Por Carina Bazzoni
El municipio afianza su agenda verde. A fin de año se habrá completado el recambio del 20 por ciento del alumbrado público por luces LED y un sistema de telegestión, que permite variar la intensidad lumínica según los distintos momentos del día. Esto permitirá un ahorro del 40 por ciento del consumo de energía eléctrica. En números absolutos, son 14 mil kilovatios menos al año, tantos como los que insume el funcionamiento de dos hospitales como el Heca.
La cifra no sólo redunda en un beneficio importante para el presupuesto municipal, sino también en una reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero de la iluminación pública. Y, todo esto, con una mejor calidad de iluminación en los espacios públicos.
Para alcanzar ese objetivo, el año pasado se puso en marcha un plan intensivo de recambio del alumbrado público que demandó una inversión de 300 millones de pesos. Actualmente, tienen iluminación LED unas 30 avenidas —algunas en toda su extensión, otras por sectores—, los 27 centros comerciales a cielo abierto de la ciudad, los parques más emblemáticos, 54 plazas barriales y los entornos de la mayoría de las facultades y hospitales; donde el movimiento nocturno es mayor que en otras zonas de la ciudad.
"El alumbrado público es muy importante en términos de calidad y vida urbana. Es una variable fundamental que impacta directamente positivamente en la vida de las personas", destaca Marina Borgatello, secretaria de Ambiente y Espacio Público del municipio. La cantidad de proyectos que, año a año se presentan en el presupuesto participativo para mejorar el alumbrado de distintos barrios, no la desmienten.
Postal del recambio
El galpón municipal de Pellegrini y Ovidio Lagos ofrece una postal de la magnitud del programa de recambio. En buena parte de su extensión, amontonados entre pequeños corredores, se disponen las antiguas farolas de iluminación de más de una avenida. Algunas tendrán una segunda oportunidad como repuesto, otras tendrán destino de pieza de museo.
El parque público lumínico de la ciudad no sólo es uno de los más antiguos, sino también de los más extensos. Esta formado por 92 mil luminarias, de las cuales unas 18 mil se proyectan recambiar a LED a fin de año.
La nueva tecnología incluye también un sistema de telegestión que permite disponer en tiempo real de información sobre el alumbrado; por ejemplo, qué focos no funcionan o la falta de suministro eléctrico en alguna zona, de modo de poder ordenar rápidamente los arreglos necesarios.
Desde ese comando centralizado se puede también variar la intensidad lumínica de acuerdo a las zonas y los horarios del día, con el objetivo de optimizar el ahorro energético.
Todo a la vista
"Rosario es un ciudad muy bien iluminada. Tenemos un parque lumínico que, en menos superficie, es casi igual a la ciudad de Buenos Aires", señala Jorge Nocino, director de Alumbrado del municipio.
Está sentando en su oficina frente a una pantalla que muestra el mapa de la ciudad. Y, sobre este, se dibujan cada una de las lámparas de avenidas, parques y plazas. El programa permite programar la intensidad lumínica de los aparatos en cada corredor, para favorecer el ahorro de energía.
Nocino muestra el esquema que se aplica en avenida Wheelwright, por ejemplo. Según las estaciones del año y los días de la semana, el corredor aparece con iluminación plena o con algún grado de iluminación reducida, "que igual sigue siendo aceptable", destaca.
Así, los días de semana, a partir de la una de la mañana, el nivel lumínico comienza a descender escalonadamente hasta llegar a un 50 por ciento. Después, a partir de las cinco, cuando crece el movimiento en la calle, las luces vuelven nuevamente al 100 por ciento.
"La disminución resulta casi imperceptible, se mantienen los niveles de luz en calzadas y veredas, pero la disminución del consumo de energía resulta significativo", explican los funcionarios. El ahorro es tanto, apuntan, como lo que consume el funcionamiento de dos hospitales de la complejidad del Clemente Alvarez. Un dato no menor en tiempos de crisis.
Pero el beneficio no es sólo económico. El menor consumo de energía redunda también en la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático.
Ciudad inteligente
La secretaria de Ambiente, Marina Borgatello, destacó que la implementación del sistema de telegestión del alumbrado se enmarca en los proyectos de ciudad inteligente, ya que permite construir una red informática a la que podrían sumarse otros dispositivos. Por ejemplo, sensores que indiquen el nivel de llenado de un contenedor de residuos