La oferta de medias en plena calle no es solo un fenómeno local, en otras ciudades del país, como Córdoba, San Juan y Mendoza, también se registra un aumento de vendedores ambulantes en las zonas neurálgicas y los distintos gobiernos municipales barajan cómo abordar la situación. Todos vocean más o menos lo mismo que Jorge: "Baratas las medias".
La rutina de Jorge
El día arranca muy temprano para Jorge. Recorre desde las ocho de la mañana la esquina de San Martín y Santa Fe en la hora pico y se queda hasta que el movimiento empieza a mermar. Después, se traslada a Córdoba, generalmente entre Maipú y San Martín, donde se queda hasta la tarde. Todos los días repite la misma rutina, con excepción de los domingos, cuando se va hasta Roldán para visitar a su hija de 11 años. La venta ambulante le permite pagar las cuentas y hace un esfuerzo por llegar a fin de mes.
En promedio, el hombre está unas ocho horas en la calle. En verano, busca algún rincón con sombra para resguardarse del calor abrasador y en invierno se prepara el abrigo para hacerle frente a las jornadas heladas. No importa qué temperatura marque el termómetro, tampoco si dan lluvia. De lunes a sábado, sin falta, está parado con los paquetes de medias en sus brazos. Por estos días, cuestan 2 mil pesos los tres pares de soquetes.
Empezó vendiendo pañuelitos, hace unos cuatro años, y hace poco se trasladó al rubro de las medias. Son siempre útiles y más fáciles de vender que otros objetos. Jorge admite que cada vez hay más vendedores en la calle, fundamentalmente con este tipo de prendas. "Muchas veces la necesidad te lleva a hacerlo, pero es preferible hacer estas cosas y no otras", aclara y dice que "hay una banda de vendedores nuevos, muchos pibes".
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Las ventas dependen del día. Hay días donde se vuelve a la casa con 40 mil pesos en el bolsillo y otros en los que regresa con las manos vacías. "Hay veces en las que alcanza y otras en las que no rinde", se lamenta y cuenta que tiene una hija de once años con quien comparte lo ganado en la calle.
"La gente a veces te trata bien, a veces te ignora. Muchas personas andan mal y se la agarran con uno, todos estamos pasando las mismas necesidades y en la misma situación por la economía del país", explica y aclara que ya es conocido en esa zona y no tiene problemas.
Jorge sostiene que le compra las medias a un mayorista que le deja a precios accesibles para que le sirva para vender. "Todo aumenta cuando sube el dólar, pero bueno uno tiene que comprar igual porque vive de esto", señala.
El vendedor tiene en claro los "códigos de la calle" y aclara que él no vende enfrente de una tienda de ropa que, por ejemplo, también tenga medias. Intenta pararse en zonas que no tienen que ver con el rubro o donde haya locales vacíos. Sin embargo, la presencia de estos vendedores no cae bien entre los comerciantes que ya han realizado numerosos reclamos.
Experiencia en las calles
Juan Cruz también patea las calles rosarinas ofreciendo sus productos. Es vendedor ambulante desde hace más de quince años y asegura a este diario que la clave es saber vender. "No todos venden lo mismo porque no todos saben cómo entrarle a la gente", argumenta.
Todos los días de nueve de la mañana a tres de la tarde recorre la cuadra de la peatonal Córdoba entre Sarmiento y Mitre. El joven tiene una hija y asegura que con lo que gana en la venta de medias le alcanza para vivir tranquilo. "Y no es poca cosa", aclara.
Con su speech aceitado, que va personalizando según el perfil del transeúnte que aparezca, Juan Cruz se las ingenia siempre para caer simpático. Por obvias razones, el pico de ventas se da entre el 5 de cada mes y el 15. A fin de mes se complica, pero no es misión imposible para él. En promedio, recauda entre 80 mil y 100 mil pesos por día.
