Dos hombres fueron detenidos ayer tras ser sorprendidos mientras pintaban con los colores rojo y negro las columnas de alumbrado público de un sector de Villa Gobernador Gálvez.
Dos hombres fueron detenidos ayer tras ser sorprendidos mientras pintaban con los colores rojo y negro las columnas de alumbrado público de un sector de Villa Gobernador Gálvez.
De acuerdo a la información oficial, los hombres, de 30 y 22 años, fueron sorprendidos in fraganti, cuando brocha en mano arremetían contra las columnas en pasaje sin nombre y Tierra del Fuego. Allí se les secuestraron los tachos y los pinceles y terminaron en la comisaría 26ª.
El hecho volvió a poner sobre el tapete una vieja práctica que parece no tener solución: las pintas futboleras se repiten por toda la región y no perdonan ni el mobiliario urbano ni los frentes de casas particulares.
Es más, la semana pasada las cuadrillas municipales tuvieron que salir en Rosario a hidrolavar unas cincuenta palmeras sobre la avenida Presidente Perón cuyos troncos habían sido pintados con los colores de Newell’s. De acuerdo al relevamiento que había hecho la Dirección de Parques y Paseos, los ejemplares corrían serio riesgo de secarse si no se los lavaba de inmediato.
Las palmeras que habían sido vandalizadas están ubicadas en el tramo de la avenida Presidente Perón comprendido entre avenida Francia y Río de Janeiro.
Ese hecho dejó al desnudo un recrudecimiento de las pintadas futboleras en la ciudad que tampoco conoce de límites y ahora se plasma en Villa Gobernador Gálvez.
El titular de la Asociación Amigos del parque Independencia, Adrián D’Alessandro, había destacado que más allá del hecho puntual de las pintadas en las palmeras de la avenida Perón, “si uno recorre Rosario, se nota un recrudecimiento de las pintadas de parte de ambos clubes. Pero se han pasado de la raya. Antes pintaban columnas, tablones, algún contenedor de basura. Pero ahora, además de las palmeras, pintaros tres centenarios palos borrachos en la esquina de Ovidio Lagos y Presidente Perón. Ya no respetan nada”.
El dirigente no ocultó su preocupación por esta prácticas. “Estamos permanentemente instando a las autoridades a que se implementen algunos planes de acción, como por ejemplo mantener encuentros con el Ministerio de Seguridad, pedir colaboración de los clubes, pero tener también una fuerte presencia de parte de la Municipalidad pero, fundamentalmente, de la policía”.
En auge
Un informe de La Capital a principios de este año dio cuenta del recrudecimiento de las pintadas futboleras. La búsqueda por dejar el sello de ambos clubes se inició en las zonas aledañas a los estadios y luego pasó a los barrios emblemáticos de una y otra institución, hasta que poco a poco las pintadas se empezaron a impregnar también en los accesos a la ciudad. Es una práctica que contiene pero excede a las barras de los clubes, y que forma parte del acervo identitario del hincha, de los jóvenes tanto del centro como de los barrios que buscan construirse una imagen de pertenencia a un grupo, buscando al otro como oposición para forjar esa autoafirmación.
El diálogo con las comisiones directivas para frenar estas prácticas no sirvió de mucho: aunque en 2012, la por entonces intendenta Mónica Fein se reunió con los presidentes Norberto Speciale y Guillermo Lorente para buscar una forma de lograr la convivencia en las calles, la fiebre no se detuvo.
Testimonios de diversos orígenes indican complicidades dirigenciales en la provisión de materiales y policiales en la ejecución de los operativos de pintura, en los que a veces participarían barras. Para colmo, se produjeron episodios de violencia, con quema de cubiertas y bombas molotov en la fachada de diferentes domicilios.
Organizaciones de vecinos que trabajan la problemática con dedicación apuntan que en los últimos años el municipio finalmente encaró el tema con seriedad y la escalada pareció encontrar algo de calma. Pero desde hace pocos meses se puede observar un recrudecimiento de las pintadas.