Luego de tres años de bajante extrema, el aumento del caudal del río Paraná favorece el resurgimiento de la pesca. Después de una sequía que trajo aparejada gran pérdida de especies, la situación comienza a revertirse y, por tal motivo, cada vez más pescadores se acercan a la costa central de Rosario, ya sea en la zona del Parque de España, la estación Fluvial o los alrededores de los puertos de la región, donde las especies de río suelen ir en busca alimento a raíz del cereal que se carga en los buques de ultramar.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la presencia de camalotes puede arruinar un verdadero plan de pesca, al igual que la presencia de víboras que se desplazan a través de los mismos. Por esa razón, también habrá que tomar recaudos para pescar en la isla e incluso desde una lancha.
La Capital consultó a un pescador experimentado respecto a las características de una actividad que puede realizarse con tener apenas buen equipo y paciencia. Sin embargo, con eso no alcanzará. Es importante saber cuáles son los lugares estratégicos a la hora de saber dónde está el pique ideal que permita sacar mayor cantidad de peces.
Según explica Andrés Wilchen, quien coordina el grupo de pesca "El último tiro", en la zona del Parque de España suelen extraerse alrededor de 20 piezas diarias, entre las que abundan patíes, moncholos, amarillos y surubíes, entre otros. "En esta época tenés que tener mucho en cuenta los camalotes y la dirección del viento, ya que si sopla desde el norte o noreste perjudica el lanzamiento hacia río adentro, además de que se corre riesgo de que el anzuelo pueda engancharse con un camalote y te lleve la caña entera", explica.
De acuerdo a su recomendación, lo ideal es que el viento sople desde el suroeste. "Ese viento favorece a la pesca para lanzar mucho más lejos", acota.
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A la hora de buscar la herramienta adecuada, Wilchen recomienda una caña de lance de entre 4,20 y 4,30 metros. Las cañas de calidad suelen estar compuestas de grafito y con un reel acorde hace que la plomada pueda viajar aproximadamente a cien metros hacia adentro del río. "Lo ideal es tirar lo más adentro posible para que el pescado sea bueno, ya que en la orilla hay muchos desagües pluviales sobre la costa", explica.
Sin embargo, apunta que los verdaderos cebaderos suelen ser los puertos, donde los peces cuentan con gran cantidad de alimento producto del cereal que cae en plena carga desde las terminales portuarias. "Ese pescado es exquisito aunque hay que tener en cuenta que si en lugar de maíz se trata de soja, el sabor no será bueno porque ese tipo de oleaginosa se fermenta y produce un gusto poco agradable", apunta.
Una buena zona para ir de pesca en lancha si se sale desde Rosario es Puerto General San Martín por la cantidad de buques cargueros. Eso es directamente proporcional con la cantidad de cereal que cae al río y luego se transforma en alimento para peces. "Los puertos son un cebadero propio: puede ser también en la zona de Rosario, hacia el norte o para el sur, pasando la zona de El Mangrullo", indica.
La diferencia está en el tiempo y, por ende, combustible. Hacia la zona de Puerto General San Martín se estiman unos 45 minutos, mientras que hacia el otro lado se puede llegar en apenas 10.
Los peligros de pescar en las islas
En el caso de contar con una embarcación, el especialista en pesca no recomienda ir a la zona de isla a raíz de la gran cantidad de víboras y otras alimañas que viaja encima de los camalotes desde río arriba.
"La zona de islas no está recomendable para nada porque es tanta la crecida del Paraná que te podés quedar encallado", señala y agrega: "también hay que tener mucho cuidado con las víboras, principalmente la yarará, que viene enroscada en los camalotes y también pueden subirse a la lancha por medio de los amarres".
Con respecto a ese tipo de especies, Wilchen apunta que "son chicas y esas son las más venenosas". Y si bien suelen no demostrar agresividad hacia el ser humano, las picaduras ocurren de manera accidental. "Por lo general no molestan, pero suele ocurrir que sacás un camalote y te pican para defenderse; lo mismo si justo encontrás un banco de tierra o arena, allí está lleno porque buscan refugio", alerta.
En busca del pez dorado
Una de las especies que abunda en la zona de islas, más allá de la crecida y los camalotes, es el dorado o doradillo. Para atraparlos, se suele utilizarse un señuelo, puesto que por las características de ese pez es elemento ideal para pescarlo. "Es un pescado artificial, que se ata a la punta del líder de una linga de acero de 30 centímetros y de ahí al multifilamento que va a la caña. Algunos flotan en la superficie y otros lo hacen a 20 centímetros del agua", indica. Sucede que el doradillo confunde el señuelo como si fuera uno de verdad y allí termina mordiendo el anzuelo.
No obstante, explica que hay que tener sumo cuidado al realizar este tipo de pesca para no lastimar a las especies si lo que se pretende es devolverlo a su hábitat natural. Un error frecuente que se suele cometer es lastimar al pescado al quitarse el señuelo o en la misma práctica. Y por más que haya devolución al río, ese pez luego no vive, por eso no es recomendable utilizar ese tipo de anzuelos para realizar pesca deportiva y devolución.
Cuánto cuesta un equipo de pesca
Según cuenta Wilchen, quien tiene su propia casa de pesca en zona oeste, una caña de calidad para poder pescar en río y tener buenos resultados cuesta alrededor de $150 mil, mientas que un reel (elemento donde suele enrollarse la tansa provisto de una manivela) ronda los $60 mil. Sin embargo, ese precio puede llegar a los U$S 500 en ambos casos si lo que se busca es mejor calidad y precisión.
A su vez, la carnada (en el caso de morenas) se ubica en los $10 mil la docena. Y esa cantidad alcanza para realizar doce 12 tiros (en un tiempo aproximado de una hora), en cambio con el señuelo artificial se pueden pescar todo el día y las veces que sea necesario, de ahí la gran diferencia a la hora de abaratar costos.
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Los muelles y los clubes de pesca de la costa central ofrecen comodidades para una buena jornada de pesca.
Sebastián Suárez Meccia / La Capital
La pesca y las lunas
Lo ideal es pescar bajo los efectos de la luna nueva, cuarto menguante o cuarto creciente, advierte el experto. Sin embargo, la luna llena suele dar buenos dividendos en el caso de los peces que acostumbran a deambular por el fondo del río. "Como hay claridad y cazan a fondo, eso lo activa. Lo que sí es cierto es el mito que la luna llena los pudre, por eso lo ideal es tapar el pescado ni bien se extrae con la caña porque si quedan a la luz de la luna, quedan rojos y la carne no se puede consumir", explica.
A su vez, respetar la cadena de frío en esta época estival es fundamental. "Lo ideal es mantener la cadena de frío. Para ello puede ser en una heladera con hielo o en una bolsa de arpillera sumergida en el agua. Allí los pescados se mantienen vivos y eso sirve en caso de hacer una devolución", aconseja Wilchen.
El experto en pesca destacó además que colabora con dos centros comunitarios de la zona oeste de Rosario, donde suele donar los pescados que extrae del río.