Las exequias de Eva Perón realizadas en Buenos Aires el 10 de agosto de 1952 tuvieron su reflejo en Rosario con una misa de campaña matutina en el parque Independencia, una marcha de silencio organizada por la regional de la Confederación General del Trabajo (CGT) y múltiples manifestaciones de instituciones y adherentes.
Las demostraciones de pesar se habían venido realizando desde el 26 de julio, día del fallecimiento de la esposa del por entonces presidente de la Nación, Juan Perón. El sentimiento de duelo y congoja que la desaparición de la "abanderada de los humildes" provocó especialmente en los sectores populares, se había puesto de manifiesto con frecuencia desde el día de su fallecimiento.
La ciudad quedó virtualmente paralizada. Mercados, verdulerías, carnicerías, cafés, bares y confiterías, hoteles y restaurantes y cinematógrafos permanecieron cerrados, las panaderías irían a elaborar el pan el día anterior, el reparto de leche no se realizó y en el transporte, tranvías, ómnibus urbanos e interurbanos y taxis hicieron paros simbólicos.
Los detalles de la jornada de homenaje a Eva Perón forman parte de las ediciones del 10 y el 11 de agosto de 1952 del Diario La Capital.
Misa de campaña
Mucho antes de la hora indicada para la misa una gran cantidad de personas comenzó a agolparse alrededor del altar ubicado en la intersección del bulevar Oroño y Cochabamba. Fueron llegando también las delegaciones escolares con sus abanderados.
De un lado del altar se ubicaron las “samaritanas y enfermeras” de la Cruz Roja, y del otro, la banda del “1er. Ejército, cuyos tambores estaban enlutados”, junto a efectivos del Regimiento Nº 11 de Infantería. Diferentes agrupaciones de esa guarnición estaban alineados en el centro de la calle. Eran indicativo del luto y de que se trataba de un acto oficial, las banderas nacionales que habían sido tendidas verticalmente y estaban “cruzadas por anchas fajas negras”, y la bandera de ceremonias que también llevaba un lazo negro.
A las 11, el jefe del Regimiento Nº 11 de Infantería, Juan Carlos Fernández, dio la voz de inicio de la misa con la entrada de la enseña patria. Estaban en el palco oficial el representante del gobernador, el intendente de Rosario Alberto L. Brites, el jefe de la Agrupación Rosario Coronel Alberto Morello, así como otros funcionarios provinciales y municipales, como el secretario de Gobierno Carlos María Sáenz, del Correo, el secretario general de la CGT (Regional Rosario) Humberto Idománico, jefes militares y legisladores.
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La misa de campaña se realizó desde las 11 en bulevar Oroño y Cochabamba, en el parque Indepedencia.
Archivo Histórico Diario La Capital
La misa fue presidida por el obispo auxiliar de Rosario, monseñor Silvino Martínez, desde un palco que había sido construido con “sencillez y sobriedad propias de estas ceremonias castrenses”.
Cuando comenzó el culto “millares de personas rodeaban por todas partes el altar”. El sentimiento de tristeza y respeto se hizo más emotivo en el momento de la ofrenda, intensificada por la música sacra de la banda militar.
Marcha de silencio
A las 15 estaba programada la marcha de silencio a la que convocó la CGT local desde el centro de la ciudad hasta el cementerio El Salvador. Desde temprano los alrededores de la CGT se vieron colmados por una extraordinaria concurrencia integrada por delegaciones sindicales, así como millares de trabajadores.
Encabezaron la columna cuatro motocicletas policiales escoltados por soldados de Guardia de Seguridad y jeeps cubiertos con flores y palmas. Sobresalían las del secretariado de la CGT, de organizaciones gremiales de la industria metalúrgica y del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación.
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La marcha de silencio de la CGT terminó su trayecto en el Cristo Redentor frente al cementerio El Salvador.
Archivo Histórico Diario La Capital
Detrás cerraban “grandes sectores femeninos y masculinos” que se hicieron aún más numerosas y compactas mientras la marcha avanzaba. Al llegar a Córdoba y Corrientes la columna cubría más de seis cuadras y en Oroño ya tenía diez cuadras, donde se apreciaron varios grupos de estudiantes universitarios y secundarios. La gran columna era seguida por ciclistas, jinetes y taxistas.
Una “extensa e impresionante columna” llegó hasta el pie del Cristo Redentor, frente al cementerio, las representaciones políticas, sindicales y comunitarias dejaron sus ofrendas florales y sus oraciones.
El pesar de la ciudad
Con homenajes y resoluciones, diferentes instituciones “exteriorizaron su pesar por el deceso de la señora Eva Perón”. En las ferias francas instaladas en distintos barrios de la ciudad hubo rezos a cargo de los párrocos.
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La Capital ofrece el 10 de agosto de 1952 una gran cobertura de los actos en homenaje a Eva Perón.
Archivo Histórico Diario La Capital
Se suspendieron las reuniones agendadas por la Junta de Abastecimiento Municipal, y hubo resoluciones referidas al día de recogimiento de la Asociación de Empleados de Comercio, la Cooperativa de Flores, la Asociación de Maestros Particulares, el Club Rosario de Autores y Compositores de Música, de las asociaciones cooperadores como la de la Escuela Taller Santa Teresita, el Club Ministerio de Obras Públicas (División Paraná), el Club Deportivo Mercadito Lux y de la compañía teatral rosarina Cucinato Bernal. Se unieron al responso trabajadores y estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas, de Ciencias Económicas y de Filosofía de la Universidad Nacional del Litoral (luego Universidad Nacional de Rosario). La mayoría de los actos se resumían en minutos de silencio y en las palabras alusivas de algún representante.
La comisión directiva del Club Newell’s Old Boys clausuró “totalmente” las actividades deportivas y sociales. Lo mismo hizo Unión y Progreso y envió una misiva al general Perón. Por su parte, según relata Jorge Brisaboa en su libro "De Rosario y de Central", el Club Rosario Central imitó a sus pares de calle San Juan y además se decidió repartir, entre jugadores y alegados, 200 ejemplares de "La razón de mi vida".
En todos las Unidades Básicas del Partido Peronista se realizaron ofertorios, rezos de rosarios y otros actos alusivos. Los empleados de las casas céntricas de comercio Dayton, Casals, Tonsa, Grimoldi y Pandora se concentraron en Córdoba y San Martín.
Hubo una ceremonia en la Biblioteca Argentina y se estableció instalar un busto de “la ilustre Jefa Espiritual de la Nación” con una placa conmemorativa a descubrirse el 13 de septiembre Día del Bibliotecario.