Al igual que Jorge, se provee de mercadería en un local mayorista. Aunque advierte que no todos los vendedores ambulantes le compran al mismo. Quienes tienen más experiencia y compran más cantidad, pueden conseguir mejores precios y hasta trasladar las ofertas a la gente. En la calle, como en la selva, rige la ley del más fuerte.
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Foto: Virginia Benedetto / La Capital
El reclamo de los comerciantes
La presencia de los vendedores ambulantes ofreciendo medias a tan bajo precio afecta directamente a los comerciantes del rubro. "Es una competencia totalmente desleal", afirma Miguel Rucco, presidente de Centro Comercial Calle San Luis. Aunque advierte que "tienen el derecho de hacerlo".
"Este tema se viene planteando desde hace mucho tiempo. Hay un proyecto de reforma de la ordenanza que da los permisos a los vendedores de parada fija, pero a los ambulantes no se los puede frenar", indica.
Y se queja de lo que, considera, son algunos privilegios que tiene la venta ambulante. "Nadie les pide una factura o les pregunta por la procedencia de la mercadería", ejemplifica.
Reglas claras
La venta ambulante está regida en base a la normativa que despliega la ordenanza municipal 7.703/2004. En la misma, se deja en claro cuáles son las tres modalidades de venta ambulantes contempladas.
En primer término está el comercio ambulante, actividad en la que el titular del permiso podrá movilizarse dentro de un sector determinado por la autoridad municipal sin estacionarse en un punto fijo. En esta categoría están amparados quienes venden medias en la peatonal.
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Luego está el comercio con parada determinada y móvil. En estos casos, el titular del permiso se instala, con elementos móviles, en un sitio determinado por la autoridad municipal sin desplazarse.
Y por último aparece el comercio ambulante con paradas móviles. La ordenanza contempla que el titular del permiso se instala con "elementos móviles sobre un vehículo autopropulsado/remolcado autosuficiente, con un diseño innovador y atractivo, en sectores determinados por la autoridad municipal, rotando en forma continua entre ellos".
Unos 300 permisos
Actualmente, dada la población de Rosario, la Municipalidad cuenta con 300 permisos activos. Todos fueron expedidos bajo las regulaciones vigentes y en base a los requisitos que se explicitan en la ordenanza.
Quienes quieran inscribirse en el registro de vendedores ambulantes pueden hacerlo en este link. La solicitud debe ser aprobada por el municipio de acuerdo a la cantidad de permisos posibles dentro del universo de vendedores ambulantes y los requisitos exigidos.
Desde la Municipalidad subrayan que "todas las acciones relativas a la venta ambulante que no hayan sido contempladas por la normativa son consideradas actividades irregulares". Como no se trata de un delito, ponen en marcha una serie de medidas.
En primera instancia se verifica si los puestos, vehículos o personas que estén realizando la actividad cuentan con los permisos correspondientes y si los mismos están en vigencia. En el caso de que los vendedores no los tengan o estén en lugares inapropiados, los agentes de Control intentan disuadirlos para que no interfiaran con la actividad de quienes sí están habilitados.
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Foto: Silvina Salinas / La Capital
Agotadas las instancias previas y ante posibles resistentes, se procede dentro del marco de la ley al secuestro de los artículos en venta y el labrado de un acta de infracción que luego es elevada al juzgado de faltas que determinará si es plausible de sanción y cuál será la misma.
En casos extremos, como por ejemplo extorsión, agresión verbal o física e incluso estafa, la Municipalidad actúa de acuerdo al nuevo Código de Convivencia y articula con la Policía de Santa Fe las acciones necesarias.
Un ejemplo de este tipo de intervenciones son las actuaciones que se realizaron hace un tiempo con vendedores vestidos con uniformes que simulaban ser de personal municipal o de empresas de recolección. En nombre de estos organismos, estafaban a la gente vendiendo bolsas de basura y fueron denunciados varias veces. En este caso, el municipio intervino en conjunto con personal policial deteniendo a los individuos, realizando el secuestro del material y poniéndolos a disposición de la Justicia provincial, además del labrado de las actas correspondientes a sanciones locales.