañana "es desconocer los usos y costumbres" del público que asiste a pubs y boliches.
"Los horarios tienden a extenderse. Los chicos no acostumbran a salir más temprano sino cada vez más tarde y aunque las confiterías bailables están abiertas desde mucho antes, difícilmente lleguen antes de las dos de la mañana", explicó.
Si se adelanta el cierre, estimó, "se expulsará a los jóvenes a bailar en otras ciudades. Si en Funes, Granadero Baigorria, Pueblo Esther o Casilda las confiterías cierran a las siete de la mañana, los chicos irán a divertirse a esos lugares".
En cambio, consideró, hay aspectos que son "importantísimos", como por ejemplo la seguridad e higiene de los espacios de diversión nocturna y la trayectoria de los inversores.
"Los requisitos de seguridad e higiene para la habilitación de estos espacios son cuestiones que no se pueden negociar. Todas las medidas, como salidas de emergencia, matafuegos, seguros, baños y cocina adecuadas deben ser exigibles", sostuvo y opinó que, de esa forma, se garantizará que los inversores no sean improvisados.
"Porque si uno habla de la noche, tiene que saber quiénes son los titulares de los negocios, ver sus antecedentes, si tienen currículum o tienen un prontuario. Porque detrás de la mayoría de los negocios nocturnos hay buenos empresarios y buenos vecinos que quieren convivir como cualquier ciudadano", concluyó.