La diástasis de rectos es la separación anormal de los músculos rectos del abdomen, que trae aparejado no solo un problema estético que es lo que se ve, sino que es la punta de un iceberg que oculta problemas psicológicos y múltiples síntomas asociados para quienes lo padecen.
Hablar de diástasis de recto en el 2022 es describir una patología que afecta con mucha mayor frecuencia a la mujer, siendo la causa más común el embarazo y el parto, si bien también puede estar presente en mujeres nulíparas, menopaúsicas y en hombres.
Aparece inicialmente en el segundo trimestre de embarazo para alcanzar su máxima separación en el tercer trimestre. La ciencia dice que el 100% de las mujeres embarazadas tendrá diástasis abdominal en su tercer trimestre. La presión hacia adelante que se da en el abdomen con el crecimiento del bebé genera un continuo estiramiento que hace que los rectos abdominales pierdan su “alineación”.
Además, en el embarazo se dan también muchos cambios posturales y hormonales que contribuyen a la creación de este espacio, por lo tanto es importante saber que la diástasis abdominal es un problema mucho más que estético, de da en forma muy frecuente y puede tener consecuencias negativas para la salud.
La diástasis de rectos fue un tema médico quirúrgico que durante muchos años se decía que no se operaba, pero hoy en día y gracias a la aparición de una nueva cirugía mini invasiva laparoscópica, se opera, se trata y se cura, haciendo desaparecer en un alto porcentaje los síntomas detallados a continuación:
El problema mal llamado “estético’’ y que trae consigo aparejado problemas “psicológicos” en las mujeres es la aparición de un bulto o tumoración en la zona media del abdomen por arriba del ombligo. Dicho bulto se hace evidente con una simple maniobra como acostarse y solo levantar la cabeza para mirarse el ombligo, a continuación y con una mano, se puede lograr introducir en forma lateral los dedos en ese hueco que se forma y con eso el diagnóstico ya está hecho. Luego una ecografía de pared abdominal lo constata y también se puede pedir una tomografía que aportará más datos de ser necesario para el especialista actuante.
Hernia umbilical y epigástrica: está presente en un 93% de la diástasis de rectos, ya que la apertura anormal y distanciamiento de ambos músculos rectos desde el esternón al ombligo hace frecuente su aparición, ocasionando dolores periumbilicales y abdominales. La cirugía de la diástasis corrige ambos problemas. La sola corrección de la hernia de ombligo sin solucionar o pasando inadvertidamente la diástasis llevará a la recidiva de la hernia umbilical a corto plazo.
Incontinencia de orina, dolores menstruales y ovulatorios: dichos síntomas se encuentran en lo que denominamos disfunción del suelo pelviano. Dado que los dos rectos abdominales se unen desde el esternón hasta la sínfisis del pubis teniendo a sus puntos de fijación en la pelvis, cuando aparece una brecha, (diástasis) entre ellos origina una debilidad en el tejido conectivo que afecta directamente a la cavidad pélvica y la musculatura del suelo pélvico.
De hecho, del 52% al 60% de las mujeres con disfunción del suelo pélvico tiene diástasis de rectos.
El impacto que tiene sobre otras entidades patológicas, como el dolor lumbopélvico y las disfunciones del suelo pélvico, y el hecho de que no se resuelva espontáneamente, hacen que sea una cuestión de gran trascendencia.
La diástasis de los rectos abdominales juega un importante papel en el desarrollo, persistencia y recurrencia de condiciones relacionadas con la disfunción del suelo pelviano. Las mujeres que tienen algún tipo de deficiencia en la pared abdominal presentan cambios que pueden dañar la musculatura del suelo pélvico, razón por la cual en el examen uroginecológico inicial que se le realiza a todo paciente que va a la consulta por incontinencia de orina o de dolores menstruales y ovulatorios se debe incluir de rutina una valoración de la musculatura abdominal, en particular buscando la presencia de diástasis de los rectos abdominales.
Dolores de espalda: la dorsalgia y la lumbalgia son síntomas asociados a la diástasis porque la pared abdominal tiene importantes funciones sobre la postura, estabilidad de la pelvis y el tronco, la respiración, los movimientos del tronco y el soporte a las vísceras abdominales.
Un incremento de la distancia entre inter-rectos pone estas funciones en peligro, y puede debilitar la musculatura abdominal e influir sobre sus funciones. Esto puede resultar en una mecánica del tronco alterada, una deficiente estabilidad pélvica y una postura cambiada, lo que deja a la columna lumbar y a la pelvis más vulnerable de cara a una lesión.
Las mujeres con diástasis tienen más probabilidad de desarrollar un mayor dolor abdominal y pélvico, lo que en sí sería razón suficiente para no dejarlas sin tratamiento.
Constipación y dolores abdominales: cuando la diástasis es patológica, en el sentido de que a través de los rectos protuye una hernia, se ve una zona abultada como si fuera un pequeña montaña, y esta deficiencia en la pared abdominal hace que se presenten cambios mecánicos de la fascia que forma el recto, siendo parte también de la alteración del piso pelviano.
Esta distensión del tejido colágeno hace que las fibras tónicas de la musculatura de la pared abdominal no sean capaces de sostener las vísceras. Cuando esto sucede, cuando el abdomen se abomba y las vísceras no tienen un sostén suficiente, no se favorece el tránsito intestinal, pudiéndose producir incluso como un estancamiento de las heces en su camino al recto antes de llegar al esfínter anal. Esto viene provocado por la falta de presiones adecuadas, hay una disminución de la presión abdominal que no se sincronizan con el peristaltismo intestinal.
¿Por qué la cirugía?
Porque en el año 2016 se publica por primera vez una cirugía mini invasiva, prácticamente ambulatoria o de un día de internación, llamada REPA (Reparación endoscópica pre aponeurótica). Dicha cirugía fue creada por un cirujano argentino que veía con mucha frecuencia esta patología en un hospital materno infantil. Desde esa fecha al momento, este procedimiento se realiza en todas partes del mundo y con excelentes resultados cosméticos y de salud, como un procedimiento para curar, aliviar o mejorar notablemente todos los síntomas descriptos. La cirugía corrige definitivamente lo que la gimnasia u ejercicios no logran hacerlo.
¿Cómo es la cirugía?
La misma consiste en realizar 3 incisiones mínimas, una de 1 cm, y dos de 5 mm en el pubis, creando el acceso sin introducirse en el abdomen, sino en el espacio supra aponeurótico. Luego se realiza el decolamiento del celular subcutáneo dejando en evidencia a los músculos rectos, procediendo así a realizar la sutura, el acercamiento de ambos músculos rectos y de esta manera se corrige la diástasis desde la parte más superior del abdomen cercana al esternón hasta el pubis. Al final se coloca en toda la región quirúrgica una malla protésica y se procede a fijarla, los 3 tipos de materiales utilizados son reabsorbibles. Para dicha cirugía es requisito tener el deseo de maternidad cumplido.
Dr. Andrés Pérez Grassano
Miembro titular Asociación Argentina de Cirugía (MAAC), miembro del Colegio Americano
de Cirujanos (FACS). Médico Cirujano staff Sanatorio Centro y Hospital Español.